¿Por qué no pudo evitarse la catástrofe de Valencia, en España?
Las víctimas fatales ascienden a 214 y se espera un aumento de ese número conforme se retire el barro de las calles. El ejército español y los servicios de emergencia locales trabajan a contrarreloj. Ante la magnitud de la DANA se analiza que se pudo hacer para evitar las trágicas pérdidas en vidas humanas.
España continúa conmocionada por los sucesos ocurridos por el fenómeno DANA en la última semana. El país ibérico trata de responder como puede ante un panorama desolador. Las lluvias, inundaciones y masas de barro que azotaron la provincia de Valencia han arrojado un saldo, por el momento, de 214 muertos. Sin embargo el pronóstico indica que el número de muertos aumentará conforme avance la remoción del lodo y el material acumulado en algunos lugares. En una tarea sin descanso, el ejército español y los servicios de emergencia locales tratan de brindar la mayor asistencia a la población civil.
Según José Ángel Núñez, jefe de Climatología de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Valencia, en declaraciones citadas por la Cadena Ser, “la catástrofe humanitaria se va a producir y va a ser la más grave en España probablemente desde 1962”, cuando unas riadas dejaron un millar de muertos en la comarca del Vallés, en Cataluña.
Jorge Olcina, climatólogo de la Universidad de Alicante, en declaraciones a un medio británico que manifestó que “estas cosas no deberían ocurrir en un país desarrollado que cuenta con los medios con que cuenta España”.
Aún no ha transcurrido una semana desde la ocurrencia de esta catástrofe, sin embargo muchos se preguntan cuáles fueron las causas de este desastre. Desastre que se cobró la vida de centenares de personas. Si bien no hay una razón que explique por sí sola el devastador resultado, hay varias causas detrás de esta tragedia humana.
Precipitaciones inesperadas en la DANA 2024
Las lluvias torrenciales y tormentas son habituales en esta época del año en estas regiones de España. Sin embargo las precipitaciones que se registraron en estos días en la región fueron de un índice récord. En la provincia de Valencia cayeron hasta 500 litros de agua por metro cuadrado. Asimismo, en algunas de sus poblaciones llovió más en un rato de lo que suele hacerlo en todo el año.
Los especialistas explican que las precipitaciones de esta DANA saturaron rápidamente los suelos. Este fenómeno generó crecidas súbitas en torrentes, cauces y ramblas que se desencadenaron en pocas horas, lo que limitó el tiempo de respuesta
Falta de previsión
La Agencia Estatal de Meteorología española elevó al máximo su nivel de alerta el martes 29 por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA). Aun así, ante la advertencia del organismo de un nivel de riesgo para la población muy alto, las autoridades no adoptaron medidas excepcionales. Inclusive Carlos Mazón, presidente del gobierno regional de la Comunidad Valenciana, realizó declaraciones a las 13 hs del martes 29 que hoy se están analizando. “El temporal se desplaza hacia la Serranía de Cuenca en estos momentos, por lo que se espera que hacia las 18:00 disminuya su intensidad”. Para cuando Protección Civil envió un mensaje de alerta a los teléfonos móviles de los ciudadanos ya era tarde. El agua estaba descontrolada en varios puntos y muchos se aferraban a los árboles o se refugiaban en los tejados para salvarse del torrente arrasador.
A medida que se encuentran cadáveres, va quedando claro que muchos murieron ahogados en los autos en que viajaban. También hubo muchos casos de gente tratando de sacarlos del garaje para evitar que el agua que se acumulaba en bajos y sótanos los dañara. De esta manera, mucha gente llevó adelante su vida normal quedando expuesta a las masas de barro que las sepultaron. De haberse disparado un protocolo de aviso muchos podrían haberse cuidado de forma segura.
La DANA expuso las consecuencias del desarrollo urbano sin control
Una de las razones que explican la magnitud de la catástrofe implica los desarrollos urbanos en zonas indicadas como inundables. La región valenciana es una de las más densamente pobladas y turísticas del país. En estas zonas abundan los cursos de agua habitualmente secos pero expuestos a crecidas periódicas . A la vera de estos cursos se han edificado barrios en los que viven miles de personas.
Episodios como el desbordamiento del río Júcar en Valencia en 1957 o las inundaciones en Alicante en 1982 son antecedentes de los sucesos del martes. Estos sucesos dejaron decenas de muertos y en su momento evidenciaron un problema cuyas consecuencias se han mostrado ahora aún más devastadoras.
Cambio Climático
Las depresiones aisladas en niveles altos, y las fuertes lluvias en corto espacio de tiempo que traen consigo, son un fenómeno habitual en el final del verano en el Levante español. Tradicionalmente conocido como la gota fría, el fenómeno se produce en los meses de septiembre y octubre. Una masa de aire polar aislada empieza a circular a altitudes muy elevadas y choca con el aire más cálido y húmedo típico del Mediterráneo al final del verano. El choque desencadena a menudo tormentas que descargan gran cantidad de agua en poco tiempo.
Los lugareños están habituados a ellas, pero no a eventos tan destructivos como el de esta semana. Los expertos señalan que el cambio climático está probablemente contribuyendo a aumentar su frecuencia e intensidad. Con las aguas del Mediterráneo cada vez más calientes, se están formando nubes cada vez más potentes y que producen más precipitaciones.
Con información de BBC