Impacto de la segunda ola de la pandemia COVID-19 en las familias donde viven chicas y chicos
La inestabilidad laboral de los jefas y jefes de hogar, la falta de recursos para comprar alimentos, la contribución de los programas de transferencias sociales a la economía familiar, las estrategias de cuidado y las dificultades para sostener la educación son algunos de los temas centrales de la 4ta. Encuesta de UNICEF sobre el impacto que la segunda ola de la pandemia COVID-19 tiene en hogares donde viven chicas y chicos.
Esta encuesta fue realizada entre el 24 abril y 12 mayo de este año, y es representativa de todos los hogares con niños, niñas y adolescentes que viven en el país. El estudio indaga sobre temas vinculados a la infancia y la adolescencia en relación con su alimentación, educación, conciliación vida familiar y laboral de quienes los cuidan y acceso a transferencias sociales, entre otros. El relevamiento contiene información comparable con las rondas anteriores -abril, julio y octubre 2020-
“La inestabilidad laboral de las personas adultas repercute fuertemente en la economía familiar y, en consecuencia, en el bienestar de la población infantil y adolescente”, afirmó Luisa Brumana, Representante de UNICEF Argentina. “Los datos de la encuesta marcan que, en la situación de emergencia actual, en la que más de la mitad de los chicos y las chicas vive por debajo de la línea de pobreza, continuar fortaleciendo los sistemas de protección social es clave para evitar que crezca la indigencia", agregó.
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— UNICEF ARGENTINA (@UNICEFargentina) June 13, 2021
La encuesta señala que el 38% de los hogares atravesó situaciones de inestabilidad laboral durante el 2020, como desempleo, cambio de un empleo formal a uno informal, entre otras, porcentaje que asciende al 44% entre las mujeres. Al ser consultados por sus ingresos, el 56% de los hogares declaró que eran inferiores a los de meses previos a la pandemia: este indicador se incrementa al 73% entre los hogares más pobres del país y al 60% entre perceptores de la Asignación Universal por Hijo (AUH) que en el 81% de los casos, destina este dinero a la compra de alimentos.
En este contexto, el apoyo del Estado es fundamental. De acuerdo con la encuesta, el 39% de los hogares reciben la Tarjeta Alimentar y otros apoyos alimentarios. Sin embargo, esto no impidió que el 25% de los hogares se endeudase para comprar alimentos.
“El 41% de los hogares tuvo que dejar de comprar algún alimento por no tener dinero. Este porcentaje se incrementa sensiblemente con respecto a las rondas anteriores y aumenta en los hogares sin miembros ocupados, así como en algunas regiones como el NOA y NEA" alertó Sebastián Waisgrais, economista, especialista inclusión social de UNICEF. El impacto de la pandemia en los ingresos de los hogares también generó que el 25% de los hogares con niñas y niños dejen de pagar al menos un servicio como la luz, el gas o internet.
Además de medir el impacto económico de la segunda ola, la encuesta genera datos sobre otras dimensiones como la educación, el acceso a internet y dispositivos tecnológicos, crianza y salud mental.
En educación, el 6% de los hogares afirmó que algún niño, niña o adolescente que vive en el hogar abandonó la escuela durante 2020 (al menos 357 mil chicos y chicas) y el 19% de los que abandonaron, afirmó no haber retornado en 2021 ( al menos 67mil ). El abandono tiene incidencia en todos los segmentos de la sociedad, aunque afecta en mayor medida a los sectores más vulnerables de la población.
Consultadas sobre la accesibilidad para las clases virtuales, un 58% de los hogares sostuvo que tenía conexión previamente a 2020, un 23% accedió a la conexión a internet durante la pandemia y un 19% aún no tiene acceso. El 83% los hogares que no tiene acceso corresponden a los dos estratos socioeconómicos más vulnerables del país. Por otro lado, el 47% de los hogares no cuenta con una computadora o tablet para la realización de las tareas escolares, con mayores desigualdades en NOA y NEA.
El COVID-19 también profundiza desigualdades al interior del hogar. El 54% de las mujeres de más de 18 años entrevistadas expresó que, desde el inicio de la pandemia, tiene más sobrecarga por las tareas del hogar y de cuidado. Además, se profundizan las dificultades de conciliación cuando las y los adultos del hogar tiene que salir a trabajar, lo que genera mayores situaciones de cuidado inadecuado: un 10% de los chicos y chicas se quedan solos en sus casas y un 7%, a cargo de un hermano o hermana menor de 18 años.
En cuanto a la salud mental, cerca de la mitad de los hogares consultados en los que viven niñas y niños de hasta 6 años, manifestaron que los chicos y las chicas sufrieron alteraciones con las comidas en los últimos 6 meses. Además, un 39% indica que tuvieron alteraciones en el sueño y el 27% dificultades en la comunicación. Los y las adolescentes manifestaron que se sienten angustiados (33%), asustados (25%) y deprimidos (18%). Todos los indicadores aumentaron respecto de las encuestas anteriores.
RECOMENDACIONES DE UNICEF
·Sostener y reforzar los programas de protección social que apoyan a las familias para compensar la caída o pérdida de sus ingresos, especialmente con respuestas universales, no condicionadas y con capacidad de protección suficiente para cubrir a todas las niñas, niños y adolescentes, especialmente los que presentan una vulnerabilidad acentuada.
·Implementar un sistema de re- vinculación escolar de las niñas, niños y adolescentes que no han retornado a la escuela y, asimismo, fortalecer las instancias de acompañamiento a las trayectorias escolares para garantizar que ninguno quede atrás y continuar priorizando los esfuerzos y condiciones para asegurar la mayor presencialidad en las aulas.
·En contextos de alta transmisión del COVID19 y la necesidad de interrupción temporaria de clases presenciales, es crítico avanzar rápido y de manera equitativa en la universalización y fortalecimiento de las políticas y recursos para garantizar la accesibilidad de clases virtuales, priorizando a los chicos y chicas en situaciones de mayor vulnerabilidad.
·Establecer estrategias de fortalecimiento de los mecanismos para dar continuidad a servicios esenciales de salud como los controles y la vacunación de niños y niñas.
·Fortalecer las capacidades del personal de salud del primer nivel de atención, docentes, trabajadoras del cuidado y efectores de programas dirigidos a las familias para que puedan ayudar a los chicos y chicas a elaborar y simbolizar las emociones generadas por la pandemia, identificar signos de alerta y activar mecanismos de referencia a servicios, en caso de ser necesario.
FUENTE UNICEF