EFEMÉRIDE

El origen de los Premios Nobel

Un Día Como Hoy 27/11/2021 Hora: 14:54
El origen de los Premios Nobel
El origen de los Premios Nobel

El origen de los Premios Nobel se remonta al 27 de noviembre de 1895: Alfred Nobel firmó su último testamento, donando la mayor parte de su fortuna a una serie de premios en Física, Química, Fisiología o Medicina, Literatura y Paz. Así nacieron los Premios Nobel. Un testamento que causó gran controversia, no solo para su familia, que se opuso al establecimiento del Premio Nobel, sino también por la opinión pública a nivel internacional. Pasaron cinco años antes de que se pudiera otorgar el primer Premio Nobel en 1901. Hoy, se considera el galardón más prestigioso del mundo.

Desde entonces, los Premios Nobel y el Premio de Ciencias Económicas (incorporado en 1968) han reconocido la labor de casi 600 galardonados. Investigadores y literarios cuya aportación merece un hueco en un listado histórico, en el que figuran nombres tan ilustres Albert Einstein, Alexander Fleming, Martin Luther King Jr., Marie Curie...

El deseo de Alfred Nobel era que sus activos sirvieran a un beneficio para la humanidad. Según su voluntad, su patrimonio tendría que dividirse en cinco apartados: en primer lugar, a los descubrimientos o inventos más importantes en el campo de la física. Otra parte, para la persona que haya realizado el descubrimiento o mejora química más importante. Otra parte debería ir destinada a la persona que hizo el descubrimiento más importante dentro del campo de la fisiología o la medicina. Otra parte para la persona que, en el campo de la literatura, produjo el trabajo más destacado. Y, por último, una parte para la persona que ha hecho lo mejor para avanzar en la comunión entre las naciones, la abolición de los ejércitos permanentes y el establecimiento y promoción de congresos de paz.

Pero Alfred Nobel no solo detalló el contenido de los premios, sino también dejó por escrito las instituciones que los entregarían. Así, los premios de física y química son otorgados por la Academia de Ciencias de Suecia. Los logros fisiológicos o médicos, son otorgados por el Instituto Karolinska en Estocolmo. En cuanto a literatura, el responsable de otorgarlos sería la Academia de Estocolmo; y para los campeones de la paz, lo haría el Storting noruego.

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Es mi deseo expreso que al otorgar los premios, no se tenga en cuenta la nacionalidad, sino que el premio se otorgue a la persona más valiosa, sean o no escandinavos”.

Los Premios Nobel suponen hoy en día el reconocimiento más ilustre al que puede aspirar un profesional de las ciencias o las letras, o bien, aquellos que han trabajado por la paz de las naciones. Y, todo ello, como homenaje a un hombre que quiso mejorar el mundo, atormentado por los usos de su invención más célebre: la dinamita.

 

Un poco de la biografía de Alfred Nobel

Alfred Nobel (y no Nóbel como lo pronuncia todo el mundo) fue un químico e ingeniero sueco nacido en Estocolmo en 1833.

Tras formarse en Rusia y en Estados Unidos regresó junto a su padre para ayudar en el negocio familar (la fabricación de explosivos).

En 1864 una explosión una explosión de nitroglicerina mataba a su hermano pequeño y a otras cuatro personas. A raíz de esta tragedia Alfred se concentró en la tarea de poner a punto un método para manipular con seguridad la nitroglicerina.

Para ello mezcló el explosivo líquido con un material absorbente (la tierra de diatomeas) consiguiendo un polvo que podía ser percutido e incluso quemado al aire libre sin que explotara. La mezcla resultante solo explotaba cuando se utilizaban detonadores electricos o químicos. Había nacido la dinamita.

El uso de la dinamita hizo que muchas tareas pertenecientes al mundo de la construcción y la minería progresaran a una velocidad sin precedentes en la historia. Sin embargo, la dinamita también fue de gran utilidad en la fabricación de explosivos, aplicación que se generalizó hasta el punto de hacerle acreedor, aún a pesar de sus actividades humanitarias, del epíteto "mercader de la muerte".

Cuando murió, dirigía fábricas para la elaboración de explosivos en diversas partes del mundo. Por ello en su testamento legó la mayor parte de su fortuna (estimada en unos 9 millones de dólares) para crear la fundación que otorgara premios anuales entre aquéllos que durante el año precedente hubieran realizado el mayor beneficio a la humanidad en el campo de la física, la química, la  medicina y la fisiología, la literatura y la paz mundial.

El elemento químico número 102 tuvo el honor de recibir su nombre; se le llamó Nobelio (No).

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