7 DE SEPTIEMBRE DE 1978

Keith Moon: a 45 años de la muerte del baterista de The Who

El 7 de septiembre de 1978 falleció uno de los mejores bateristas en la historia del rock, una leyenda única en su especie.

Un Día Como Hoy 07/09/2023 Hora: 14:07
Keith Moon / Getty Images
Keith Moon / Getty Images

Hace 45 años, el rock perdió a uno de sus mejores bateristas, y uno de sus personajes más extravagantes, cuando Keith Moon murió el 7 de septiembre de 1978. La leyenda de The Who definió el término «único en su clase», no solo en su habilidad y estilo detrás del batería, pero en su absoluta irreverencia y estilo de vida exagerado.

Keith Moon nació el 23 de agosto de 1946. Para cuando era un adolescente, ya llamaba la atención como baterista. Su unión con The Who fue nada menos que perfecta. Añadió un componente muy necesario a su ecuación, actuando como el complemento cómico del a menudo muy serio Pete Townshend. El estilo de percusión de Moon le dio a la música el toque caótico que necesitaba para destacarse de los contemporáneos de The Who.

The Who debutó en la televisión norteamericana, en 1967. Fue en The Smothers Brothers Comedy Show. Era su gran presentación y la iban a aprovechar. Tocaron su mayor hit, My Generation. Pero eso no bastaba, tenían que estar a la altura de su propia leyenda. Al finalizar, Pete Townshend golpeó frenéticamente su guitarra contra el piso para destrozarla.

Hasta ahí lo esperable en la banda aunque el gesto haya sido muy disruptivo para la TV de la época. Pero mientras Pete aporreaba su guitarra tratando de convertirla en astillas, una fuerte detonación que hizo vibrar a las cámaras, el humo cubriendo el lugar. Había explotado la batería de Keith. No se trató del accidente; era una costumbre que tenía: él también destruía su instrumento y para darle más espectacularidad a veces ponía algo de pólvora.

Pero en esa ocasión, para impresionar más a los televidentes, había duplicado la dosis de explosivo. El pelo de Townshend se prendió fuego (su sordera posterior la atribuyeron a esta detonación también), el bajista mira azorado, Roger Daltrey se corre como puede y el presentador da la espalda a la cámara tratando de entender qué había ocurrido mientras se preocupaba por la salud de Keith que quedó tirado en el suelo, al pie de su batería, sin responder, conmocionado por la explosión y cortado por uno de los platillos que salió volando. Se levantó unos segundos después, aturdido, tambaleante, como quien escapa de un campo de batalla.

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A pesar de las locuras, todo el grupo le consideraba una pieza fundamental del engranaje de sus canciones. La pieza que funcionaba, pero que no podía hacerlo a ese ritmo durante mucho tiempo. Su afición por destruir cosas era la forma imposible de no destruirse a sí mismo.

A diferencia del enfoque sutil, pero efectivo, de contemporáneos como Charlie Watts o Ringo Starr, Keith Moon adoptó una sensibilidad completamente diferente a la batería, inspirando a innumerables futuros músicos en el camino. Agregue el bajista John Entwistle, y The Who tenían ellos mismos una sección rítmica con el rango de una orquesta.

 

Keith Moon y el fin de una corta vida

La vida de Keith Moon llegó a su fin después de una noche de fiesta y, para ser justos, toda una vida poniendo a prueba sus propios límites. Irónicamente, su muerte fue causada por una sobredosis de pastillas destinadas a combatir su alcoholismo. La medicación era principalmente un sedante, de los cuales solo unos pocos habrían causado la muerte. Los informes policiales indican que tomó casi un tercio de su prescripción de 100 píldoras.

Se encontraba en un difícil proceso de rehabilitación y una noche después de cenar con Paul McCartney se tomó 32 pastillas antes de acostarse. El doctor le había dicho que no tomara más de 3 al día. Lo encontraron sin vida al día siguiente.

«Fue un error tonto», dijo Townshend en el documental Amazing Journey de 2007. «Siempre tomaba las pastillas en puñados. Era solo un hábito que tenía». Heminevrin, el medicamento recetado en cuestión, inutilizó su esófago. Eso evitó que Keith Moon vomitara y se asfixió.

Si bien Keith Moon no era ajeno a la ingesta de productos químicos, nunca tomó drogas duras, prefiriendo el alcohol y las pastillas para ser su demonio. «Nunca envejecería con gracia», dijo el manager Bill Curbishley. «No creo que estuviera destinado a hacer huesos viejos. Supongo que fue diseñado de tal manera que se lo recuerde como era».

Lamentablemente, la banda acababa de comenzar un nuevo capítulo en su carrera con el lanzamiento del álbum «Who Are You» solo unas semanas antes de la muerte de Keith Moon. En ese momento, los fanáticos notaron que crípticamente en la portada del album, Moon está sentado en una silla que tiene las palabras «Not To Be Taken Away» grabadas.

Fue Keith Moon, maestro de percusionistas, que pasó su vida rebotando entre platillos y tambores, golpeándose contra las paredes y contra toda clase de resortes, la bola de «pinball» que acabó, después de 32 frenéticos años, metiéndose en su propio agujero.

 

Con información de Futuro, Infobae y El debate.

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