OPINIÓN

Las áreas naturales (des) protegidas de la Provincia de Buenos Aires

Nota de opinión de la profesora Patricia M. González, en el marco del Día de las Áreas Protegidas de Latinoamérica y el Caribe que se conmemoró ayer 17 de octubre.

Ambiente 18/10/2022 Hora: 10:25
Las áreas naturales (des) protegidas de la Provincia de Buenos Aires
Las áreas naturales (des) protegidas de la Provincia de Buenos Aires

Prof. Patricia M. González*

En octubre del 2019 se llevó a Cabo, en la ciudad de Lima, el Congreso de Áreas Protegidas de Latinoamérica y el Caribe. En este marco es que el Comité Organizador decidió conmemorar el 17 de octubre como el Dia de las Áreas Protegidas de Latinoamérica y el Caribe, con el objetivo de generar el reconocimiento en la importancia de la conservación de los ecosistemas a largo plazo. 

Sin embargo, la crisis ambiental se ve claramente reflejada en el hecho de que hoy no hay diferencias sustanciales entre un ambiente protegido con el resto de los ecosistemas. Un ejemplo claro es el Sistema de Áreas Naturales Protegidas de la Provincia de Buenos Aires, que desde la implementación de la primer Reserva Natural: el Parque Provincial Ernesto Tornquist, no ha tenido grandes avances en la conservación a perpetuidad de sus ecosistemas y especies. Tal es el caso de la Reserva Natural Bahía Blanca, Bahía Falsa, Bahía Verde, donde aún mueren ahogados los delfines franciscanos por una actividad extractivista prohibida, como la pesca, o la Reserva Natural Pehuen Có Monte Hermoso cada vez más impactada por la autorización al tránsito de cuatriciclos, motos, 4x4, que tanto dañan el ambiente. El propio Parque Provincial E. Tornquist, que en aquel 1984, con la llegada del Primer Guardaparque proveniente de Parques Nacionales, había tenido un giro sustancial cuando deja de ser un vivero forestal, zona de pastoreo para el ganado vacuno y coto de caza, dando los primeros pasos hacia un paradigma conservacionista. Hoy puede verse a simple vista, en este Parque protegido por Ley, como la falta de implementación de programas conservacionistas, en los últimos años, ha facilitado la invasión de exóticas, poniendo en peligro el principal objeto de conservación, el pastizal serrano.

Los últimos reductos para el resguardo de la biodiversidad, están agonizando y si no se hace algo pronto, esta agonía se profundizará.

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Desde la publicación del Manifiesto de las Mujeres del Sistema de Áreas Naturales Protegidas el 8 de marzo de este año, no hubo grandes cambios. Se hace necesario repetir los puntos de aquel manifiesto, sobre el que tuve la oportunidad de trabajar, ya que considero que seguimos asistiendo a los siguientes vaciamientos:

  • Vaciamiento del presupuesto: en las Áreas Protegidas no contamos con los elementos mínimos. La ley 10.907 establece que las Reservas, Parques y Monumento Naturales deben tener asignado un presupuesto. Sin embargo, lejos de eso, en algunas áreas aún no hay agua potable ni baños. Tampoco contamos con vehículos, computadoras, medios de comunicación, internet, indumentaria acorde, entre otros aspectos. La precariedad laboral redunda en tareas precarias.

 

  • Vaciamiento del discurso conservacionista: prácticamente no se habla de conservación. El discurso gira en torno a un ambientalismo que invisibiliza la función de las Áreas Naturales Protegidas. Al punto de que, en la página del Ministerio de Ambiente, ya no aparece el botón de ingreso directo, en la portada, para acceder a la información de este espacio institucional, como años anteriores. Se ingresa a través del botón de Políticas Ambientales y allí en el tercer lugar por debajo de Parques Ambientales y Plan de Nativas se puede acceder. Primero están las plazas municipales, después los viveros, más abajo las Áreas Protegidas. Pareciera que ya no somos prioridad.

 

  • El vaciamiento de la biodiversidad: tenemos Reservas y Parques Provinciales de papel, solo figuran en la ley. No se están cumpliendo los principales objetivos de conservación. Cada uno de los Monumentos Naturales está agonizando.

 

  • Vaciamiento institucional: seguimos sin Jefe de Departamento asignado y las últimas encargaturas se transformaron en espacios de poder, se eligieron encargados, de las ANP, a personas afines a la gestión, independientemente de sus antecedentes. Y todos hombres.

 

En resumen, las Reservas, Parques y Monumentos Naturales no tienen presupuesto especialmente asignado, las especies están agonizando, gran parte del personal se encuentra en situación precaria.

¿Frente a este panorama que nos queda por hacer? ¿Como luchar contra un sistema que deja a las Áreas Naturales totalmente desprotegidas? 

Pues se empieza por el principio. Se empieza con la palabra y si no conocemos las palabras para explicarnos, señalemos con el dedo, como decía Gabriel García Márquez en “Cien años de soledad”.

En el día de las Áreas Naturales Protegidas de Latinoamérica y el Caribe, este es mi señalamiento. Porque mal que nos pese no tenemos mucho que celebrar, pero si mucho por hacer, y tiene que ser pronto, porque como dijo Pablo Neruda: “el mar es duro y llueve sangre”.

 

Prof. Patricia M. González es Personal del Sistema de Áreas Naturales Protegidas

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