Hallazgo científico: Descubren otra planta con propiedades medicinales iguales a las del cannabis
Los cannabinoides vegetales pueden estar presentes en otras plantas no relacionadas con la marihuana.
Hasta ahora, hablar de cannabinoides vegetales era sinónimo de la planta de cannabis o marihuana, pero los científicos del Instituto Weizmann, de Israel, identificaron más de 40 de estos compuestos en una planta sudafricana llamada Helichrysum umbraculigerum (“paraguas lanudo”). Lo novedoso es que esta planta no está relacionada con la familia del cannabis sino que es pariente de los girasoles y las margaritas.
El hallazgo la convierte en una nueva fuente productora de una gran cantidad de cannabinoides, con la ventaja de generarlos en sus hojas, que resultan más fáciles de cosechar que las inflorescencias del cannabis.
El estudio, que fue publicado en Nature Plants, revela cómo se reproducen los pasos bioquímicos involucrados en la producción de cannabinoides por parte de la planta, que podrían usarse para sintetizar o diseñar nuevos cannabinoides y también, ayudar a explorar su enorme potencial terapéutico. Asimismo, desarrolla herramientas para su producción sostenida.
¿Cuál es la importancia de este descubrimiento?
“Puede tener implicaciones significativas para la industria del cannabis y la medicina. Los cannabinoides tienen propiedades terapéuticas para una variedad de afecciones médicas, incluyendo la epilepsia, la ansiedad y el dolor crónico. El paraguas de lana puede ser una fuente más sostenible y ética de cannabinoides que el cannabis, la cual está rodeada de problemas legales y sociales en muchos lugares”, sostiene Alejandro Andersson, endocannabinólogo y director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires, consultado para esta nota.
Y agrega: “Además, la presencia de cannabinoides en una planta no relacionada con el cannabis sugiere que estos compuestos pueden ser más comunes en la naturaleza de lo que se pensaba anteriormente”.
Para Marcelo Morante, director del primer curso de endocannabinología y sus aplicaciones medicinales de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata, implica un desafío para la ciencia.
“El sistema endocannabinoide tiene enzimas y receptores modificados en enfermedades como la fibromialgia, lo que puede dar un dato pronóstico sobre la respuesta a la estrategia terapéutica. Es importante entender cómo se modifica este sistema en distintas patologías para encontrar formas de vincularlo con herramientas terapéuticas, como las plantas con cannabinoides”, explica.
Fernando Saicha, consultor en cannabis, evalúa que la falta de investigación provocada por la prohibición retrasó el hallazgo de los beneficios para la salud que tenía el cannabis. “La génesis de la investigación reside en los beneficios que traen los cannabinoides a la salud, y creo que puede ser muy beneficioso que se incorporen otras plantas para complementar lo que ya tenemos. Por ejemplo, el paraguas lanudo produce CBG, que si bien está presente en el cannabis, lo está en cantidades menores”, plantea.
Y reflexiona: “Que esta o cualquier otra planta produzca cannabinoides nuevos o estos que ya conocemos pero en cantidades que permitan extraerlos con más eficiencia es una buena noticia, al igual que las investigaciones o el desarrollo de cannabinoides sintéticos”.
¿Qué son los cannabinoides?
Los cannabinoides se utilizan para tratar una variedad de afecciones (aliviar el dolor, las náuseas, la ansiedad y los ataques epilépticos) y su potencial terapéutico se considera enorme. Permiten modular a los otros mediadores químicos (neurotransmisores y hormonas) que son los que realmente ejercen los efectos en los órganos de los diferentes sistemas.
“Son compuestos químicos que interactúan con los receptores cannabinoides del cuerpo humano y de otros animales. Pueden ser fitocannabinoides (producidos por planta cannabis sativa, indica o ruderalis como el THC y el CBD), endocannabinoides (producidos por el cuerpo humano u otros animales como la anandamida) o cannabinoides sintéticos (producidos en un laboratorio como el dronabinol)”, describe Andersson.
