Turismo de cercanía

La realización de los deseos y el esfuerzo para perseverar en la existencia

Turismo 31/07/2021 Hora: 17:33
La realización de los deseos y el esfuerzo para perseverar en la existencia
La realización de los deseos y el esfuerzo para perseverar en la existencia
Por Erasmo Ruppel

Estancia Cerro Áspero, Abra del Hinojo, Saavedra, Buenos Aires, Argentina.

Un viaje virtual por las emociones, SudoesteBA transitó la alegría, la tristeza y el deseo, en una entrevista con Carlos Eckardt, un recorrido por la vida de quien mira a futuro, transitando los sentimientos más básicos de todo ser humano. El contexto geográfico propone, la coyuntura social, económica y cultural, moldean el poder del hombre, vinculado a la realización de los deseos y el esfuerzo para perseverar en la existencia; Quizás como dice Spinoza, el padre del pensamiento moderno, al definir a la Alegría como el paso del hombre de una perfección menor a una mayor. 

Hablar de Estancia Cerro Áspero nos remite al turismo aventura, turismo rural, caminatas por los cerros, montañismo en estado bonaerense, una especie de curso de ingreso para quienes deciden escalar y recalar en el Sur de nuestro país. Promediando los años ochenta, la familia Eckardt logra comprar las tierras, tras el esfuerzo y la visión a futuro de Carlos Federico (padre de Carlos) quien, como buen descendiente de Alemanes, comenzó el trabajo enfocado en la agricultura.

Viajamos a la génesis de la Estancia Cerro Áspero, en palabras de Carlos hablando de su padre: “Él conoció la zona de adolescente, se venía a caballo desde Punta Alta, le gustó mucho el lugar, se venía siempre,visitaba toda la zona de Sierra de la Ventana. Él vio cómo se forjó y como creció; cuando nos vinimos para acá, él tenía una idea por lo hermoso del paisaje decía que esto en algún momento sería  valorado por el turismo. Aparte hay una trazado histórico de una ruta que uniría Pigüé con Sierra de la ventana, siempre se bromeaba que cuando pase la ruta lo venderiamos por metro cuadrado”.

Con esa mirada a largo plazo, entre la agricultura y el incipiente trabajo en ganadería, empezaron desde hace muchos años con la forestación: “Nos gustan los árboles, particularmente a mi me encanta este tema. Empezamos con ese desarrollo, también como bienestar animal, se embelleció y pensando en sombra y reparo para los animales. La primera hilera de árboles fue pensada para proteger a los animales de los cazadores furtivos, detener la iluminación de los reflectores con los árboles (antes había ciervos). En las lomas para parar los vientos y en los cañadones para evitar la erosión. Forestamos durante 15 años y hoy le da ese marco distintivo al valle, hemos traído secuoyas, araucarias, cipreses de bariloche, abedules, siempre quisimos plantar más, pero después por trabajo no lo seguimos, hacíamos ganadería, ciclo completo, eso nos dejaba sin tiempo para forestar, siempre queda abierta la puerta para seguir” nos comenta Carlos, sin ocultar la pasión por la tarea.

Abrirse al mundo

Carlos nos cuenta cómo entre el paisaje y el panorama, fue gestando la idea de adentrarse al nuevo modelo de actividad. El paisaje propone y el panorama predispone: “Yo empecé con el turismo hace unos 20 años, más empujado por amigos y pensando en hacer una diferencia, trabajaba con mi viejo y quería algo más, y me dio la posibilidad de hacer algo, explotar otra parte del campo de lo que hasta ahí era el trabajo a tiempo completo. Empecé muy de a poco, a pulmón. Hoy veo los resultados”. 

En la descripción del panorama, entran los vaivenes en las políticas de Estado, respecto a la producción agrícola-ganadera; Carlos comenzó a ver posibilidades de desarrollo en el turismo al mismo tiempo que en ganadería la sensación era inversamente proporcional, llegando a cambiar la prestación de servicios turísticos de actividad complementaria hacia la actividad primaria y esencial para su proyecto de vida familiar: “Hace un par de años tomé la decisión de dejar poco a poco la ganadería y dedicarme de lleno al turismo. En esto que hago, cada peso que invierto se responde con la gente que viene, siempre hay demanda de más, piden más, hay una demanda insatisfecha muy importante, eso te da para seguir empujando y desarrollando. Me cansé de la producción ganadera, prefiero muchísimo más el turismo. La idea es convertir y transformar todo lo que era producción ganadera en recursos para desarrollar el turismo”. 

