Covid-19, una oportunidad para replantear el vínculo entre médicos y pacientes
El miedo y las restricciones impuestas desde el surgimiento del virus trastocaron por completo las formas de acceder a la atención médica. La doctora Matelda Lisdero insta a los profesionales de la salud a adoptar una mirada más integral del arte de curar. Asegura que los médicos son formados hoy para ser funcionales a la industria farmacéutica.
"Es muy triste comprobar cómo la manipulación con miedo resultó tan sencilla. Por eso le pido a la gente que salga del miedo. Para eso necesitamos apagar la tele, informarnos. Hay personas que me contactan por Instagram preocupadas porque tienen dolor de garganta y fiebre y me preguntan qué hacer. Les digo que hagan lo mismo que hacían hace tres años: nada”. La frase de la doctora Matelda Lisdero resume en pocas líneas el absurdo y la pérdida de sentido común de la que han sido víctimas tantas personas durante este año y medio de “pandemia”. En esta entrevista, la médica se refirió a la necesidad de revisar los actuales modelos de atención sanitaria -dislocados en este tiempo excepcional- y a la importancia de que los pacientes adopten un papel activo y sin miedo en el cuidado de su salud.
- ¿Cómo tomó la declaración de emergencia sanitaria por el covid-19?
- Cuando empieza la pandemia pensé acá nos van a manejar con el miedo. Desde el día cero. Conozco muchos médicos en Italia y ellos nos venían diciendo que la gente no estaba pudiendo ir a los hospitales, que se había cerrado todo, que se estaba quedando en sus casas, y que después llegaba tarde al hospital.
También los médicos están en pánico, están agotados. Y ese es el problema. El problema no es un virus sino cómo estamos ayudando a las personas a lidiar con el miedo y con todo esto: quedarse encerrados, no poder salir a hacer compras, no poder ver a tu familia, tener miedo de matar a tu abuelito… eso es lo grave, sabiendo que el origen de la enfermedad no está en un bicho que te ataca. En realidad, lo que pasa cuando hay enfermedades epidémicas o en grupos es que el grupo percibió el mismo estrés, la misma situación de alerta. Esto lo explica muy bien el modelo de “Las 5 leyes biológicas”: cada tejido tiene una función, que va a activar, va a hacer cambios, para enfrentar un desafío particular que tu cuerpo percibe. Los síntomas de inflamación, lo que llamamos enfermedad, vienen después de la alerta. Entonces, cuando nos encerraron, nos hicieron usar barbijo, etcétera, yo ya sabía los síntomas que iban a aparecer. Sabía que habría problemas en la piel, problemas neurológicos, infartos…. Todo lo que después fue la lista de los síntomas teóricamente causados por el covid. Pero que, en realidad, eran causado por el síndrome covid que incluye el encierro, el miedo a matar a otro, el tener miedo a respirar, el tener que respirar con la cara tapada, que el médico tenga más miedo que vos… eso es el síndrome covid. Y traerá más síntomas cuanto más miedo nos inyecten.
- Algunas personas empezaron a darse cuenta de que algo no estaba bien: que lo que nos estaban contando era distinto a la realidad. ¿Usted percibió una pérdida de la confianza en la medicina y en los médicos?
- Sí. Al pueblo en general le pasó empezar a descreer. A todos les dio miedo ir a consultar. De hecho, los mismos médicos tenían miedo. Hubo médicos que retaban a los pacientes por ir a las consultas, diciéndoles que eran irresponsables. Los médicos recomendaban no tomar mate porque podías matar a otro… la pérdida de confianza en la medicina se basa en que no podés fundar tu ayuda en el miedo. No podés ayudar a alguien asustándolo. La verdad es que el colectivo estaba en pánico. Y sigue estando. Desde el miedo activás tus cosas más primitivas: un médico no puede ayudar al otro, pensando en sí mismo.
- También se vio una pérdida de humanidad. No solamente en las instituciones médicas sino en la sociedad en general ¿Cómo cree que eso nos ha afectado? ¿Cuántas personas habrán muerto producto de la soledad, el aislamiento, el miedo?