Y agrega: “Los receptores moleculares que responden a estos compuestos son comunes en los humanos, no solo en el cerebro sino también en todo el cuerpo, lo que sugiere que los cannabinoides que se unen a ellos podrían usarse para tratar todo, desde el cáncer hasta las enfermedades neurodegenerativas”.
Características del paraguas lanudo
Es una planta perenne, de rápido crecimiento. Tiene un aroma intenso y se ha utilizado tradicionalmente en la medicina herbal para tratar diversas dolencias como el dolor de cabeza, las infecciones respiratorias y el dolor muscular.
Sus flores son aterciopeladas, de color amarillo mostaza, en forma de sombrilla. Los cannabinoides que produce son muy similares en estructura química a los del cannabis y se unen a los mismos receptores en el cerebro y el cuerpo humano.
El paraguas lanudo fabrica cannabinoides principalmente en sus hojas, lo que posiblemente le dé una ventaja económica sobre el cannabis, que produce estos compuestos en los racimos de flores o inflorescencias, los cuales tienen una vida más corta y son más difíciles de cosechar.
A pesar de esta diferencia, los científicos de Weizmann encontraron mucho en común entre ambas plantas. En particular, las enzimas utilizadas en cada paso de su proceso de producción de cannabinoides pertenecen a las mismas familias, a lo largo de la primera mitad de la vía bioquímica.
Así, seis de los cannabinoides que se encuentran en el paraguas de lana son idénticos a los del cannabis. Los seis no incluyen los dos más famosos, THC y CBD, pero sí involucran cannabigerol o CBG, que presenta aplicaciones terapéuticas potenciales y carece de efectos que alteren el estado de ánimo.
Importancia en el futuro
“El hecho de que, en el curso de la evolución, dos plantas genéticamente no relacionadas desarrollaran de forma independiente la capacidad de producir cannabinoides sugiere que estos compuestos realizan importantes funciones ecológicas. Pero, se necesita más investigación para determinar cuáles son estas funciones”, describe el documento del Weizmann.
Y sugiere que, en el futuro, los hallazgos del estudio podrían incluso conducir a la ingeniería de cannabinoides que no existen en la naturaleza. “Estos podrían diseñarse para unirse mejor a las formas humanas de los receptores de cannabinoides, por ejemplo, o para lograr beneficios terapéuticos específicos”, describe.
“El sistema endocannabinoide (sistema de comunicación entre las células de nuestro organismo que vincula al sistema nervioso, endocrinológico e inmunológico con todo el cuerpo) es capaz de interactuar con distintas plantas y compuestos activos para producir efectos en el organismo, incluyendo aquellos que se encuentran en la planta de cannabis”, analiza Morante que también es Coordinador del Programa Nacional de los usos medicinales del Cannabis en el Ministerio de Salud de la Nación.
Y hace hincapié en la importancia de seguir investigando cómo funciona este sistema endógeno para poder aprovecharlo en distintas terapias, desde la fitomedicina hasta hábitos de vida saludables.
Por su parte, Andersson insiste en que el descubrimiento de los cannabinoides y del sistema endocannabinoide en el cuerpo humano es importante por varias razones. “Principalmente, llevó a una mayor comprensión de cómo el cuerpo humano regula diferentes funciones, como el dolor, la memoria, el apetito, el sueño y el estado de ánimo. Esto mejoró la comprensión de las enfermedades y trastornos que pueden estar relacionados con el sistema endocannabinoide y abrió nuevas posibilidades para el tratamiento de estas patologías”, señala.
Y concluye: “El descubrimiento de cannabinoides en otros vegetales y la mayor comprensión de su dinámica bioquímica es otro fuerte impulso para la endocannabinología y no hace más que demostrar que es un camino correcto en el descubrimiento de nuevas alternativas terapéuticas”.
(Clarín)