NEUROCIENCIA

Cómo influyen la postura y la expresión facial en nuestras emociones

Nuestra postura y nuestro rostro envían importantes señales a nuestro cerebro, y es una información a la que nuestro cerebro responde.

Salud 16/02/2023 Hora: 12:48
Emociones, cerebro y expresion facial. / Getty Images
Emociones, cerebro y expresion facial. / Getty Images

Recientemente, desde la neurociencia se estuvo señalando la importancia de la relación entre el cuerpo y el estado anímico. Existe un vínculo sumamente estrecho entre factores como la postura, la respiración y la expresión facial, por un lado, y las emociones que experimentamos, por el otro.

Para explicar esta relación, la neurocientífica española Nazareth Castellanos resaltó que ya no se considera que tengamos cinco sentidos, sino siete. Más allá del olfato, la vista, el tacto, el gusto y el oído, más relacionados con percibir los estímulos “de afuera”, se habla de otros dos sentidos que serían “los más importantes” para el cerebro: la interocepción y la propiocepción.

"La propiocepción es la información que le llega al cerebro de cómo está mi cuerpo y en concreto de la cara" / Getty Images


Mientras que la interocepción es la información que el cerebro recibe sobre lo que pasa en los órganos, la propiocepción consiste en “la información que le llega al cerebro de cómo está mi cuerpo por fuera, la postura, los gestos y las sensaciones que yo tengo a lo largo de mi cuerpo”.

 

Si yo tengo una cara enojada, el cerebro interpreta: ‘Esta cara es propia de enojo por tanto activo mecanismos de enojo’.

 

Así, cosas como la postura del cuerpo y la expresión del rostro envían señales a las que el cerebro debe responder: “Ya se conocía que el cerebro tiene que saber cómo está todo el cuerpo, pero antes se pensaba que era una información pasiva, el cambio ahora es que esto es un sentido”, explicó Castellanos. “Es decir, un sentido es aquella información que el cerebro recibe y a la que debe responder”, detalló.

La neurocientífica explicó que el cuerpo está representado en la zona cerebral llamada corteza somatosensorial, y que el cerebro da más importancia a ciertas partes del cuerpo que a otras: “A lo que el cerebro da más importancia de todo el cuerpo es a la cara, a las manos y a la curvatura del cuerpo”.

 

“El cerebro busca siempre lo que se llama la congruencia mente – cuerpo” / Getty Images

De esta manera, las personas que fruncen el ceño, cosa que, resaltó, hacemos mucho al usar el celular, “están activando una zona relacionada con la amígdala” que “es una parte del cerebro que está en zonas profundas y que está más involucrada en la emoción”. Por lo tanto, según Castellanos, “si llega una situación que es estresante me voy a excitar más, voy a reaccionar más, porque yo ya tengo esa zona preparada”.

 

Cuando el cuerpo tiene una postura propia de estar triste el cerebro empieza a activar los mecanismos neuronales propios de estar triste.

 

“El cerebro busca siempre lo que se llama la congruencia mente – cuerpo”, estableció la neurocientífica, y agregó que el órgano intenta adaptar las emociones a la expresión de la cara: “Si yo tengo una cara enojada, el cerebro interpreta ‘esta cara es propia de enojo por tanto activo mecanismos de enojo’, o ‘esta cara es propia de estar tranquila y por tanto activo mecanismos de estar tranquila’”, ejemplificó.

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Además, la científica reveló que existe una zona del cerebro dedicada a la postura del cuerpo. “Cuando el cuerpo tiene una postura propia de estar triste el cerebro empieza a activar los mecanismos neuronales propios de estar triste”, sostuvo. “Estar encorvado es algo propio de estar triste”, ilustró Castellanos y alertó: “Últimamente todos adquirimos posturas encorvadas, porque pasamos ocho horas al día frente a un ordenador, entre otras cosas”.

 

 

"Estar encorvado es algo propio de estar triste" / Getty Images


Por último, la neurocientífica resaltó el rol de la respiración en la determinación de las emociones: apuntó a que “no sabemos respirar” y a que este proceso está íntimamente relacionado con la postura. “Si cuidas la postura cuidas la respiración", sostuvo, y agregó que "la respiración influye en la memoria, en la atención y la gestión de las emociones”.

 

"La respiración influye en la memoria, en la atención y la gestión de las emociones". / Getty Images

La postura y la respiración están íntimamente relacionadas. Si cuidas la postura cuidas la respiración, entonces lo que se ha visto en la neuroanatomía de la respiración es que la respiración influye en la memoria, en la atención y la gestión de las emociones. Pero cuidado, si es nasal, si la inspiración es por la nariz.

Si inspiramos por la boca, y gran parte de la población es respiradora bucal, no tenemos tanta capacidad de activar al cerebro.

El cerebro necesita que le marquen ritmos y la respiración es uno de los marcapasos que tiene nuestro cerebro para que las neuronas generen sus ritmos, sus descargas eléctricas. Si respiramos por la boca es un marcapasos atenuado. Tiene que ser la inspiración por la nariz.

Cuando inspiramos, por ejemplo, el momento en el que más memoria tenemos es el momento en el que estamos inspirando por la nariz, en ese momento está activado el hipocampo.

Además, resaltó que es importante ejercitar la respiración lenta y reveló que el momento de la inspiración es cuando más memoria tenemos: “Si te dicen algo, una palabra, en el momento que coincide con la inspiración, tiene más probabilidad de ser recordada que si te la dicen cuando estabas echando el aire, en la exhalación”, expresó.

Cuando nos ponemos nerviosos, sentimoso algo en el estómago o un nudo en la garganta. Todo eso lo siente el cerebro, lo recibe. Cuando somos conscientes de esas sensaciones, esa información que le ha llegado al cerebro es más nítida, y por tanto, el cerebro tiene más capacidad de discernir una emoción de otra.

Y eso lo hacemos con la consciencia, que también es una aliada en la gestión de las emociones. Porque cuando estamos metidos en una emoción, sea la que sea, si en ese momento paramos y desviamos la atención a las sensaciones del cuerpo, esto nos alivia mucho.

Es una de las formas de relajarnos, de frenar esa vorágine en la que nos metemos cuando tenemos una emoción. Esto se llama la consciencia corporal.

 

SudOeste B.A. con información de Diario con Vos y BBC Mundo

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