La inventiva, elegir una nueva actividad con mirada a largo plazo, el hecho de forestar un campo, trae consigo la afirmación, ver el turismo antes de que llegue, imaginar la demanda y trabajar para satisfacerla, un recorrido por la valoración de lo cercano, en armonía con tiempos de pandemia, viajes cortos tierra adentro, viajes, para conocernos más: “El turismo fue cambiando en los últimos años, más ahora en tiempos de pandemia, se empieza a valorar más lo que tenemos acá también. Muchas veces el que lo tiene enfrente no lo vé, ahora que los viajes largos son más difíciles de hacer, la zona tiene mucho potencial, mayormente se mueve todo por fuerza particular, todavía no se vé el potencial genuino de generación de empleo que hay en el turismo” indicó Carlos. 

Los últimos dos años en la Estancia Cerro Áspero se viene trabajando con una demanda creciente, ante cada nueva oferta turística hay una respuesta satisfactoria en las reservas, esto generó una nueva sentencia que se repite (lamentablemente) en dos generaciones: “Con la ganadería me cansé de producirle al sistema. Mi papá en el 88 dijo, no hago más trigo, que siembren los políticos; por el tema precios, siempre pasa lo mismo. Yo dije lo mismo con el tema ganadería, me voy a dedicar de lleno al turismo, se que en esa rama, todo lo que yo haga el horizonte no tiene techo, con la ganadería hemos probado, cría de invernada sola, novillos de exportación, cadena completa, con feedlot, todo, todo y el techo siempre es el mismo. No importa por donde lo encaras siempre estás con lo justo, que la seca, que a un gobierno se le ocurre una cosa, después viene otro y se le ocurre otra, después te cierran la exportación, dijimos, basta. No va más, no es para mí”.

Nuevos paradigmas

El turismo de cercanía, trae consigo un cambio en la formación de los prestadores de servicios pero también en la sociedad, “En algún momento se van a dar cuenta de la importancia que tiene el turismo como generador de empleo e ingresos para cada pueblo. Esto empieza a generar un movimiento que beneficia a todos, los comercios de la zona, los prestadores de servicios relacionados al turismo, a los vecinos, a todos. Es un proceso largo y costoso, hasta que se empieza a mover la rueda. En la zona no solo somos cerealeros o ganaderos, tenemos atractivos naturales muy importantes, laguna, mar, sierra, gastronomía, etc. El turismo siempre va a necesitar más gente para emplear, a medida que crece, a diferencia de otras actividades en el campo donde se necesita cada vez menos mano de obra para el trabajo”.  

Estancia Cerro Áspero

Un recorrido en primera persona, por las diferentes propuestas turísticas, que Carlos y su familia, están desarrollando y ofreciendo en estos momentos: “Siempre me gusto tener algo arriba, primero empecé con el refugio, me llevó un año armarlo, acarrear materiales hasta ahí es muy complicado. Enganchaba a todo el mundo para que me ayuden, la familia ya se escondía los fines de semana porque sabían que se venía la hora de subir al cerro a llevar materiales. En el refugio, me pasa que a la gente les gusta dormir ahí arriba, pero muchas veces no tienen todos los elementos necesarios para acampar en altura, entonces el refugio sirve para eso, es hermoso despertar arriba en el cerro. En el invierno se le esquiva un poco por el frío. 

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Tenemos acceso con cuatriciclos y motos hasta ese sector, el techo está hecho con las chapas de un silo que se voló de una planta de silos,  lo compre lo desarme, a sacar tuercas y juntar chapas. Desarmé un silo completo de cereal lo que no se dobló y sirvió, lo use para el techo, es una chapa buenísima. Al refugio te llevas una bolsa de dormir y la comida, tenes cocina, luz, salamandra, colchonetas, llevas la comida y la bolsa de dormir.

El Domo: es mucho más sencillo de armar, lo hice más alto que el refugio. Esto tiene otra idea, es más pensado como un refugio de montaña como hacen en el sur. Ya está estrenado, está trabajando. El ascenso es accesible, hay que salir con tiempo, al domo subieron chicos de 7 u 8 años, los padres los llevaron despacio y llegaron en una hora y media. Normalmente tardan poco menos de una hora. Tenés que tener otro tipo de equipamiento para pasar la noche ahí.  

Cerro Áspero recibe gente que le gusta la vida al aire libre, piel a piel con la naturaleza, padres montañistas traen a sus hijos a empezar en las prácticas del montañismo, hoy la demanda es de una vida agreste, poco a poco fueron creciendo y tomando forma, el refugio, las cabañas, el domo, los dormis, un fogón grande para 30 personas, circuito de cuatri y motos, caminatas, el sueño de Carlos y su padre, de una vida en armonía con uno mismo, con la familia, los amigos y la naturaleza.  

Estancia Cerro Áspero

@EstanciaCerroAspero

02923 15 45 0529

[email protected]

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