Glifosato: cómo el mercado impone amenazas para la vida
La Comisión Europea postergó la renovación de la licencia otorgada al glifosato, que permitirá su uso durante 10 años más. Se acordó diferir el dictamen, ya que los estados miembros de la Unión Europea (UE) no han logrado alcanzar la mayoría necesaria para renovar la autorización de comercializar en Europa el polémico herbicida. La aprobación actual expira el 15 de diciembre de 2023.
"Es irresponsable renovar nuevamente la autorización del uso de glifosato", afirmó Bas Eickhout, vicepresidente de la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo. "Esto daría a las grandes empresas agrícolas un cheque en blanco para ganar miles de millones vendiendo agrotóxicos sobre los cuales aún existen grandes lagunas en el conocimiento sobre sus efectos en nuestra salud y, al mismo tiempo, plantea grandes riesgos para la biodiversidad europea". Un amplio abanico de científicos independientes han expresado sus preocupaciones y sus estudios muestran graves efectos negativos del uso de glifosato.
La nueva autorización del glifosato viola la Ley de Pesticidas de la UE, según la cual la salud y el medio ambiente deben ser lo primero, y en caso de duda, se debe invocar el principio de precaución. En paralelo más de 1 millón de ciudadanos europeos han suscrito la iniciativa "Salvemos Abejas y Agricultores", solicitando la eliminación gradual del 80% del uso de pesticidas sintéticos al 2030 y del 100% al 2035.
El glifosato es un herbicida de amplio espectro lanzado al mercado originalmente en 1974 por la compañía estadounidense Monsanto, como principio activo de su marca Roundup® (adquirido por Bayer en 2017, aunque muchos otros fabricantes también producen formulaciones a base de glifosato). Su popularidad se basa en su eficacia para controlar la maleza (en los cultivos agrícolas y los espacios públicos), su facilidad de uso y su costo relativamente asequible. Es el herbicida más utilizado en Europa y en todo el mundo, y se aplica a una gran variedad de circunstancias: antes de la cosecha, para desecar, en parques nacionales para combatir especies invasoras, e incluso, se utiliza bastante en las líneas de ferrocarril para su mantenimiento, entre otros usos.
Existen 1079 trabajos científicos de todo el mundo que exponen la toxicidad del glifosato, muchos de ellos de científicos de Universidades públicas y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), de Argentina, indexados y accesibles en Medline. Todos demuestran que no sólo afecta la fertilidad de los suelos, el entorno de los insectos y, de esa forma, la biodiversidad, sino que también es un peligro para el ser humano: se comporta como un potente antibiótico que daña el microbioma intestinal, puede ser tóxico para el ADN y el sistema nervioso, causando autismo infantil, enfermedad de Parkinson, leucemia, disrupciones endócrinas y malformaciones.
En 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), organismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluyó el glifosato en su "lista negra" como probable cancerígeno para humanos, en la categoría 2A, la misma en la que se encuentra la carne roja, una por debajo del chorizo o las salchichas, por ejemplo, que están en la categoría 1 (máxima peligrosidad), al igual que el tabaco y los motores diésel. También el Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale (INSERM) de Francia, ha convalidado la carcinogeneidad de este agroquímico.
Nuevas evidencias sobre su toxicidad, que contamina el agua y los alimentos, surgen del Estudio Global sobre Glifosato (GGS), un trabajo científico coordinado por el Instituto Ramazzini (Italia), con la participación de organismos de investigación y científicos en Europa, Norteamérica y Sudamérica. La gravedad de la nueva evidencia convenció a los investigadores a anticipar lo que se publicará a partir de principios de 2024. Los primeros datos sobre la carcinogenicidad del Estudio Global sobre Glifosato se presentaron este 25 de octubre en la conferencia científica internacional 'Medio ambiente, trabajo y salud en el siglo XXI: estrategias y soluciones a una crisis global', celebrado en Bolonia, Italia.
El Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONACYT) de México, ha difundido ampliamente distintos estudios científicos sólidos y fundados sobre los daños potenciales y provocados por el uso del glifosato. Esta evidencia se encuentra reunida en el "Expediente científico sobre el glifosato y los Organismos Genéticamente Modificados (OGM)"; así como en el "Compilado de información científica sobre el glifosato", publicado por la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Intersecretarial para la Bioseguridad de los OGM (CIBIOGEM).
