Salamone y sus caricaturas
Por Martín Aurand (@mondosalamone) para SudOeste B.A.
Antes de proyectar un sinfín de obras monumentales y únicas por toda la provincia de Buenos Aires, hubo otro Salamone. Uno que, tiempo después de graduarse en la Universidad de Córdoba, se estableció en Valle Hermoso durante la década de 1920, en la misma provincia donde comenzaría su vida profesional.
De esa época escasean los registros oficiales de obras, aunque sí tenemos la certeza de sus destrezas artísticas y de su breve incursión en la política dentro del radicalismo cordobés. También sabemos que en 1928 se casó con Adolfina Croft – hija del cónsul del Imperio austrohúngaro en Bahía Blanca –, con quien tuvo cuatro hijos.
En cuanto a su veta artística, desarrolló una práctica original, creando caricaturas con un estilo tan personal como el que imprimiría en varios de sus edificios años más tarde. Estas ilustraciones retrataban, por lo general, a reconocidos personajes de la época y a políticos nacionales e internacionales. Las más difundidas pertenecen a esta serie en la que observamos a los integrantes de la Conferencia de Yalta: Iósif Stalin, Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill, inmortalizados por el filtro cubista salamónico.
Hace ya varios años, los tres retratos habrían aparecido en una subasta de bienes familiares. Al ser objetos de valor patrimonial y ante el aviso de un allegado, se evitó su venta y, gracias a la mediación de un vecino lapridense, el juez dictaminó que su destino final debía ser el Palacio Municipal de esa localidad. Actualmente se pueden visitar en el Salón Dorado rodeadas de mobiliario original diseñado por FS.
Cuenta el Arquitecto René Longoni que estas obras eran producto de un largo proceso, el cual en un principio comenzaba con un dibujo al natural y al que luego se le superponían calcos, hasta fortalecer los rasgos y lograr el estilo cubista caricaturesco. Con esta técnica, además, habría creado sus Cristos, diseminados por varias localidades del interior bonaerense. También agrega que, en una entrevista con uno de sus hijos, llegó a enterarse que Salamone las llamaba arquicaricaturas.
En 1924, en la ciudad de Buenos Aires, Arquicaricaturas fue el término utilizado para nombrar las particulares ilustraciones del artista uruguayo Dardo Salguero Dela Hanty, las cuales tuvieron una amplia repercusión en esos años. Con estas obras pasó a ser uno de los pioneros en introducir las vanguardias artísticas europeas en el Río de la Plata. Si bien los trazos eran más sintéticos que las posteriores de Salamone, el autor desarrolló una suerte de arquitectura facial que justifica el mote arquicaricaturesco. Así es que podemos encontrar retratos de personajes reconocidos de la época, que van desde el pintor uruguayo Pedro Figari hasta Albert Einstein, pasando por Macedonio Fernández. Dardo fue parte de la legendaria revista literaria Proa (segunda época), fundada por Jorge Luis Borges y el retratado Güiraldes, entre otros. Además participó en la revista porteña Inicial donde también aportó sus originales creaciones. Tanto para FS como para DSDH, la inspiración de una buena parte de sus personajes provenía del mismo círculo intelectual o político en el que se desenvolvían.
A pesar de su reconocimiento, al poco tiempo Salguero migró a Francia donde se dedicó a la escultura, actividad por la que fue mayormente conocido. Curiosamente, algunos años antes de morir, rehizo algunas de sus arquicaricaturas - luego rebautizadas estilizaciones - y las donó al museo de su ciudad natal, San José de Mayo. Hace algunos años comenzaron a ser revalorizadas en Uruguay, donde se realizaron muestras y conferencias en museos alrededor de esta etapa de su vida artística.
Pero volvamos a Salamone y a la ciudad de Córdoba. En 1932 le llegó el turno de exhibir sus obras de arte, y esa exposición fue más que bien recibida por la crítica del momento. A ella hace referencia este recorte del diario La voz del interior.
A su vez, el arquitecto Ángel Lo Celso registraba de esta manera aquel suceso: en la Confitería Oriental se exhiben caricaturas de profesionales de nuestro medio realizadas por el Ingeniero-Arquitecto Francisco Salamone. Al año siguiente, se efectuó una segunda muestra en la misma confitería con más ilustraciones, donde Salamone hizo gala de su cubismo ironizado, parafraseando al crítico del diario.
Entre 1934 y 1935, Francisco Salamone comenzó a planificar sus primeras obras arquitectónicas de importancia: la construcción del matadero y la remodelación de la plaza Centenario, en Villa María, y la que sería su primera municipalidad, en Las Varillas.
Precisamente desde Córdoba me enviaron esta imagen en plena pandemia a mediados del año 2020. Se trata de una caricatura realizada en 1932 en la que el retratado es Obregón Cano, dirigente político de la época y padre del ex gobernador de la provincia, Ricardo Obregón Cano. Hace 20 años, una pareja de arquitectos, compró la ilustración enmarcada en una casa de antigüedades y gracias a ellos, hoy podemos verla en detalle.
En 2021, otro seguidor cordobés compartió su caricatura salamónica. Esta vez el retratado es Egidio Belloni, quien en su momento fue dueño de la Confitería Del plata - competidora de la Oriente anteriormente mencionada - y de otros emprendimientos comerciales en la ciudad de Córdoba.
Y eso es todo por ahora. Lamentablemente, no sobrevivió ningún archivo personal de Salamone al que sea posible recurrir para indagar en detalle sobre su trayectoria profesional y artística, por lo cual es muy probable que aún queden proyectos y retratos por descubrir.
Fuentes:
Lo Celso, Ángel T. (1973). 50 años de arte plástico en Cordoba desde el año 1920 al 1970.
Agradecimientos:
Natalia Saizar, Alberto Baulina, Egidio Belloni, Iván Zabczuk.