LA HISTORIA DE LA ÚNICA PAPISA

Juana, la mujer que logró ser papa

Una sed de conocimiento insaciable y una frustración contra las leyes de la época, impulsaron a una pequeña niña a transformar su vida por completo y luchar por lo que siempre quiso: Estudiar. La iglesia eliminó todo el rastro de su vida, pero aun hay quienes creen fielmente que su historia fue verdadera.

Cultura 07/05/2023 Hora: 18:54
De Kladcat - Woodcut illustration of Pope Joan, CC BY 2.0,Commons.Wikimedia.org
De Kladcat - Woodcut illustration of Pope Joan, CC BY 2.0,Commons.Wikimedia.org

¿Cómo inicia la historia de Juana?

Su ciudad natal fue Maguncia, Alemania, estaba cerca de  uno de los centros religiosos más importantes del momento: el monasterio benedictino de Fulda.

La abadía tenía una de las bibliotecas más grandes y famosas de Alemania, era un centro cultural dedicado al estudio de la vida monástica y se concentraban únicamente los mejores intelectuales, pero estaba prohibido rotundamente el acceso de mujeres. 

Desde muy pequeña se sentía frustrada con el mundo que la rodeaba, deseaba aprender y estudiar y salir de las labores clásicas del hogar, a las que estaban obligadas las mujeres. Así que la única salida que vio, fue esconder su cuerpo y su identidad bajo los mantos de los monjes benedictinos, para escapar de su destino y poder estudiar. 

Los detalles de su vida antes de entrar al monasterio son confusos, nadie sabe con exactitud su nombre ni su fecha de nacimiento. Mantuvo su pasado lo más reservado posible para evitar ser descubierta.
 

El deseo de aprender la impulsó a vestirse de hombre

En la edad media la mujer no tenía un papel fundamentado en la iglesia, todas las posiciones importantes eran ocupadas por hombres y el sexo femenino seguía siendo visto como pecaminoso e impuro. La educación en la época era muy limitada, los libros estaban únicamente en manos de la iglesia y las mujeres no tenían acceso a ningún tipo de material.

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La hermana Lydia Stridzl, de la abadía benedictina de Hildegardl, lo explica así: “Las mujeres debían permanecer en las sombras, no tenían una posición definida dentro de la iglesia." pero resulta que hay una excepción, una mujer que aún mostrándole al mundo su verdadera sexualidad logró una posición:

"La única que llegó a ser importante fue la hermana Hildegardl, admirada por su inteligencia y porque no tenía miedo de decirle al papa los errores del clérigo.”

Hildegard fue una hermana muy famosa por su inteligencia, fue una de las pocas mujeres que llegó a tener una influencia en la iglesia sin tener que vestirse de hombre. Por más increíble que parezca, las mujeres vestidas de hombres son comunes en la iglesia.

Juana tenía la opción de unirse a las monjas y servir a los pobres, pero esta vida le parecía muy restrictiva. Peter Standford, el autor de “The She-Pope” dice “A la edad de 12 años, esta joven alemana se enfrentó a la decisión de elegir el aprendizaje que ella deseaba emprender, o una vida de servidumbre y numerosos partos. Se dio cuenta que la única manera de alcanzar sus metas, era fingiendo ser hombre.”
 
¿Mujeres vestidas de hombre en la iglesia? Si, muchas más de lo que se piensa.
 

Imagen de la película "La papisa" de 2009

Las mujeres “burlaron” los estándares machistas de la iglesia en múltiples ocasiones y que nadie se enteraba de la verdadera sexualidad hasta que morían.
 

El travestismo no era algo fuera de lo común en la edad media, era algo que las mujeres tenían que hacer para poder cumplir su vocación.
Henrietta Leyser, Historiadora de la Universidad de Oxford 

 

¿Cómo logró hacerse pasar por hombre?

La decisión de convertirse en trasvesti la había tomado desde muy pequeña, por lo que se había acostumbrado a actuar como hombre. Rosalind Miles  la autora de “La historia de las mujeres”, describió la situación así:

“El riesgo que Juana corrió desde el principio era enorme, en el momento en el que llegó ser papisa estaba acostumbrada a su rol. Había perfeccionado los gestos, había aprendido a caminar y a actuar como un hombre”
 
Su inteligencia y su sed de conocimiento se unieron para que las condiciones se dieran de la mejor manera y ella lograra su cometido. Craig Rustici, escribió sobre ella en un libro titulado “La vida después de la papisa Joan“:

“Cuando llegó a Roma, por su talento, intelectual llegó a ser una celebridad y por eso fue elegida unánimemente para ser papa” 

Nadie se imaginó que era mujer y se adaptó perfectamente a todos los deberes de un papa. Su carácter autoritario le permitía tener la privacidad suficiente como para poder lidiar con las fajas y la menstruación sin que nadie lo notara.


 
  
¿Cómo terminó su historia? Un embarazo terminó con su vida

La papisa Juana había logrado superar todas las pruebas religiosas que se le presentaron, con su ferviente sed de conocimiento había impresionado a los más eruditos de la religión y era una figura muy respetada. Todo esto terminó cuando en medio de una procesión, entró en trabajo de parto.

En la Edad Media, la basílica de Letrán era la catedral oficial del obispo de Roma, el papa solía hacer una procesión en la que pasaba por el Coliseo y llegaba al Vaticano.

Un fatídico día, en medio de la procesion, La papisa Juana comenzó a retorcerse de dolor y la sangre manchó sus vestiduras, el pueblo entró en pánico hasta que se dieron cuenta de que en realidad estaba en labor de parto.

¿Un milagro de Dios? NO, el pueblo se horrorizó cuando descubrieron que el papa era realmente una mujer y cuenta la leyenda que le cayeron a golpes y murió desangrada.

 

¿Existió realmente la Papisa Juana?

El papado de Juana no está inscrito en la historia oficial de la iglesia, pero esto no significa que no existió, puesto que en numerosas ocasiones la iglesia ha utilizado el famoso “Damnatio Memorae”, una condena a la memoria que busca eliminar todo rastro de la existencia de alguna persona considerada “indeseable”.

En Maguncia, Alemania está una de las colecciones más grandes de libros antiguos y manuscritos medievales, entre miles de ejemplares hay más de 100 que afirman la existencia de Juana.

Martini Poloni en “la crónica de los papas”, es quizás el autor más fiable que confirma la existencia de una figura femenina en el papado. Poloni además de escritor era el confidente de muchas figuras de poder de la iglesia, esto le da validez a sus escritos. 

En su descripción, habla de Juana como “Ioannes”, una mujer papa cuyo reinado fue exitoso hasta que a los dos años y medio tuvo un hijo inesperado y terminó con su trayectoria. 

Una anécdota famosa derivada de esta leyenda es que, supuestamente, se fabricó una silla con un agujero en el asiento -la sedia stercoraria- en el que todo nuevo papa debía sentarse para que otro eclesiástico “examinara” sus atributos masculinos y, si la inspección era positiva, anunciaba “duos habet et bene pendentes”, es decir, “tiene dos y cuelgan bien”. Sin embargo, aunque dicha silla existe y se encuentra expuesta en los Museos Vaticanos, no hay pruebas de que el agujero sirviera para tal examen y la silla puede ser incluso anterior a la historia de la papisa Juana.

 

La supuesta "sedia stercoraria" en los Museos Vaticanos. Foto: CC

 

Con información de Culturizando y National Geographic.

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