Una emblemática estación de servicio YPF de Huanguelén convertida en un Hospedaje para turistas
Alejandrina Pérez Bravo, en diálogo con SudOeste B.A. nos cuenta desde Colorado, Estados Unidos, los detalles de la conversión y resignificación de un edificio que es y fue estructura central en su historia personal.
“Necesito contar algo, aparte de que tengo un departamento para alquilar” dice Alejandrina Pérez Bravo ni bien comienza la charla telefónica. Esta frase cobra sentido y contextualiza todo lo que hay y hubo alrededor de La Torre, una vieja estación de servicio YPF, convertida en un Hospedaje que hoy mira al turismo de la región, posicionando a Huanguelén como una posta más dentro del circuito del sudoeste bonaerense.
Alejandrina o Lali, como le dicen y la conocen en el pueblo, tiene una interesante y muy clara perspectiva. Al igual que las estaciones de servicio se multiplican y aparecen estratégicamente en los mapas, Lali piensa este proyecto con una mirada integral, La Torre mira al turismo regional. Así como el hospedaje propone desde su hermosa terraza una visión distinta del pueblo, Alejandrina, desde Colorado (EEUU), tiene una mirada olímpica del proyecto, el cual se enmarca en Huanguelén siendo a la vez parte de un todo más amplio, donde termas, sierras y lagos hermanan propuestas turísticas.
La Torre Hospedaje, su terraza ofrece una hermosa vista del pueblo
La Torre Hospedaje, la terraza propone el clásico asadito
“Estoy acá por el trabajo de mi marido, hace 2 años y medio que estamos afuera” Alejandrina habla sobre su actualidad laboral y vivencial que la encuentra en Colorado (EEUU) donde afirma “vamos a estar un tiempo largo”. Mientras tanto trabaja en una balanza de pesaje de camiones, que está en Huanguelén (donde trabajó mucho tiempo), hasta que pudo digitalizar el sistema y hoy puede realizarla de manera remota desde los EEUU. En las tierras del norte trabajó como recepcionista de un hotel, trabaja esporádicamente en eventos sociales como moza, alternando labor con el manejo de La Torre, su emprendimiento en Huanguelén. “Tuve un período de adaptación, hasta que me acomodé, siempre estuve trabajando para Argentina pero hoy me siento más tranquila, con más fuerza y con más ganas”.
“Estás re lejos” le dijo alguna vez un periodista en una nota hecha y concebida desde el etnocentrismo capitalino. “Depende de dónde” le respondió Lali, no todos vivimos en Capital, eso la marca de cuerpo entero, es, trabaja y vive por su región. “Si vienen turistas de CABA lo celebro, buenísimo, pero apuntamos al turista de la zona, que pueda recorrer nuestra región, sabiendo que hay postas en el camino que le permiten ampliar el recorrido” sostiene.
La estructura (edilicia y familiar)
La estación de servicio de YPF empezó a funcionar en Huanguelén en los años ´40
Una vieja estación de servicio YPF, cuya estructura tiene el encanto de las construcciones de la década del ´40, fue amalgamando la historia familiar con el paso del tiempo. De aquellos primeros años de expendio de combustible fue mutando en gomería, luego base logística de los fierreros de la familia, el papá y el hermano de Lali tienen una larga trayectoria ligada al automovilismo “yo pasé mi infancia ahí, entre cubiertas y autos”.
La estación de servicio de YPF junto al galpón familiar
Todo lo que rodeaba a este lugar, de diferentes maneras fue moldeando la estructura de Alejandrina, estudió hotelería, manejó la logística familiar en el itinerario de las carreras, hoteles, pasajes, etc. Durante años supo manejar, en el mismo sentido, los destinos de la ACTC (Asociación Corredores Turismo Carretera) elaborando toda la logística de aéreos y hoteles para cientos de personas, hecho que produjo un fuerte desgaste “todos los fines de semana tenía carreras, manejaba grupos de 300 o 500 personas”, dice Lali, quien luego de esto viajó a Brasil donde se empezó a gestar la opción de Huanguelén, el viejo edificio familiar cobra nuevos sentidos.
Los hermanos Pérez Bravo
Desde niña “amaba ese lugar”, Huanguelén siempre le abrió los brazos a sus proyectos, no importa donde fueran, para cada caso había una certeza ineludible, la pertenencia. Sentirse parte, integrar un todo. Vivió en la “YPF”, cuando aún sus paredes vestían más a oficina que a hostel, “no tenía baño arriba, tampoco la terraza que tiene hoy, lo fuimos transformando poco a poco” sostiene Lali dibujando una línea de tiempo en las transformaciones físicas de La Torre, como en las propias, aflorando las huellas del emprendedurismo familiar.
La esencia en el todo
La Torre Hospedaje, la esencia sigue
La Torre Hospedaje, "ambiente copado"
Desde el coqueteo temprano de ideas e imágenes que rondaban por su cabeza, Lali siempre tuvo en claro una cosa respecto al proyecto: “haga lo que haga que no pierda la esencia de lo que es”. De chica soñaba con vivir en un loft amplio con escaleras, quizás “influenciada por el cine”, hubo desde siempre un hilo conductor, no premeditado, entre el sueño y lo que terminó siendo, la escalera y el “ambiente copado” como dice Lali, terminó siendo un hecho concreto con La Torre.
La Torre Hospedaje, "ambiente copado"
Hizo todas las reformas pensando en esas dos premisas, ambiente copado y mantener la esencia. Considerando al mismo tiempo la amplitud de perfiles del turista y en la funcionalidad de los ambientes. La Torre es alquilada tanto por un pasajero en tránsito con un perfil laboral, que propone un alquiler entre semana, así como por el turista de fin de semana que viaja acompañado y toma la posta en Huanguelén dentro de un todo regional. “Quiero que sea un punto de referencia para quienes piensan en el pueblo, quedarte ahí, comer un buen asado en la terraza, o simplemente descansar, para todos sueño y trabajo para que se sientan como en casa”.
Historias… algo para contar
La historia de una construcción icónica de un pueblo, junto a la historia personal (en este caso de Alejandrina), proponen una síntesis para el lector. Los sueños, la iniciativa, inventiva, el trabajo, todo eso y más, reflejan una acción en sí, que es inspirador para todos. Siempre se puede hacer algo por y para el pueblo, aún peleando contra los molinos de viento locales que sólo funcionan con viento en contra, soplando críticas a cualquier proyecto.
Los hermanos Péres Bravo, ayer y hoy en la misma escalera de La Torre
Los hermanos Péres Bravo, ayer y hoy en la misma escalera de La Torre
Cada uno de nosotros cumplimos un rol, en este caso acercarles un historia, la de Alejandrina o Lali, quien desde Colorado extendió un lazo para hablarnos de un proyecto que se hizo realidad. “Acá (en EEUU) tengo un grupo de mujeres que somos todas de diferentes países. Hablamos de la migración, somos todas amigas y una de ellas siempre jode con la frase: la historia de cualquiera no es cualquier historia. Es súper lindo, porque es posta, atrás de cada uno de nosotros hay una historia que podés tener más o menos ganas de contar, pero que no deja de ser tu historia y distinta a cualquier otra. ¡Siempre va a ser distinta sí! y todos tenemos algo para contar, algo importante, algo que puede servir a los demás”.
“Necesito contar algo, aparte de que tengo un departamento para alquilar” dice Alejandrina Pérez Bravo ni bien comienza la charla telefónica…
Gracias Lali
La Torre Hospedaje
La Torre Hospedaje
Por SudOeste B.A.
Todas las fotos pertenecen a Alejandrina Pérez Bravo
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