El gran simulacro ambientalista. Una Reserva Natural en peligro
Escriben Patricia González Garza y Daniel Porte
El Presidente del Consorcio del Puerto de Bahía Blanca, Mandolesi Burgos, preocupado por los vecinos que buscan recuperar la costumbre de acercarse al estuario con su “reposera”, pretende invertir cinco mil millones de pesos, en un proyecto llamado “Bahía al mar”, para cumplirles ese sueño. Mandolesi en LNP, de fecha 10/09/24 dice: “esa conexión (con la costa) se había perdido con el tiempo, crecimos del espaldas al mar”. Una frase peligrosamente cínica, que busca invisibilizar el hecho de que el Partido de Bahía Blanca, no creció de espaldas al mar sino que a los whitenses y bahienses, nos robaron la costa y sus playas, instalando un muro negro integrado por la construcción de un Puerto Petrolero y el Polo Petroquímico.
Antes no hacía falta ni la reposera, se visitaba la costa en malla, para sumergirse en ese bondadoso mar, que eligió llegar a nuestra costa. Hoy apenas podemos mirarlo tranquilos, pensando en el humo, a veces invisible, que salen de las chimeneas del Polo y mucho menos tocar el agua contaminada con metales pesados que nadie sabe quien, salvo ellos, siguen derramando en el estuario.
Desde el predio “recreativo” del Consorcio del Puerto de Bahía Blanca, se puede ver el islote de la Gaviota Cangrejera. Allí donde nidifica el 70% de esta especie, una de las cinco en peligro de extinción. Razón por la cual fue declarado Reserva Natural Provincial en el 2011 por decreto y recientemente se promulgó esa declaración por ley. Pero parece que a Mandolesi Burgos, no le avisaron, ya que tiene pensado convertir al Islote (que ellos llaman Islote del Puerto para garantizar el apropiacionismo) en “un espacio de protección ambiental…” LNP 10/09/24. Sr. Mandolesi las Reservas Naturales ya son, no solo espacios de protección ambiental, sino sobre todo y con fuerza de ley, de conservación de la naturaleza. Las Áreas Naturales Protegidas tienen la función de “asegurar la existencia a perpetuidad de uno o más elementos naturales o la naturaleza en su conjunto” (Ley provincial 10.907).
El actual Intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles, ex presidente del Consorcio del Puerto, el Guardaparque Encargado Martín Sotelo y la senadora provincial Ayelén Durán, fueron los que trabajaron intensamente en la promulgación por Ley de ese Islote como Reserva Natural. Con la excusa de que el decreto, con que fue nombrada en el 2011, era insuficiente, lograron una ley que modifica la categoría de conservación que ya tenía, como Reserva Integral (intangible), y la pasaron a una categoría mucho menor de protección: Reserva Educativa y Faunística. Incumpliendo con la recomendación, que en la Argentina ha creado jurisprudencia, de “no regresión”. Significa que de haber un antecedente de conservación de un Área Protegida con un nivel determinado no se puede ir a menos. Si primero era intangible no puede después ser Educativa, faunística ni ninguna otra categoría menor que la primera. No quedando conformes con ello, en la propia ley, además, se autoriza al Puerto a realizar actividades de mantenimiento (¿dragado?) dentro de los límites de la Reserva Natural. Algo nunca visto. Sancionaron una ley a su medida.
Por supuesto con la venia del Ministerio de Ambiente que recientemente dictó un curso de RCP en el Parque Provincial Ernesto Tornquist, para su personal. Qué paradoja, justo lo que necesitan casi todas las Reservas Naturales provinciales, una maniobra de reanimación.
Como no haberle avisado a las gaviotas cangrejeras que su hogar iba a quedar tan desprotegido. En la Reserva Natural Islote de la Gaviota Cangrejera (devolvámosle su verdadero nombre), van a ofrecer actividades “ecoturísticas” disfrazadas de una Educación Ambiental portuaria, “tareas de mantenimiento”, muelles, infraestructura (que las gaviotas no necesitan), en un espacio tan pequeño, que probablemente logren que estas aves se vayan, como hace unos años cuando les tiraron encima los sedimentos sobrantes del dragado (refulado) y se perdieron generaciones de nidadas. El eco turismo y la Educación Ambiental Portuaria, es el refulado de hoy, que nadie cuestiona. El destino de esos pichones está marcado y sin ellos la especie desaparecerá.
Pero el Puerto se dice tan “Sustentable” que para llevar adelante el Gran Simulacro Ambientalista a través de su programa de Educación Ambiental Portuaria cuenta con el apoyo y acompañamiento de un Guardaparque Encargado, que cuando hace falta oficia como Guía y “Educador”, una ONG, que los promueve, casi exclusivamente integrada por estudiantes y egresados de la UNS, que en su momento salió con los tapones de punta en contra del dragado portuario, pero hoy apoya la educación ambiental portuaria extractivista y finalmente algo que no puede faltar: los bahienses disfrutando en sus “reposeras” sobre el asfalto en el predio recreativo, que seguirá creciendo cada vez más, montado sobre miles de cangrejos cavadores aplastados y contaminados, declarados especies emblemáticas por ordenanza municipal en el 2004. Algo que ninguno y menos Mandolesi Burgos quieren que se recuerde. Por eso la imagen pura y casta de la reposera mirando al mar.
Y si algo fallara y resurgiera en forma muy evidente alguna fauna lastimada, saldrán como héroes los integrantes de la Estación de Rescate del Puerto de Bahía Blanca, curando raudamente las heridas, que día a día les provoca el condominio industrial. Y aquí no ha pasado nada.
Finalmente el actual Intendente de Bahía Blanca, dice que los puertos tienen que crecer unidos a sus comunidades y que “el único límite, el único peligro que muchas veces tienen los proyectos de expansión de desarrollo económico, tiene que ver con obtener la licencia social. Esto es que la ciudadanía en su conjunto entienda que está incluida” LNP 10/09/24.
Por eso son muy importantes el sombrero del Guardaparque, el logo de la ONG, el apoyo de los rescatistas de fauna marina, que le otorgan no solo la licencia social sino también la ambiental, y como venimos diciendo, la foto con la reposera de los bahienses mirando el atardecer en esas aguas, como si no estuvieran contaminadas y con esqueletos de las especies agonizando, flotando por ahí.
Sílice 14.8 lamentablemente (a menos que se sumen otras voces) será el “único límite, el único peligro” que tanto le preocupa al intendente, porque no dejaremos de callar ni de llevar adelante las acciones legales necesarias para proteger lo protegido. No aceptaremos que las gaviotas cangrejeras se tengan que ir. No aceptamos ningún muelle, ninguna obra, ningún baño público, kiosco, y cualquier otro negocio para el turismo. No queremos ningún acercamiento que las ponga en peligro. No queremos que las toquen, las molesten y en palabras del conservacionista Claudio Campaña, mejor ni las miren. Y lo diremos hasta el cansancio, como un mantra: ¡salven a la Gaviota Cangrejera, sálvenla, salvémosla!
Por Patricia González Garza y Daniel Porte / Presidenta y Secretario de Sílice 14.8 ONG conservacionista / PJ: 49622