5 de JUNIO

Un día como hoy, hace 126 años, nacía Francisco Salamone

Entre 1936 y 1940, Francisco Salamone construyó varias obras monumentales, sobre todo en el sudoeste bonaerense.

Un Día Como Hoy 05/06/2023 Hora: 12:22
Foto: Adrián Kaplan Krep, Detalle del ángel de la entrada del cementerio de Azul
Foto: Adrián Kaplan Krep, Detalle del ángel de la entrada del cementerio de Azul

Francisco Salamone nació el 5 de junio de 1897 en Leonforte, Sicilia, al sur de Italia. Hijo del arquitecto Salvatore Salamone y de Antonia D´anna, llegó a la Argentina a los 9 años. Luego de cursar sus estudios de primaria, ingresó al colegio Otto Krause, donde obtuvo el título de maestro mayor de obras. Luego continuó sus estudios en la Universidad de La Plata y los completó en Córdoba. Se casó con Adolfina Vlieghe de Croft y tuvo cuatro hijos. Falleció a los 62 años, el 8 de agosto de 1959.

Municipalidad de Carhué: Es una de sus obras más importantes. Fue inaugurado el 3 de diciembre de 1938 y combina tres estilos: art decó, futurismo italiano y funcionalismo.

Al comienzo de su labor estuvo inspirado por el Art-Decó, y realizo algunas obras basadas en este estilo. Entre ellas podemos ver el tanque de agua del matadero de Alta Gracia, el ingreso al parque de Venado Tuerto y el Monumento y las farolas de la plaza de Alberti, en la provincia de Santa Fe. Pero su propia firma con su estilo se esbozará por primera vez en la renovación de la plaza Centenario, el Matadero y la fachada del edificio de la asistencia pública de Villa María en la provincia de Córdoba, obras de 1935.

Salamone será contratado por el gobernador de la provincia de Buenos Aires Manuel Fresco que ocupó el sillón de Dardo Rocha desde 1936 a 1940. La visión de Fresco era la visón de la época, la construcción de grandes e imponentes edificios que dieran realce a la chatura de la región bonaerense, impulsar con la obra pública la región hacia el futuro. De los pueblos, lo único que se veía a lo lejos eran los campanarios de la Iglesias. Pero con la llegada de Fresco en la gobernación y de Salamone en la construcción, eso cambió radicalmente.

Municipalidad de Coronel Pringles: El Palacio de Gobierno, las ramblas y la plaza Juan Pascual Pringles forman una unidad en estilo art-déco en esta localidad bonaerense.

En el tiempo récord de 4 años construyó 60 obras en 25 municipios de la provincia de Buenos Aires. Sus obras están regadas por toda la provincia: Salliquelló, Adolfo Alsina, Gonzales Chaves, Azul, Saldungaray, Rauch, Laprida, Coronel Pringles, Balcarce, Tornquist, Guaminí, Saavedra Epecuén Alberti, Coronel Mon, Cacharí, Chascomús, los Pinos, san Agustín, Chillar, Escobar, Casbas, Garré , etc..

La gran mayoría eran edificios municipales, delegaciones, fachadas de cementerios, plazas, mataderos, mobiliario urbano y algunas obras privadas. Sobre todo en el sudoeste bonaerense. Aunque también realizó obras en Córdoba: Las Varillas, Villa María y Alta Gracia. Muchos solo fueron proyectos que nunca se realizaron, como ser los portales de los cementerios de Chascomús, Lezama y Carmen de Patagones, o los edificios municipales de Azul, Lobería y Daireaux.

 Detalle del Arcángel San Miguel. Es la representación más grande que existe en el mundo (Wikipedia)

La obra de Salamone no fue reconocida sino hasta hace muy poco, porque como un arquitecto avanzado a su época, fue olvidado por sus contemporáneos. Aunque sus obras no pasan inadvertidas. Imaginemos como era el transcurrir de la vida en ciudades o pueblos tranquilos como Azul, Saldungaray o Alberti. Casas bajas de estilo italiano o alguna neo-colonial, con amplios patios. Y caminatas tranquilas en la siesta cotidiana. Y súbitamente en medio del pueblo se clava, como un flecha blanca, un edifico modernista que sería la municipalidad. O el portal del ingreso al cementerio, que en lugar que un nártex de columnas dóricas o jónicas coronado con ángeles o una Virgen Dolorosa, nos recibe un ángel gigantesco rodeado de estructuras símil flamas de fuego con una espada amenazante, el cual se ve desde todo el pueblo de casas bajas (el portal del cementerio de Azul). Es obvio que su obra, en un principio, no gustó.

Los edificios pensados para ser mataderos municipales parecen facones clavados en la tierra. Y en sus municipalidades casi todas, poseerán una torre bastante altas y de color blanco, parecían flechas que se lanzaban al espacio. En la mayoría de las ciudades o pueblos las torres de los edificios municipales eran más altas que los campanarios de las iglesias.

Matadero Municipal, Guaminí: El matadero suele ser incluido entre los imperdibles de la ruta de Salamone.

