Advierten que el cultivo de soja y maíz se vuelve inviable en el 80% de la superficie agrícola por las retenciones
Crece la preocupación en el sector agropecuario tras el regreso de las alícuotas previas. Un informe de CREA proyecta un escenario crítico de pérdida de competitividad y alerta sobre el impacto en la producción, la inversión y la sostenibilidad del negocio.

La reciente decisión del Gobierno de Javier Milei de reinstaurar las alícuotas previas a enero en los derechos de exportación para granos clave como la soja, el maíz, el girasol y el sorgo, tras una baja temporal, desató una ola de preocupación en el sector agropecuario.
Analistas y entidades advierten que, con la vuelta de las retenciones plenas, el cultivo de soja y maíz se torna inviable en la mayor parte de la superficie agrícola argentina, afectando seriamente la competitividad y la sostenibilidad del negocio.
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La preocupación escaló tras una presentación de Ariel Angeli, líder de la unidad de Investigación y Desarrollo de CREA, ante senadores y diputados nacionales del Espacio Legislativo Interpartidario del Agro (ELIA). Angeli fue contundente al señalar que las retenciones no solo generan distorsiones de precios relativos y reducen la producción en el corto plazo, sino que a largo plazo "afectan la sostenibilidad de las empresas, las cadenas de valor y la economía argentina".
Los números que encienden las alarmas
Las proyecciones de CREA para la campaña agrícola 2025/26, basadas en precios internacionales actuales, son alarmantes. Para la soja de primera, el escenario es crítico:
- Con los precios actuales y el nivel previo de retenciones, el 39% del área agrícola no alcanzaría a cubrir los costos de producción.
- Sin embargo, si se aplicara la nueva alícuota del 33% (que subió del 26%), el cultivo se volvería económicamente inviable en el 80% de la superficie agrícola nacional. Angeli remarcó que, de eliminarse los derechos de exportación, la soja sería viable en casi toda la superficie del país.
El maíz, otro cultivo estratégico para la rotación y la balanza comercial, también se ve seriamente comprometido. Mientras que, con los precios esperados a cosecha, el maíz resultaría viable en la mitad del área nacional, la suba de la alícuota al 12% (desde el 9,5%) reducirá su viabilidad a solo el 39% del territorio agrícola.
El caso más comprometido es el del doble cultivo trigo/soja de segunda, que con el incremento de retenciones se hará inviable en el 87% de su superficie potencial. Angeli explicó que esta proporción de superficie inviable se ha incrementado aún más en las últimas semanas, debido al deterioro de los precios internacionales de los granos, impactando con mayor fuerza en regiones alejadas de los puertos y en zonas marginales.
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Impacto en la inversión y el potencial productivo
Más allá de la superficie que podría quedar sin sembrar, el técnico de CREA subrayó el efecto negativo de las retenciones sobre la inversión en tecnología. Existe una correlación histórica clara entre los precios de los granos y las dosis de fertilizantes aplicadas. Según las proyecciones, si no hubiera derechos de exportación, el precio interno de los granos mejoraría un 12%, lo que permitiría aumentar la fertilización en un 6% en la siguiente campaña, resultando en un incremento del 2% en la producción de maíz y 2,7% en trigo. Esto equivaldría a más de 300 millones de dólares adicionales en exportaciones para los cereales, y un efecto comparable en soja.
Ariel Angeli concluyó su exposición remarcando que, sin desconocer la compleja situación macroeconómica que atraviesa el país, es fundamental analizar los derechos de exportación por su efecto directo en la sostenibilidad de los sistemas productivos. Las retenciones, a su entender, limitan la incorporación de tecnología, afectan la inversión y reducen drásticamente el potencial para incrementar la producción y el valor agregado de toda la cadena agroindustrial.
La exposición de CREA buscó aportar elementos técnicos en un momento de tensión creciente entre el Gobierno y el campo, que ve cómo sus costos se elevan y sus márgenes se achican, mientras el Estado busca desesperadamente equilibrar sus cuentas con divisas que, paradójicamente, podrían verse mermadas a largo plazo si la producción se torna inviable.
SudOeste B.A. con información de CREA