COOPERACIÓN

De científico a emprendedor: dejó la ciencia para crear una startup que cambie la educación en el mundo

El argentino Ignacio Gómez Portillo aprovechó su formación en ciencias para desarrollar una innovadora tecnología basada en la cooperación. Cómo es el proyecto que cofundó con su esposa para modificar la educación y ya funciona en más de 10 países.

Educación 22/04/2023 Hora: 16:27
Ignacio Gómez Portillo (Foto Egg)
Ignacio Gómez Portillo (Foto Egg)

Por Carlos Toppazzini

La expresión "Eureka" siempre estuvo ligada a la ciencia, aunque los Les Luthiers la hayan usado para escribir una de sus piezas de humor más famosas, en la que una gallinita es la que dice la palabra.
 
De hecho, su origen está en el fonema griego "heúreka", que significa descubrir y, a lo largo de los años, se utilizó para definir ese momento único en el que surge una gran idea, como lo hizo el matemático griego Arquímedes cuando, mientras se daba un baño, descubrió su famoso principio para calcular el volumen y la densidad.

Ese momento se volvió uno de los más emblemáticos de la historia de la ciencia y, comúnmente, ahora se lo asocia con el instante en que se "enciende la lamparita" de una persona.

Algo así le sucedió a Ignacio Gómez Portillo cuando entendió que su tesis de doctorado debía convertirse en una startup, que él tenía que abandonar el campo científico para volverse emprendedor y, de esa manera, aportar su granito de arena para hacer del mundo un lugar mejor.

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De científico a emprendedor

Una vez que descubrió esta transformación -aparentemente sin gritar Eureka-, el camino de Gómez Portillo se hizo más claro e inició el emprendimiento que ya tiene presencia en más de 10 países de Latinoamérica.

Junto a Carolina Pérez Mora, fundaron Egg, una edtech de base científica que busca resolver la escasez de talento digital a escala, a través de tecnología y cooperación.

El desempeño de la compañía fue tan exitoso que, además haber llegado a más de 250.000 latinoamericanos en 2022, también se quedó con el máximo reconocimiento de la Cámara de la Industria Argentina del Software: el Sadosky de oro.

 

La tesis de Gómez Portillo le permitió pensar en maximizar la cooperación y mejorar la forma en las que las personas aprenden. (Foto Compare Fibre en Unsplash)

Pero la historia de este emprendedor arranca un poco más atrás en el tiempo, cuando se recibió de la licenciatura en Física y completó una maestría en el Instituto Balseiro. Después fue por más y, en 2009, arribó a España para realizar su doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Su tesis, “La evolución de la cooperación y el origen de la sociedad humana”, lo ayudó a condensar las teorías que posibilitan maximizar la cooperación y mejorar la forma en las que las personas aprenden.

“Este conocimiento no puede quedar solo en una revista internacional, debemos ponerlo en práctica y probarlo”, pensó entonces el todavía científico.

En ese país, además, conoció a Carolina: actual esposa, cofundadora de Egg y la persona que le ofreció el apoyo incondicional para hacer realidad el sueño de expandir la cooperación y cambiar la educación en el mundo.

 

Un emprendimiento para cambiar la educación

Ignacio y Carolina volvieron juntos a la Argentina y, en 2015, iniciaron un laboratorio social cuya misión fue poner en práctica y validar lo que Gómez Portillo había estudiado en su doctorado.

Empezaron aplicando su teoría en los preuniversitarios, para aquellos estudiantes que aspiraban a ingresar a la carrera de medicina.

“Descubrimos que si estudiabas en Egg tenías 5 veces más de posibilidades de ingresar a la universidad que la media, y 3 veces más que otros institutos”, recordó el emprendedor.

Después de tres años de crecimiento exponencial recibieron la primera inversión, lo que les permitió desarrollar tecnología propia y darle vida al algoritmo de la cooperación humana, también conocido como HCA (por sus siglas en inglés Human Cooperation Algorithm).

Lejos de representar un obstáculo, la reciente pandemia motivó a Gómez Portillo y a todo su equipo a centrarse en la formación de habilidades digitales a distancia y, de esa manera, fue como Latinoamérica abrió sus puertas a este innovador proyecto.

Una propuesta donde la clave de todo y el diferencial es la cooperación. “La cooperación regula la salud, la felicidad y guía la evolución humana. Nosotros estamos regulando esa fuerza de la naturaleza y logrando algo no antes logrado”, señaló Gómez Portillo, hoy CEO de Egg. Y agregó: “Somos catalizadores de la evolución humana por medio de la cooperación. Nuestra solución son redes cooperativas de educación que escalan”.

“La cooperación regula la salud, la felicidad y guía la evolución humana", dice el emprendedor. (Foto Scott Graham - Unsplash)

Desde sus comienzos, la organización ha recibido distintas inversiones que le han permitido expandirse y desembarcar en más de 10 países en Latinoamérica: Colombia, México, Chile, Perú, Venezuela, entre otros. Y lo que consiguieron hasta el momento es el trampolín que impulsa a la firma para cumplir el gran objetivo de democratizar la educación en el mundo enfocada en el mercado IT.

 

La expansión global del proyecto

Por todo eso, próximamente, Egg llegará al hemisferio norte y convocará a estudiantes en Estados Unidos. También desembarcará en el viejo continente, con España como primer destino. Con estas incursiones, la compañía buscará crecer exponencialmente y llegar al 2025 con 10 millones de estudiantes.

“Aceleramos la evolución humana potenciando la cooperación. Estamos en el presente y en el futuro, eso es lo que nos permite evolucionar a esta velocidad y lograr lo que antes nunca se logró”, sostuvo el ahora emprendedor.

Para cumplir con su propósito, la firma está centrada en reducir la brecha digital, por lo que ha diseñado un curso gratuito para todas las personas interesadas en comenzar su camino en la programación y al que se puede acceder desde su página web.

Quienes se sumen crearán su primer proyecto utilizando, entre otras herramientas, la inteligencia artificial, a la vez que desarrollan habilidades de pensamiento lógico, resolución de problemas y trabajo en equipo, fundamentales para comenzar el camino de la programación.

Eso sí, está enfocado en quienes estén interesados en ser parte de la educación del futuro y vivir una experiencia de cooperación que, en algún momento, también les permita gritar Eureka.

 


 (A24)

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