 

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Ni hablemos del efecto hipnótico de los solados de la plaza San Martín de Azul, que al caminar por ella parece que el piso se mueve con nosotros. Es difícil encasillar al estilo de Salamone dentro de alguna escuela arquitectónica: modernista, fascista… aunque en realidad son fusiones de muchos estilos. Nada de clasicismo Italiano o francés: no habrá volutas, archivoltas, putinis, columnas estípites, cariátides, etc… Sus paredes no tendrán movimientos con molduras ni rosetones. Con la excepción de una casa particular construida en Mar del Plata tarea realizada para el Sr. Emilio Canzani en 1954, de estilo clasicista con cuatro columnas jónicas y con un gran frontis clásico.

El famoso edificio del matadero de Epecuén. Cuando la laguna tapó la villa turística y luego se retiró, fue uno de los pocos edificios en mantenerse en pie

Aunque entre todas sus obra, destacan algunas que salen de su estilo, retomando un arte latinoamericano neo-colonial, como ser el edificio de la municipalidad de Chascomús y las delegaciones municipales de San Agustín, Cabas, Garré y Miranda.

Aunque no diseñó ninguna iglesia o templo de alguna confesión religiosa, sí lo hizo con muchos crucifijos que se encuentran en los cementerios o en los ingresos a las ciudades o pueblos, que son fácilmente identificables. No hay en ellos alguna expresión de dolor o muerte; son figuras de rostros angulosos y cuerpos geométricos. En la portada del cementerio de Laprida concebirá la segunda cruz más grande de Sudamérica, de 33 metros de altura, con un Cristo Crucificado de 11 metros de alto, ejecutada por el artista Santiago J. Chierico. La primera escultura más grande de un Cristo es la del Cristo Redentor del Corcovado en Rio de Janeiro. Y para dar envergadura a su obra modificó el ingreso al cementerio.

La primera contratación que recibió fue por parte del intendente Hortensio Miguens, de la localidad de Balcarce. La tarea a realizar allí era amplia: construcción del matadero municipal, el portal del cementerio y de las delegaciones municipales en pequeñas localidades del partido, la plaza central de Balcarce, el corralón municipal y la escuela Normal. El diseño de la plaza fue una obra de gran envergadura, consistió en una gran terraza circular con un salón de té que rodeaba una pirámide coronada por la figura de la libertad. Los habitantes de la ciudad la denominaron “la torta”. Tenía 15 metros de diámetro por 3,5 de alto. En 1945 fue demolida. Todas las obras fueron inauguradas en 1937.

El portal de acceso al cementerio de Saldungaray parece una rueda de ruleta y en verdad, Salamone se inspiró en una, ya que era muy adepto al casino (Wikipedia)

Como relatamos al comienzo de esta crónica, murió muy joven, a los 62 años, el 8 de agosto de 1959, casualmente el mismo año de la muerte de sus amigos Mons. Lafitte y Levene. Sus restos estuvieron sepultados en el cementerio de la Recoleta y luego fueron trasladados al Jardín de Paz.

Foto Archivo Francisco Salamone

Luego de muchos años, su obra es reconsiderada y valorizada mediante el Decreto N. º 12854 del 20 de diciembre del 2001 que, en su artículo N.° 1 declara Patrimonio Cultural de la Provincia de Buenos Aires a los bienes muebles e inmuebles, cuyos proyectos y ejecuciones de obra fueran realizados por el ingeniero arquitecto Francisco Salamone. En el año 2004, a través del Decreto 132, la provincia de Buenos Aires analiza: “el acelerado proceso de empobrecimiento que viene sufriendo la riqueza monumental y artística que conforma nuestro patrimonio, demanda la adopción de medidas a nivel gubernamental para establecer políticas oficiales capaces de imprimir eficacia práctica a las medidas proteccionistas vigentes y de promover la reevaluación del patrimonio monumental”. Se crea el “programa de preservación de obras públicas de ingeniería y arquitectura para la puesta en valor, preservación y recuperación de edificios monumentales y patrimoniales de la provincia de Buenos Aires”. Muchas de las obras de Salamone ingresan a este programa y son puestas en valor. Los edificios municipales de Alberti, Pringles y Pellegrini, el matadero de Tres Lomas y el Portal del Cementerio de Laprida y Saldungaray forman parte de estas obras valorizadas.

Cementerio de Laprida, Su cruz es considerada la segunda más alta de Sudamérica.

 

La obra de Salamone debe ser recuperada y su legado arquitectónico merece ser custodiado, restaurado y conservado como un ejemplo para nosotros y para las generaciones futuras y en ellas ver plasmado que cuando hay intención y ganas de crear obras para la sociedad, estas se pueden lograr.

 

 

Por SudOeste B.A. con información de “La obra de Francisco Salamone en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires (1936-1940), de Luis P. Traversa, Fabián H. Ioloro y Graciela A. Moilinari, para la colección “Historias del Sudoeste Bonaerense”; Ministerio de Cultura de la Nación; Ámbito e Infobae

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