La tribuna techada de fútbol más antigüa del país está en el sudoeste bonaerense
El paraje Arano se encuentra en el partido bonaerense de Adolfo Alsina, a unos 15 kilómetros al norte de Rivera y a solo un par de kilómetros del límite con La Pampa. De una población que llegó a tener unos 600 habitantes en la década del 30 hoy solo queda una escuela rural y la antigüa estación del Ferrocarril Sarmiento.
Sin embargo, este lugar hoy desolado conserva una verdadera joya de la historia deportiva de nuestro país: la primera tribuna techada de una cancha de fútbol.
Gastón Partarrieu, director del Museo Regional “Adolfo Alsina” de la ciudad de Carhué cuenta como descubrieron como surgió esa información. “La historia es bastante particular porque ese dato no surgió de aquí ni de investigaciones, sino que hace muchos años, en los noventa, en el programa de Víctor Hugo Morales había un personaje que se llamaba Rodolfo Visco, el taxista memorioso. Y en ese momento él, que era un estudioso del fútbol dio este dato y a partir de ahí se comenzó a comentar.”
“Realmente no hay certeza como para corroborarlo, pero mirando e indagando un poco, no existen muchos antecedentes, así que probablemente sea realmente la primera tribuna techada de fútbol del país y tal vez la de toda Sudamérica.”
El pueblo se llama así básicamente porque don Ramón Arano era el dueño del campo que donó las tierras para que habiliten la estación en la línea ferroviaria que iba de Nueva Roma a Huinca Renancó. Uno de sus hijos, Blas, era fanático del fútbol, un deporte que no era tan popular en los años veinte como lo es hoy, y menos en esos territorios en medio de la pampa.
Este hombre hijo de estanciero, dueños de grandes campos, armó una cancha de fútbol y para que su familia y los invitados estuvieran cómodos construyó una tribuna techada, para protegerlos en los días de verano del sol o en los días de invierno del frío y el viento. Contaba además con vestuarios para los dos equipos y otro salón que funcionaba como la secretaría del Arano Fútbol Club.
Según cuentan antiguos pobladores, según relata Partarrieu, Blas era tan amante del deporte que “ para darle trabajo a un peón nuevo de la estancia, ponía como condición que supiera jugar al fútbol o a la pelota a paleta.
Era la única manera de conformar los equipos en lugares donde estaba muy despoblado.”
El club tuvo cierto apogeo en esos momentos donde había pequeñas ligas entre pueblo, ligas agrarias. Se conformaban agrupaciones de clubes y hacían partidos los fines de semana durante el periodo que lo permitía las actividades productivas de la zona. En esa cancha jugaron equipos de poblados de la zona como Villa Maza, Salliqueló, Carhué, Thames, Rivera, Rolón, Anchorena, Miguel Riglos y Macachín.
Los clubes sociales y deportivos en esas zonas del campo cumplían la doble función de mantener una actividad deportiva de reunión, pero básicamente eran sociales donde era donde estaba la cantina y un salón donde hacían bailes y cenas. El Arano tuvo esa tribuna pero no tuvo esas instalaciones y siempre siguió existiendo pero no tanto en lo físico, sino que cada tanto se juntaban algunos jugadores, armaban algunos equipos y participaban hasta los años sesenta en las ligas rurales.
La tribuna sobrevivió al lugar, el pueblo fue despoblándose y hoy queda básicamente la escuela primaria con unos pocos chicos que van desde algunos establecimientos rurales. “Mientras el ferrocarril funcionó activamente, el pueblo contó con una estructura mínima: obviamente la escuela, algunos comercios, una cancha de pelota paleta, algún que otro hotelito o fonda para alojar a las personas que venían de paso. Nosotros tenemos varios parajes que corrieron el mismo destino, fueron pujantes y prósperos, pero luego fueron desapareciendo y hoy podríamos decir que hay casi como cinco o siete pueblos que ya no existen.”
Era muy importante la producción tambera, es así que aún hoy hay una fábrica de lácteos en el establecimiento que fuera de los Arano, que se llama La Unión, que mantiene esa larga tradición. Desde 1943 la Estancia Las Calaveras formó parte de la fábrica Quelac S.A, empresa pionera fundada alrededor de 1913 por Don Francisco Huber (1883-1963). Su marca comercial eran los quesos “La Bavaria” y luego también los quesitos “Adler”.
También hay una historia interesante que tiene que ver con el arquitecto más famoso de la historia de la provincia, Francisco Salamone. En algún momento los Arano venden el campo y lo adquiere una persona que en ese momento era intendente de Adolfo Alsina, y cuando se hace toda la obra monumental de la Municipalidad y del Matadero de Carhué, instalan un Cristo del Camino, justamente en el camino que unía a Carhué con Epecuen.
“Alguna falla técnica hizo que ese Cristo se derrumbe y entonces lo retiran, mandan a hacer otro a la empresa de Salamone, y a ese lo llevan y lo instalan en el campo del intendente. Ahí se teje un mito también interesante, que dice que cuando lo transportaban al Cristo en un carro para restaurarlo, se dio vuelta solo y no saben cómo fue puesto boca arriba y terminó boca abajo sin que nadie lo tocara.”
Ese Cristo fue instalado en una loma de tierra, un médano. Durante mucho tiempo la gente le hacía peregrinaciones al lugar. Hoy está dentro de un campo privado.
La tribuna del Arano Fútbol Club está en las ruinas de lo que fue alguna vez el pueblo, se llega al lugar y se puede acceder directamente. Fue puesta en valor cuando se cumplieron cien años del pueblo y declarada “Monumento Arquitectónico Municipal”. Todavía se puede observar los huecos donde calzaban los escalones de la tribuna. A los laterales tenía como palcos especiales que eran los bancos de suplentes y en la parte trasera la dependencia donde funcionaban los vestuarios y la secretaría del club.
Ya no se escucha el grito de gol ni los aplausos ante una jugada de pizarrón, pero la vieja estructura sigue ostentando el título de haber sido la primera tribuna techada de la República Argentina.