- Cuando ponés a la población en emergencia, tal como lo llamaron, se activa eso de que uno está primero que el resto. El resto no te importa. Se está hundiendo el Titanic y te querés salvar vos, instintivamente. Eso fue parte del problema. Pensar que la vida del otro no vale tanto como la tuya cuando estamos todos en el medio del tsunami. Eso produjo mucho daño y no poder pensar en los daños que causaba el aislamiento, el barbijo, que el médico no te vea la cara ni vos verlo a él. Ya de por sí los médicos trabajan en un estado de frustración con el modelo oficial, ahora son un cubito de hielo que no conecta con el paciente, que no tiene empatía, tapado con una máscara, un acrílico en el medio y dos barbijos.
El peor daño es el que sufrieron los niños por hacerlos responsables de la salud de los adultos. Eso no es biológico. ¿Dónde se vio en la biología que un cachorro tenga que cuidar a su mamá o a su abuelo? Esto genera estrés a los niños. Y ni hablar si en la familia un abuelito falleció y en la fantasía familiar se cree que fue por culpa del adolescente que se fue al baile, a las fiestas clandestinas. De este modo se hace un daño casi irreparable. Entonces ahí están los síndromes multiinflamatorios de los chicos… ¡si hace un año les estamos diciendo que usen barbijo para cuidar al abuelo o a la maestra! Si vos entendés el modelo de las cinco leyes, que es lo que a mí me dio una paz tremenda, y entendés que los contagios no existen y que el miedo es el problema, también entendés que los síntomas aparecen post estrés. La verdadera pandemia vendrá después de la pandemia. Estos síntomas de covid crónico tienen que ver con el estrés crónico del que estuvimos hablando durante un año y medio. Esa pandemia recién empieza, que es la del alivio del estrés de un año y medio. Esto traerá síntomas claramente.
- ¿En qué consisten las cinco leyes biológicas?
- Es un conocimiento que nos habla de la conexión entre el cerebro, la mente y el cuerpo. El cerebro como la computadora del cuerpo, lo que percibe a través de los sentidos y las emociones, y tus células. Está descripto u ordenado en cinco leyes, pero lo más importante es entender el concepto: que cada tejido de nuestro cuerpo responde con cambios a partir de lo que percibe. Y cuando hay un estrés mayor, que excede lo fisiológico -un shock biológico- el cuerpo hace más cambios para hacer frente a esa situación y en el alivio de esa situación el cuerpo se inflama para poder reparar o volver al equilibrio. En ese momento en que el cuerpo se inflama es cuando aparece lo que mayormente llamamos enfermedad. El aparato respiratorio responde al miedo porque la nariz la usan los animales para detectar lo que va a pasar y también para identificar quiénes son de la manada. Por eso hubo en esta pandemia ese síntoma característico de la pérdida del olfato, que fue porque perdiste a tu manada. En realidad, este modelo explica todas las enfermedades con esta manera de pensar: que cada síntoma responde a algo que uno vivió. Entendiendo la medicina de ese lado, podemos empezar a salir del miedo. Los síntomas son la expresión del cuerpo intentando volver a la normalidad, reparando.
Cuando te das cuenta como médico que el sistema médico que te enseñaron ni ayuda ni tiene lógica, encontrar un modelo que te da toda la lógica -más allá de que no puedas ayudar a todo el mundo- por lo menos permite ofrecer otro tipo de ayuda, transformar a la medicina en el verdadero arte de curar.
- ¿Durante este tiempo se encontró con profesionales con una mirada parecida a la suya?
- Lo lindo de este modelo es que cuando un profesional de la salud se abre a entenderlo, nunca nadie se levantó y dijo ‘está diciendo cualquier cosa, me voy’. Se tienen que prestar a que el modelo de las cinco leyes les cambie el paradigma. Es volver a atender entendiendo al otro, entendiéndote a vos, entendiendo cuándo es necesario decir yo no te puedo ayudar, saliéndose de la omnipotencia, devolviéndole la responsabilidad por su salud al paciente.
