La Colina

Mi Colina

En el marco de los festejos por los 111 años de La Colina, el reconocido periodista y escritor argentino Martín Caparrós escribió un bello relato de sus recuerdos de infancia en el pueblo durante la década de 1960. Sus abuelos, el silencio pueblerino de las siestas de verano, el sonido de las campanas llamando desde la capilla y la llegada del hombre a la luna. Martín es nieto del querido y recordado doctor Antonio Caparrós, quien ejerció durante muchos años su profesión en La Colina.

Sociedad 22/09/2022 Hora: 18:18
Foto actual de la vieja casa de familia del Dr. Antonio Caparrós
Foto actual de la vieja casa de familia del Dr. Antonio Caparrós

por Martín Caparrós

 

“Mi Colina”


"Recuerdo las tardes de calor, la biblioteca de mi abuelo, las gallinas, las campanadas de la iglesia, los cactus, las palomas, las ramas de la higuera donde me sentaba a leer, las palmeras del patio, las jaulas ya vacías donde mi abuela había criado sus visones, las comadrejas que a veces se peleaban con los perros, las siestas largas, la tortilla de patatas de casi cada noche. Y recuerdo sobre todo cuando acompañaba a mi abuelo Antonio en sus visitas –primero en su Renault Gordini, después en su Ford Falcon– que nos llevaban a casas y campos, a familias que lo recibían con la preocupación y la gratitud con que se recibe a un médico confiable, dedicado –y que, algunas veces, me dejaban montar uno de sus caballos y salir a recorrer el campo. O, incluso, a cazar pobres perdices: recuerdo, entonces, la mueca de disgusto de mi abuela Sagrario cuando yo le llevaba, orgulloso, las presas de mi escasa puntería. Y recuerdo, con una claridad que me sorprende, la noche en que los hombres llegaron a la Luna y mis abuelos no tenían televisor y fuimos a verlo a casa de Torino, ahí a dos cuadras, y se veía raro y no podíamos creerlo. Pero, desde entonces, cada vez que pienso en aquel hito de la historia pienso en La Colina.

Durante mis 15 primeros años, La Colina fue mi segundo lugar en el mundo. Mis abuelos vivían allí y yo iba, a veces con mis padres y mi hermano, a veces solo, a pasar unos días con ellos, a cambiar de aires y salir al campo y jugar a ser otro. Después, la vida me llevó por otros rumbos, pero nunca dejé de recordarla. Tantas veces me he dicho que quiero volver, ver cómo es más allá de mi memoria, llevar a mi hijo, que también se llama Antonio Caparrós, a conocerla. Todavía no lo he hecho; espero hacerlo. Aunque a veces pienso que me da miedo que mi recuerdo y la realidad no se parezcan, y que la una podría herir al otro; supongo que por eso no lo hago. Pero, de un modo raro, nunca me fui, sigo viviendo allí".


Martín Caparrós

 

(Publicado por Prensa La Madrid)

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