Agrotóxicos: el glifosato en el mundo
La vasta evidencia científica también ha sido revisada por el Departamento de Salud de los Estados Unidos que concluyó, en 2019, en su perfil toxicológico del glifosato, que la exposición a esta sustancia se relaciona con distintos tipos de cáncer, desarrollo de Linfoma No-Hodgkin, retrasos en el desarrollo, enfermedades intestinales y daños en el hígado y riñones. De igual manera la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de ese mismo país, en 2020, concluye que su uso pone en riesgo a especies de animales y plantas, así como sus hábitats.
Argentina es el país del mundo de mayor consumo de glifosato por habitante y por superficie. En 2017, en Europa, se utilizaba menos de medio kilo del producto por hectárea, y aquí 15 kilos, combinados y potenciados con otros pesticidas, como lo demuestran las investigaciones. Y a pesar de todas las evidencias, ni visos de prohibición o restricciones a su utilización.
México se comprometió a principios de 2021 a una prohibición progresiva del glifosato hasta la prohibición total a partir del 31 de marzo 2024. Brasil fue objeto de una breve batalla judicial en 2018, cuando un juez suspendió los nuevos productos a base de glifosato antes de que un tribunal a cargo del gobierno anulara su decisión. En El Salvador, el herbicida formó parte de una lista de 53 productos agrícolas prohibidos en 2013. Posteriormente, se levantó su prohibición.
En Estados Unidos, Monsanto y su empresa matriz alemana Bayer han estado involucrados durante años en múltiples y costosos procedimientos judiciales relacionados con el uso del herbicida Roundup. En 2020, el grupo llegó a un acuerdo de 10.000 millones de dólares para saldar las demandas de antiguos usuarios. Además, enfrenta más de 125 mil demandas por la misma causa. Un juez de California acusó a la compañía de actuar con malicia al ignorar los riesgos carcinogénicos de su herbicida, aludiendo a correos electrónicos internos que mostraban que Monsanto era consciente del riesgo potencial para la salud. En otro juicio fue revelado que la empresa había trabajado por décadas para suprimir el conocimiento del potencial cancerígeno. Sin embargo, en este país el glifosato sigue en venta, aunque las restricciones locales limitan su uso.
En la UE, Luxemburgo lo prohibió a finales de 2020 y dio marcha atrás en 2023 por decisión judicial. Austria, a finales de 2019, anuló una votación parlamentaria para prohibir el glifosato a partir de 2020, debido a un error de procedimiento. En Francia, Emmanuel Macron se comprometió en 2017 a salir del glifosato "a más tardar" a principios de 2021, antes de retractarse; su uso por particulares está prohibido desde 2019.
En Países Bajos y Bélgica el uso del glifosato está prohibido para los particulares. Mientras tanto, en Portugal su uso está prohibido en los espacios públicos. En República Checa está limitado, no prohibido, desde 2019. Alemania tiene previsto prohibir el glifosato a finales de 2023. Las primeras limitaciones, en 2020, prohíben su uso en espacios públicos (parques, campos de deportes, escuelas, etc.) y en jardines particulares.
En Sri Lanka, el herbicida -sospechoso de causar una nueva enfermedad crónica de los riñones entre los habitantes de las zonas de producción de arroz- fue prohibido a partir de junio de 2015. La prohibición se levantó parcialmente en mayo de 2018 y se suprimió completamente en noviembre de 2021. En abril de 2019, Vietnam anunció una prohibición de su uso, que entró en pleno vigor a mediados de 2021.
Mientras tanto... ¿asistiremos nuevamente al triunfo hegemónico de la ideología del crecimiento y la ganancia voraz, que traslada con absoluta impunidad los cargos de los riesgos y daños a la salud humana y de los ecosistemas, mientras se continúa protegiendo sus intereses mercantilistas y multiplicando exponencialmente sus beneficios económicos?. ¿Qué tipo de presente y futuro, para el hombre y la Tierra, queremos construir?.
Horacio Cangelosi: Maestría en Desarrollo Sustentable BioArquitectura, NeuroArquitectura, Hábitat Saludable y Sustentable - Original de Carbono News