Entre el 40 y 60% de lo terapéutico de una consulta médica o un medicamento reside en la palabra, es el efecto placebo. Lo que hizo la pandemia y todo lo que se instauró fue robarnos el efecto placebo a médicos y pacientes. Y lo transformaron en nocebo. Todo hace mal, no te acerques, si te abrazo te mato… Mucha gente se curaba con solo ver al médico. Lo que más cura es la palabra. Eso es lo que nos robaron. Nos sacaron la palabra y nos dijeron ahora se trata de una vacuna, un remedio, la industria farmacéutica. Y eso hizo que el médico sea responsable, así empieza a ser una medicina a la defensiva, porque la responsabilidad es de él.
-¿Por qué fue tan fácil engañar?
- Creo que fue fácil porque cuando empezás a meter miedo, la gente queda hipnotizada, perdés la capacidad de razonar.
- ¿Qué le diría a la gente que tiene que ir al médico pero ha perdido la confianza?
- Creo que todos nos tenemos que transformar en usuarios activos del sistema de salud, no pasivos. Tratar de ir al médico, entendiendo que el médico tiene miedo, no caer en el miedo de él, y usar las técnicas y tecnologías que tiene la medicina a nuestro favor. Buscar médicos que coincidan con nuestra creencia. Lo peor es no ir a buscar ayuda por miedo. Porque entrás en un círculo vicioso. Y buscar dentro nuestro qué es lo que nos permite no entrar en el miedo. Ver qué hicieron otros para atravesarlo mejor. ¿Por qué la medicina no pregunta eso? ¿Por qué la medicina en los congresos sólo se basa en lo técnico y nunca se fijan en qué es lo que las personas están haciendo para estar mejor?
- ¿Qué injerencia cree que tiene la industria farmacéutica en el modo de hacer medicina?
- Es la industria farmacéutica y cotiza en la bolsa. Obviamente necesita ganancias. Tiene que ser una industria que crezca, entonces no se van a ocupar. Nos tenemos que ocupar los médicos, no la industria farmacéutica. A la industria tenemos que usarla a favor de los pacientes. Hay drogas buenísimas en el mercado. Pero no corramos a la persona de buscar ella lo que necesita y no decirles nosotros lo que tiene que hacer.
- Es llamativo ver cómo las prescripciones médicas parecen hacerse de modo generalizado y no en función de las particularidades de cada paciente.
- La Facultad de Medicina está armada en función de la industria farmacéutica. Es la industria la que mueve la formación médica, los congresos, las revistas médicas. Está todo basado en la industria farmacéutica y es una industria millonaria. Con lo cual no podría echarle la culpa. Está para eso. Diría que los médicos tienen que ser conscientes que fueron formados para ser funcionales a la industria farmacéutica, no a la salud de los pacientes. Y ahí está el problema. Por suerte, este año y medio aumentó el contraste de estas cosas y mucha gente se avivó. No es que estaba escondido, fue siempre así.
- Esta pandemia lo dejó en mayor evidencia.
- Claro. La gente, sin entrar en pánico, tiene que transformarse en usuario activo del sistema de salud. Usar las drogas, usar lo natural, tranquilizarse, entender por qué se enfermaron… hay que hacer equipos de salud donde estemos todos unidos y que el paciente sea el director de la orquesta.
- ¿Qué vislumbra que pasará respecto de esta situación que vivimos en la actualidad?
- Tenemos que salir en forma individual, sin miedo. Porque una vez que se te va el miedo, podés pensar mejor.
- ¿Esta pandemia es un punto de inflexión tanto para la sociedad que empezó a ver la medicina con otros ojos como para aquellos médicos que empezaron a cuestionar el modo de trabajar?
- Yo los aliento a que se animen a entender otro modelo. Al que esté frustrado o cansado de hacer siempre lo mismo de la medicina viendo que no da resultado, lo invito a que vea que hay otra manera de ajustar lo que sabíamos de la facultad para que dé mejor resultado o para intentar que la persona elija ella misma qué hacer o qué no hacer. Podemos cambiar la medicina. Podemos cambiar esta falta de confianza espantosa con una mirada más integral para entender el origen de los síntomas que la persona tiene. Hacer equipo con el paciente.
(Agustina Sucri / La Prensa)