Adios a la pobreza: un hongo transforma metales en oro y podría cultivarse en casa
Un reciente estudio reveló que un hongo común posee la capacidad de transformar partículas metálicas en oro puro. El hallazgo abre las puertas a una revolución científica y económica, con implicancias que podrían cambiar para siempre cómo extraemos —y quién accede a— este codiciado metal.

Durante siglos, el oro ha sido sinónimo de poder, riqueza y progreso. Sin embargo, su extracción ha estado ligada a métodos costosos, destructivos y, muchas veces, inalcanzables para la mayoría. Ahora, un descubrimiento inesperado podría alterar las reglas del juego: un hongo conocido y cultivable, con la sorprendente capacidad de producir oro. Lo que antes era alquimia ahora se llama minería metabólica.
El protagonista de este hallazgo es el Fusarium oxysporum, un hongo que se encuentra en diversos entornos naturales, especialmente en los bosques de Australia. Aunque ya era conocido por su capacidad de descomponer materia orgánica y metales como hierro o calcio, su comportamiento con el oro nunca se había documentado con tanta claridad.

El equipo liderado por Tsing Bohu, del CSIRO (Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth), fue quien descubrió esta insólita habilidad. En un experimento publicado en Nature Communications, mezclaron el hongo con polvo de meteorito del cinturón de asteroides. El resultado dejó a todos perplejos: el hongo absorbió los minerales y comenzó a producir diminutas partículas de oro.
Aunque la cantidad obtenida fue pequeña, el proceso demostró ser asombrosamente eficiente. Más que una anécdota científica, esto podría marcar el inicio de una nueva era en la obtención de metales preciosos.
La promesa de la minería metabólica: oro sin dañar el planeta
Este fenómeno se enmarca dentro de una nueva disciplina: la minería metabólica. Su objetivo es reemplazar los métodos tradicionales de extracción —intensivos en energía y devastadores para el medioambiente— por procesos biológicos en los que hongos, bacterias u otros organismos vivos hagan el trabajo.
En lugar de grandes excavaciones, químicos agresivos y emisiones contaminantes, esta técnica se apoya en las capacidades naturales de ciertos microorganismos para encontrar y transformar materiales. Y en el caso del Fusarium oxysporum, el oro pasa a formar parte de su estructura biológica.
Este avance no solo tendría aplicaciones ecológicas, sino también económicas: permitiría que personas, empresas e incluso países sin acceso a grandes infraestructuras mineras puedan producir oro de forma descentralizada, controlada y limpia.
Aunque el titular de “plantar oro en casa” suena utópico, el principio detrás de la idea es real. Si se logra modificar genéticamente este hongo para hacerlo más eficiente y seguro, no sería imposible imaginar sistemas de cultivo en laboratorio o entornos controlados para producir oro en pequeñas cantidades.
Eso sí: el proceso no es mágico ni instantáneo. Requiere condiciones específicas, interacción con ciertas partículas metálicas y un entorno adecuado. Pero lo que antes era una fantasía alquímica —transformar metales en oro— ahora tiene base científica.
Más allá de la Tierra: hacia una biotecnología interplanetaria
Uno de los aspectos más fascinantes de este hallazgo es su potencial más allá del planeta. La llamada minería metabólica no se limita a la Tierra. Gracias a bases de datos como Asterank, sabemos que muchos asteroides contienen metales preciosos, y una versión mejorada de este hongo podría algún día utilizarse para “cultivar oro” en el espacio.
Esto no solo reduciría el impacto ambiental de la minería terrestre, sino que abriría la puerta a una nueva economía espacial basada en recursos extraídos de cuerpos celestes. Una idea que parecía ciencia ficción hace una década y que hoy tiene nombres, datos y organismos concretos trabajando en su desarrollo.
(Gizmodo)