Patagones: Stroeder se queda sin su única farmacia
La localidad del sudoeste bonaerense enfrenta una grave preocupación tras el cierre de su único establecimiento farmacéutico. La interrupción del servicio se produjo por la falta de un director técnico responsable, dejando a la comunidad de 2000 habitantes sin un punto clave de atención de la salud.

La comunidad de Stroeder, una pequeña localidad del sudoeste bonaerense en el partido de Patagones, se encuentra en estado de alerta ante el inesperado cierre de su única farmacia. Esta situación, que dejó sin un punto vital de acceso a medicamentos a más de 2.000 vecinos, se generó a partir de un conflicto laboral entre los propietarios del comercio y la farmacéutica a cargo, según confirmaron fuentes municipales.
El intendente de Patagones, Ricardo Marino, reconoció la preocupación reinante, destacando a medios regionales que el cierre los "tomó por sorpresa", dado que se trata del "la única farmacia privada que había en la localidad". Marino, sin embargo, intentó llevar tranquilidad a la población al informar que el conflicto "se encuentra en vías de resolución", con una audiencia programada para los primeros días de julio, lo que podría permitir una pronta reapertura.
Soluciones de urgencia y desafíos a largo plazo
Mientras se gestiona una solución definitiva, el Ejecutivo de Patagones, a través de su Secretaría de Salud, activó un plan de contingencia. "Frente a la necesidad de urgencia para la adquisición de medicamentos, se informa que los requerimientos serán debidamente atendidos en el hospital local", expresó el intendente Marino. El Hospital Municipal Dr. Luis Urizar de Stroeder será reforzado con stock de medicamentos esenciales para cubrir las urgencias, priorizando la atención a "personas mayores y a aquellos vecinos en situación de vulnerabilidad sanitaria". Marino aseguró que "nuestro compromiso es asegurar el acceso a la salud y a los tratamientos necesarios mientras se gestiona una solución definitiva a esta situación, ajena al sistema público de salud".
El impacto del cierre es significativo, ya que los habitantes de Stroeder, y ocasionalmente de zonas cercanas como San Blas y José B. Pradere (aunque estas últimas ahora cuentan con sus propias farmacias), deben recorrer al menos 30 kilómetros hasta Villalonga para acceder a otro establecimiento farmacéutico.
El jefe comunal también puso de manifiesto la complejidad de instalar una nueva farmacia en la localidad, lo que representa un desafío a largo plazo. "Es costoso y no es fácil conseguir farmacéuticos. Hace falta inversión privada y hay que garantizar vivienda y buenos sueldos. Además, por ley, se necesitan dos farmacéuticos para cubrir las 24 horas”, explicó Marino, lo que subraya la importancia de la continuidad del servicio actual.
Ante la posibilidad de que el conflicto se prolongue, el intendente Marino ya ha iniciado gestiones ante el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. Se buscará explorar la implementación de un "botiquín sanitario en alguna institución local con medicamentos básicos" como medida paliativa adicional.
La situación de la farmacia de Stroeder, si bien es un efector privado, genera un impacto directo en la salud pública de la comunidad y pone de manifiesto la vulnerabilidad de localidades pequeñas ante la interrupción de servicios esenciales.