El Perdido celebra 124 años de historia marcada por el esfuerzo pionero y el legado cultural

La localidad de El Perdido se prepara para conmemorar su 124º aniversario con un acto oficial que tendrá lugar el próximo viernes 18 de abril a las 10 de la mañana frente a la Delegación Municipal. Se invita a las instituciones y vecinos a participar portando las Banderas de Ceremonia.
Si bien la fundación formal de la estación ferroviaria que dio origen al pueblo data del 18 de abril de 1901, marcando este año su 124º aniversario, la historia de El Perdido se remonta a un origen singular y al asentamiento de Alemanes del Volga a principios del siglo XX.
De Juzgado de Paz a Estación Ferroviaria: un origen espontáneo
El Perdido no surgió de una planificación urbana, sino de la decisión de Fermín Muñoz, designado Juez de Paz de Tres Arroyos, quien trasladó el asiento del juzgado a su campo "La Flor de El Perdido". Este paraje se convirtió en una parada clave para las mensajerías de la época, conectando pasajeros, carga y la correspondencia del Correo Nacional.
Alrededor del año 1900, inmigrantes europeos, en particular Alemanes del Volga, comenzaron a establecerse en las cercanías del arroyo "El Perdido", un curso de agua que nace en las antiguas tierras de Felipe Lenke y que curiosamente desaparece en varios tramos de su recorrido hasta desembocar en la laguna "Blanca", hoy conocida como "La Carlota".
Inicialmente, la estación ferroviaria El Perdido no estaba contemplada en el ramal Tres Arroyos-Bahía Blanca. Sin embargo, debido al creciente movimiento en la zona, a la altura del kilómetro 586, la empresa del Ferrocarril del Sud (F.C.S.) consideró necesaria su creación. Así, el 18 de abril de 1901, la Dirección General de Vías de Comunicación dictaminó la designación oficial de la estación con el nombre del paraje: El Perdido, que posteriormente pasaría a llamarse José A. Guisasola.
Un pueblo con raíces de Alemanes del Volga y espíritu comunitario
De esta manera, El Perdido se consolidó como el pueblo más cercano a Coronel Dorrego, manteniendo las características propias de las poblaciones rurales. La avenida paralela a las vías del ferrocarril se convirtió en la divisoria del plano urbano y también de los cuarteles VIII y IX a los que pertenece.
En sus inicios, la localidad llegó a albergar a unos 3000 habitantes, cifra que se incrementaba notablemente durante las épocas de cosecha con la llegada de los trabajadores golondrina, generando una intensa actividad comercial con hoteles, fondas y almacenes de ramos generales, destacándose el emblemático almacén Balda Hnos. & Cía., que aún hoy perdura.
El fuerte espíritu religioso de la comunidad de Alemanes del Volga, también conocidos como rusos-alemanes, fue un pilar fundamental en el desarrollo de El Perdido. Inicialmente congregados en un sencillo galpón, sus aspiraciones católicas se materializaron con la construcción de la capilla Nuestra Señora de "La Asunción", un punto de encuentro social y religioso para los feligreses.
A lo largo de su historia, El Perdido ha forjado una rica trama institucional, con la creación de la Escuela N° 4 (1905), la Delegación Municipal (1929), la Biblioteca Popular José A. Guisasola (1982), el Club Atlético y Recreativo Progreso (1918), el Centro de Jubilados y Pensionados (1985), la Agrupación Gaucha Los de Fierro (1991), el Destacamento de Bomberos Voluntarios (2012) y establecimientos educativos de nivel secundario.
La celebración de este 124º aniversario es una oportunidad para honrar la memoria de aquellos pioneros que, con esfuerzo y dedicación, construyeron esta comunidad, y para reafirmar el espíritu de unión y progreso que continúa caracterizando a El Perdido. El acto del próximo viernes será un espacio de encuentro para celebrar su rica historia y proyectar su futuro.