Aniversario del nacimiento de Juana Azurduy: ¿Quién fue y por qué es una heroína popular?
La historia de la mujer que dejó todo por la revolución independentista, perdiendo a su familia y combatiendo contra el imperio español en los últimos años del Virreinato del Río de la Plata

Juana Azurduy nació el 12 de julio de 1780 en Toroca, una población ubicada en el norte de Potosí perteneciente al Virreinato del Río de la Plata (actualmente Bolivia). Hija de Eulalia Bermúdez, una “chola” o mestiza proveniente de Chuquisaca, y de Matías Azurduy, un hacendado de raza blanca de buena posición económica y tierras en la región, Juana aprendió el oficio de las tareas de campo por acompañar a su padre mientras trabajaba, y de esta forma entró en contacto con los pobladores originarios de su tierra, aprendiendo así el idioma quichua y el aymara. Sin embargo, quedó huérfana siendo joven y debió completar su crianza entre sus tíos y conventos.
A los 25 años, 1805, se casó con Miguel Asencio Padilla, un estudiante de derecho que era hijo de unos vecinos y amigo de la familia. Tuvieron cinco hijos: Manuel, Mariano, Juliana, Mercedes y Luisa.
Durante su vida desempeñó un papel fundamental en las luchas por la Independencia que se extendieron a todo el continente americano e incluyeron a diversos grupos sociales: indígenas, mestizos, afrodescendientes y criollos. Si bien esta Revolución Americana recibió la influencia de sucesos europeos como la Revolución Francesa y la abdicación de Fernando VII, producto de la invasión napoleónica de la península en 1808, sus raíces profundas pueden ubicarse en la historia local.
El 25 de mayo de 1809, luego de que Fernando VII renunciara al trono, el pueblo de Chuquisaca estableció la Primera Junta de Gobierno en el Alto Perú. Juana Azurduy y su esposo apoyaron la destitución del gobernador y se unieron a las fuerzas populares contrarias a la corona española, iniciando un ciclo de rebeliones en los Andes.
Como muestra de apoyo a la Revolución de Mayo, el matrimonio prestó sus propiedades para albergar a tropas de la “Primera Expedición Auxiliadora del Alto Perú”, liderada por Juan José Castelli.

En 1813, Juana formó parte de la “Segunda Expedición Auxiliadora al Alto Perú” comandada por Manuel Belgrano, en la que organizó una numerosa tropa compuesta por indígenas y mestizos. Tomó el mando del batallón denominado Los Leales, en la batalla de Ayohuma, que se convirtió en la primera de una larga serie de combates contra la dominación española.
Junto a su esposo, lideró la Republiqueta* La Laguna. Como así también, creó una guardia personal de veinticinco mujeres guerreras llamada “Las Amazonas”.
*Republiqueta es el nombre con el que se designaba a milicias que tomaban por sorpresa al ejército español.
Las victorias, derrotas y grandes tragedias marcaron el camino de Juana Azurduy. En marzo de 1814, luego de la derrota en Pomabamba, debió refugiarse en el Valle de Segura donde cuatro de sus hijos enfermaron y murieron. Sin embargo, a pesar del dolor, continuó la lucha embarazada de su quinta hija.
En honor a Juana Azurduy, Mercedes Sosa la interpretó a esta canción.
En 1816, Belgrano solicitó condecorarla por su valentía y conocimientos militares. Ese mismo año resultó herida en la batalla de La Laguna, donde su esposo y compañero de luchas fue asesinado al intentar rescatarla.
La muerte de Manuel Ascencio Padilla no solo ocasionó un profundo dolor, sino que también desencadenó una crisis en la milicia de La Laguna. Esta situación impulsó el pedido de ayuda al caudillo Martín Miguel de Güemes, que prontamente envió tropas y aseguró que la heroica mujer llegara a Salta en 1818. Una vez allí, le dio refugio en una de sus propiedades familiares. Tiempo después, ella se unió a la división de gauchos liderada por Güemes, conocida como Los Infernales.
Después del asesinato de Güemes en 1821, Juana Azurduy continuó su vida en Salta.
Muerte y reivindicación
Años después, tras caer el último reducto realista del exvirreinato del Río de la Plata en el Alto Perú, el 1 de abril de 1825, Simón Bolívar la ascendió a coronel y le otorgó una pensión que recibió durante cinco años. Luego de la proclamación de la independencia de Bolivia, la Coronela intentó recuperar sus tierras, sin lograrlo, y murió en la miseria el 25 de mayo de 1862, a los 81 años en la provincia argentina de Jujuy. Fue enterrada en una fosa común.
Cien años más tarde, sus restos fueron exhumados y trasladados a un mausoleo construido en en la ciudad de Sucre, Bolivia, y en 2009 fue ascendida a Generala del Ejército argentino y mariscal de la república boliviana. A cien años de su fallecimiento, sus restos fueron exhumados y trasladados a un mausoleo en Sucre, Bolivia. En 2007, se designó en Argentina el 12 de julio como el “Día de las Heroínas y Mártires de la Independencia de América”, en honor al nacimiento de la Teniente Coronel Juana Azurduy de Padilla.