Cierran exportaciones de harina y aceite de soja, desde el sector creen que subirán las retenciones
Los dos principales derivados de la molienda de soja pagan 31%: el Gobierno podría eliminar el diferencial y subir el tributo a 33%, como el poroto sin procesar
El Ministerio de Agricultura, a través de una comunicación dictada por la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios, cerró la posibilidad de anotar nuevos negocios con el principal producto exportable de Argentina: la harina de soja. La medida también alcanzan al aceite de soja y usualmente es la antesala de una suba de los derechos de exportación (DEX) que tributan esos productos.
Javier Preciado Patiño firmó el comunicado
Los dos principales derivados de la molienda de soja hoy pagan el 31% y la primera impresión, dijeron desde el portal Bichos de Campo, es que el Gobierno podría eliminar el diferencial histórico y subir ese tributo a 33% (como paga el poroto sin procesar).
El cierre del registro de DJVE (Declaraciones Juradas de Ventas de Exportación) es una manera que tiene el Gobierno de evitar que las aceiteras sigan anotando negocios de exportación.
El ministerio solo cerró las DJVE del harina y el aceite, y no las de los cereales, como se creía en los últimos días. Con la suba para el aceite y la harina, el Gobierno se quedaría, según cálculos preliminares, con unos US$ 400 millones más.
Incluso los actores del sector agropecuario, siempre expectantes ante nuevas malas noticias, se vieron sorprendidos. “El Gobierno cerró el registro de exportación de aceite y harina de soja porque la decisión del ministro (Martín) Guzmán es subir en dos puntos las retenciones al complejo agroindustrial”, tuiteó ayer la cuenta de Ciara-CEC.
No se quedaron allí. “Es totalmente contrario al interés exportador de la Argentina. Además de ser ilegal, va a afectar el ingreso de divisas y el empleo en el cordón agroindustrial. Pone fin a los fideicomisos de maíz, trigo y aceite, puesto que cambia las condiciones de comercio exterior”, dijeron. Desde el sector ya habían expresado, de diversos modos, que el margen para subir la carga impositiva era inexistente. En definitiva, la respuesta del agro era previsible.
(El Economista)
