El desafío de la preadolescencia en el mundo actual

Salud 15/06/2022 Hora: 21:13
El desafío de la preadolescencia en el mundo actual
El desafío de la preadolescencia en el mundo actual

Cada etapa en el desarrollo de niños y jóvenes tienen sus particularidades. Es por eso que tanto los padres, como los educadores y profesionales de la salud comprendemos que a lo largo de ese desarrollo varían los desafíos y problemáticas que se presentan, la modalidad de abordaje o las estrategias que debemos utilizar. 

La preadolescencia es un período de transición comprendido entre la segunda infancia y la adolescencia. Podemos situarlo entre los 9 a 10 años, en que inician los primeros cambios de la pubertad, y los 13 años, cuando se inicia la adolescencia. Este período vital, marcado por grandes cambios a nivel físico, mental y emocional y conductual, es muy variable entre los niños, dado que cada niño tiene su propia maduración biológica.

En los últimos años se ha empezado a poner el foco en diferenciar la pubertad de la adolescencia, dado que el mundo y las relaciones de los jóvenes son completamente diferentes, así como sus intereses, necesidades y nivel de autonomía. Básicamente, los preadolescentes, no son niños ni jóvenes y este aspecto es el que mejor define las complejidades y particularidades de esta etapa.

Si bien un joven de 13 años puede estar completamente desarrollado desde el punto de vista físico, su mentalidad y universo emocional puede ser aun el de un niño. En los preadolescentes, podemos además vislumbrar un amplio espectro de inquietudes y necesidades, donde quizás puedan convivir jóvenes que ya tuvieron sus primeras experiencias sexuales, con otros que ni siquiera se interesan por ese tema aún.

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Los preadolescentes pueden experimentar dificultades a la hora de decidir sobre su vestimenta, momentos de ocio, salidas y vínculos. Pueden sentirse incómodos e inseguros con su imagen corporal cambiante, pueden necesitar una mayor intimidad, suelen tener fluctuaciones en su humor o estados de ánimo y se sienten particularmente atraídos por sus pares y grupos de amigos.

Dado que los jóvenes en esta etapa comienzan a abrirse al mundo y ejercer su autonomía, existen infinidad de situaciones que puede generar en los padres inquietud, miedo e inseguridad. Los padres en esta etapa, buscan brindar herramientas a los jóvenes y trabajar en la prevención, frente a problemáticas como el abuso de alcohol y sustancias, el bullying, el embarazo adolescente o el abuso sexual. 

Existen riesgos o posibles escenarios que preocupan a los adultos, mientras por parte de los jóvenes hay una auténtica necesidad de experimentar y vivir el presente a su manera, seguir modas o patrones socialmente aceptados y transgredir normas establecidas, que ellos consideran innecesarias.

La búsqueda de independencia por parte de los jóvenes, obedece a la necesidad de reafirmar su identidad y vivir nuevas experiencias, aunque muchas veces padres y educadores veamos su comportamiento como imprudente o inadecuado. 

¿Cómo encontrar entonces ese sano equilibrio, que permita que los preadolescentes se abran al mundo, exploren y aprendan, pero dentro de un ámbito de cuidado y contención?

Vamos a entregar algunas premisas que siempre sirvan para lograr un punto de encuentro:

  1. Ante todo, ponete en los zapatos de tu hijo: alguna vez, también tuviste su edad y te enfrentaste a convencionalismos de la época, cuestionaste y fuiste cuestionado por tus padres, sentiste que no te comprendían y quizás transgrediste normas 
  2. No prejuzgues. Mas de opinar, aprende a escucharlo: Juzgar las actitudes o el pensamiento de tu hijo, cierra el campo para crear un espacio de escucha mutua, restringe posibilidades de llegar a acuerdos y se pierde el clima de confianza. Escuchar sin juicio, permite que tu hijo se abra y cuente sobre sus vivencias y necesidades, acepte tus puntos de vista y comprenda tu visión.
  3. No le des todo servido. No lo sobreprotejas. No busques alejarlo del dolor: las experiencias dolorosas de la vida también tienen un propósito. Nos permiten aprender de las adversidades para salir más fortalecidos. También nos enseñan acerca de las consecuencias de nuestras acciones, la disciplina y responsabilidad. Si tu hijo quiere cierta autonomía, debe saber que viene de la mano del ejercicio de la responsabilidad.
  4. Ofrecele la información y recursos que quizás pueda estar necesitando, de acuerdo a su maduración y vivencias. Llamar cada cosa por su nombre o tocar en forma oportuna aquellos temas considerados "tabú", es otro aspecto fundamental. Es clave que sienta que todo tipo de temáticas pueden tratarse y conversar con libertad.
  5. Cuando sea necesario poner límites, hacelo. Es algo que en esta etapa los jóvenes inconscientemente solicitan. El límite es seguridad. El límite es amor consciente. 

En síntesis, el mayor desafío en la pre adolescencia es poder tender puentes entre padres e hijos, poniendo límites claros y construyendo vínculos basados en la confianza, el respeto, la escucha activa y el no juicio. 

Roxana Anahí Timo
Médica. Health Coach (M.N. 88.956)

(La Prensa)

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