RECONOCIDO ESCRITOR

Stephen King, el 'maestro del terror', cumple 74 años

Un Día Como Hoy 21/09/2021 Hora: 18:19

"Los monstruos son reales y los fantasmas viven dentro de nosotros y a veces ellos ganan", "La vida puede ser peor que cualquier pesadilla": frases como estas son las que se repiten este martes 21 de septiembre en las redes sociales para recordar que este día cumple 74 años Stephen King, el maestro del terror.
 
Conocido mundialmente por haber escrito novelas de género de terror, ficción y misterio, entre ellas 'It', 'La niebla', 'El resplandor' o 'La milla verde', ha vendido más de 350 millones de copias, en su mayoría libros adaptados al cine y a la televisión. Más de 60 novelas y centenares de relatos conforman la librería de uno de los escritores más conocidos del mundo.

 

Los críticos literarios lo consideran un autor "comercial"

Nació en Portland, Maine (Estados Unidos). Cuando tan sólo tenía dos años, su padre abandonó a la familia y su madre se dedicó a la crianza de él y de su hermano mayor David. Cuando era niño, King presenció un accidente en el que uno de sus amigos fue atropellado por un tren tras quedar atrapado en uno de los rieles. Ese fue un acontecimiento que podría haberle inspirado en su obra. Empezó a escribir a muy temprana edad y, cuando descubrió el cuento 'El miedo que acecha' de H.P. Lovecraft, supo que su destino era escribir cuentos, relatos y novelas de misterio y terror. 

A Stephen King poco le importa que sea denigrado por críticos y académicos literarios como un un autor "comercial". Siguió haciendo la suya hasta convertirse en, como ahora mismo se le conoce, el auténtico maestro del terror. En su extensa carrera literaria, King nunca paró de escribir. Muchos lectores reconocen que se engancharon a la lectura gracias a él. En su narrativa da su máxima prioridad a la intriga, a la descripción detallada de los hechos y a las escenas impactantes. En sus relatos hay vampiros, apariciones de fantasmas, asesinos o seres con poderes extrasensoriales, pero también situaciones comunes que se vuelven espeluznantes.

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Su último proyecto literario

Ahora está inmerso en un nuevo libro ambientado en 2021 y la pandemia del covid tendrá un papel importante. Es, además, una de las personas más influyentes. Dedica muchas de sus reflexiones en su cuenta de Twitter para denunciar injusticias o hablar de temas diarios. 

Su larga trayectoria ha sido reconocida con la Medalla Nacional de las Artes, el más alto honor otorgado por el gobierno de los Estados Unidos.

 

Compartimos un breve cuento de su autoría, a modo de festejo por sus 74 años, llamado:

 

"El Asesino"

Repentinamente se despertó sobresaltado, y se dio cuenta de que no sabía quién era, ni que estaba haciendo aquí, en una fábrica de municiones. No podía recordar su nombre ni qué había estado haciendo. No podía recordar nada.

La fábrica era enorme, con líneas de ensamblaje, y cintas transportadoras, y con el sonido de las partes que estaban siendo ensambladas.

Tomó uno de los revólveres acabados de una caja donde estaban siendo, automáticamente, empaquetados. Evidentemente había estado operando en la máquina, pero ahora estaba parada.

Recogía el revólver como algo muy natural. Caminó lentamente hacia el otro lado de la fábrica, a lo largo de las rampas de vigilancia. Allí había otro hombre empaquetando balas.

–¿Quién Soy? –le dijo pausadamente, indeciso.

El hombre continuó trabajando. No levantó la vista, daba la sensación de que no le había escuchado.

–¿Quién soy? ¿Quién soy? – gritó, y aunque toda la fábrica retumbó con el eco de sus salvajes gritos, nada cambió. Los hombres continuaron trabajando, sin levantar la vista.

Agitó el revólver junto a la cabeza del hombre que empaquetaba balas. Le golpeó, y el empaquetador cayó, y con su cara, golpeó la caja de balas que cayeron sobre el suelo.

Él recogió una. Era el calibre correcto. Cargó varias más.

Escucho el click-click de pisadas sobre él, se volvió y vio a otro hombre caminando sobre una rampa de vigilancia. “¿Quién soy?” , le gritó. Realmente no esperaba obtener respuesta.

Pero el hombre miró hacia abajo, y comenzó a correr.

Apuntó el revólver hacia arriba y disparó dos veces. El hombre se detuvo, y cayó de rodillas, pero antes de caer pulsó un botón rojo en la pared.

Una sirena comenzó a aullar, ruidosa y claramente.

“¡Asesino! ¡asesino! ¡asesino!” – bramaron los altavoces.

Los trabajadores no levantaron la vista. Continuaron trabajando.

Corrió, intentando alejarse de la sirena, del altavoz. Vio una puerta, y corrió hacia ella.

La abrió, y cuatro hombres uniformados aparecieron. Le dispararon con extrañas armas de energía. Los rayos pasaron a su lado.

Disparó tres veces más, y uno de los hombres uniformados cayó, su arma resonó al caer al suelo.

Corrió en otra dirección, pero más uniformados llegaban desde la otra puerta. Miró furiosamente alrededor. ¡Estaban llegando de todos lados! ¡Tenía que escapar!

Trepó, más y más alto, hacia la parte superior. Pero había más de ellos allí. Le tenían atrapado. Disparó hasta vaciar el cargador del revólver.

Se acercaron hacia él, algunos desde arriba, otros desde abajo. “¡Por favor! ¡No disparen! ¡No se dan cuenta que solo quiero saber quién soy!”

Dispararon, y los rayos de energía le abatieron. Todo se volvió oscuro…

Les observaron cómo cerraban la puerta tras él, y entonces el camión se alejó. “Uno de ellos se convierte en asesino de vez en cuando”, dijo el guarda.

“No lo entiendo”, dijo el segundo, rascándose la cabeza. “Mira ese. ¿Qué era lo que decía? Solo quiero saber quién soy. Eso era”.

Parecía casi humano. Estoy comenzando a pensar que están haciendo esos robots demasiado bien.”

Observaron al camión de reparación de robots desaparecer por la curva.

 

 

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