Buscan revertir la crítica situación de la pesca artesanal
Investigadores del sudoeste bonaerense buscan evidenciar la crítica situación de más de 450 familias de Monte Hermoso y Pehuen-Có que dependen directa o indirectamente de la pesca artesanal.
El proyecto, liderado por el investigador de la CIC Andrés Jaureguizar, fue seleccionado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación en el marco de la convocatoria “Ciencia y Tecnología contra el Hambre”.
“La idea es visibilizar el estado y los problemas que tiene hoy la pesca costera artesanal, así como las características de los recursos sobre los que opera”, afirmó Andrés Jaureguizar, doctor en ciencias biológicas e investigador adjunto de la CIC en la UPSO y el Instituto Argentino de Oceanografía.
La pesca artesanal presenta aspectos críticos que van desde lo social, económico y jurídico hasta los relacionados con el estado de los recursos pesqueros. Muchas de las especies presentan claros signos de sobreexplotación e influencia del cambio climático.
“Buscamos fortalecer aspectos relacionados con las capturas, manipulación, procesamiento y comercialización de los productos pesqueros para que mantengan su valor nutritivo, calidad e inocuidad”, aseguró el experto.
El proyecto comprenderá un estudio sobre las condiciones sociales que incluyen cuestiones de género. “La inserción de la mujer en esta actividad es super importante”, manifestó. Por otro lado, se evaluará la incidencia de las condiciones ambientales del mar en las variaciones espacio temporales del rendimiento de los principales productos de la pesca artesanal.
En este sentido las y los investigadores buscan el “empoderamiento de sus integrantes y que entiendan el manejo sostenible del recurso”. Para llegar a este resultado se realizarán muestreos de desembarque y oceanográfico, además de capacitación en manipulación de las capturas y en métodos alternativos de pesca.
Cientos de familias viven de la pesca artesanal
En Monte Hermoso, la pesca artesanal es el sustento de alrededor de 450 familias. En el año 2013, según los últimos registros, produjeron un desembarque anual de 1500 toneladas de pescado, esto es un 6% del desembarque de variado costero en el año.
Se trata de una actividad que para desarrollarse depende principalmente de las condiciones climáticas. Por eso, pueden estar por semanas sin poder entrar al mar. “La vulnerabilidad de esta actividad es alta, por eso es importante asegurar medios de vida y fuentes de ingresos a largo plazo”, puntualizó Jaureguizar.
Cuando el tiempo lo permite, los pescadores embarcan en la playa con botes chicos (semirrígidos o trackers) con la posibilidad de desplazarse hasta un máximo de 5 millas de la costa. Mediante paños o anzuelos pescan corvina rubia, pescadilla, gatuzo y, en menor medida, palometa, pez ángel, entre otras especies.
En temporada, lo capturado es vendido a los turistas, pero la mayoría se comercializa a granel a frigoríficos con fines de exportación. “La idea del proyecto es mejorar esa comercialización agregando valor”, indicó el experto.
Por un manejo sustentable de la pesca artesanal
La pesca costera artesanal se centra principalmente en especies como la corvina, pescadilla y gatuzo. Estas se encuentran en toda la costa bonaerense y presentan claros signos de sobreexplotación.
En este sentido, Andrés Jaureguizar advirtió que “hay que entender que si no contribuimos a pescar menos en unos años los volúmenes y el tamaño que hoy tenemos van a seguir disminuyendo”.
En este sentido, el proyecto contempla sugerir el uso de artes de pesca alternativas que tengan un mínimo de impacto ambiental. Este cambio implicaría el reemplazo de paños o anzuelos por trampas.
“Estas tienen menos incidencias con especies como condrictios y mamíferos marinos, y mayor seguridad para el pescador porque se pueden emplear con mal tiempo, sin que esto afecte la calidad del producto”, destacó.
En general, mediante la pesca con paños se capturan especies no deseadas de mamíferos marinos como franciscanas (pequeño delfín bonaerense) o grandes tiburones y rayas con estados vulnerables o en peligro de extinción.
Esto implica otro inconveniente relacionado con la comercialización: “EEUU, por ejemplo, exige que las naciones que exportan pescado y productos pesqueros mantengan los mismos estándares de protección hacia estas especies que las pesquerías comerciales de EEUU”, explicó Jaureguizar.
Migraciones costeras
La sobreexplotación y la captura no deseada de mamíferos marinos y condrictios no es la única dificultad que enfrenta la actividad pesquera. Las especies como la corvina, pescadilla o gatuzo presentan migraciones costeras asociadas a las condiciones estacionales de temperatura y salinidad del mar que están siendo afectadas por el cambio climático.
Los peces siguen la masa de agua, condiciones de temperatura y salinidad. La variabilidad de estas condiciones modifica cuándo y dónde se puedan pescar. “Por esto la idea es hacer modelos de circulación de masas de agua para señar zonas probables de pesca de las distintas especies permitiendo a fin de cuentas reducir los costos de los pescadores”, señaló el investigador.
Más allá del sudoeste bonaerense
Los investigadores planean extender el trabajo en otros municipios costeros de la provincia. Andrés Jaureguizar señaló que “recientemente presentamos en la CIC un proyecto con la finalidad de abarcar las zonas de Orense, Claromecó y Reta, donde se encuentra otro importante núcleo de pescadores artesanales”.
El experto puntualizó: “De esta manera estaríamos cubriendo el litoral costero sur de Mar del Plata, zona que tiene una dinámica física totalmente distinta a la del norte de la costa provincial”.
El proyecto seleccionado en la convocatoria “Ciencia y Tecnología contra el Hambre” involucra a varias instituciones científicas: la Universidad Provincial del Sudoeste (UPSO), el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO), el Grupo de Estudios de Ordenación Territorial (GEOT-UNMDP) que participarán en los estudios socio-económicos y los oceanográficos.
El INTA (programa Cambio Rural) participará para fortalecer la formalización e institucionalización de la actividad. El INTI, por su parte, intervendrá en la comercialización, procesamiento y mantenimiento del producto para mejorar su calidad. El INIDEP de Mar del Plata participará en mejorar el arte de pesca y de esta manera reducir el impacto ecológico; finalmente, el CERSOS, intervendrá en el procesamiento de imágenes satelitales.
Asimismo, el proyecto se llevará adelante con el aval de los Municipios de Monte Hermoso y Coronel Rosales y la colaboración de los pescadores artesanales de la Cámara de Pescadores Artesanales de Monte Hermoso y Pehuén Co, y de la Unión Argentina de Pescadores Artesanales.
Además, la propuesta cuenta con el aval de la Dirección Provincial de Pesca, el Consejo Federal Pesquero y la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena de Nación.
(Todo Provincial)