POLÉMICA GOLOSINA

Caramelos 1/2 Hora: Su historia, su ingrediente secreto y la leyenda sobre el origen de su nombre

Rufino Meana, inmigrante asturiano que llegó a la Argentina, es el creador de la polémica golosina.

Cultura 24/09/2023 Hora: 11:59
Caramelos 1/2 Hora: Su historia, su ingrediente secreto y la leyenda sobre el origen de su nombre
Caramelos 1/2 Hora: Su historia, su ingrediente secreto y la leyenda sobre el origen de su nombre

Las golosinas suelen formar parte de la nostalgia por la infancia de todos los adultos. Esos sabores y formas que pueden transportar a las personas a esos años de la niñez.

Uno de los caramelos más míticos, y polémicos de la Argentina son los 1/2 hora. Su envoltorio con un reloj impreso y sus múltiples colores a pesar de que todos tengan el mismo gusto ya son un clásico. El sabor anisado que le da el anetol - compuesto orgánico que se puede encontrar en el anís estrellado y el hinojo - para muchos es su principal virtud y otros no lo toleran.

Pero atrás de las golosinas hay una historia de emprendedores y, en este caso, inmigrantes que llegaron al país a principios del siglo XX.

Rufino Meana era un asturiano que llegó a Argentina desde Europa y fundó una fábrica de golosinas en el barrio de Chacarita, en Capital Federal.

En 1950, don Meana compró la estancia de María Arín en Uribelarrea, provincia de Buenos Aires, donde amplió su fábrica y además de su producto insignia comenzó a producir otras variedades de caramelos, uno de dulce de leche y otro de tres gustos.

Esta semana un posteo en la red social X con la historia se hizo viral y tuvo cientos de comentarios y reacciones.

 
Meana mantuvo la receta de los caramelos de “gusto raro” en secreto hasta que se lo vendió a Stani en la década del 80.

La clave de los 1/2 hora es el anetol, una partícula elemental y adormecedora de lenguas, derivado del aceite de anís.

PUBLICIDAD

En el posteo, el usuario cuenta que en El Gran Libro de las Marcas la teoría es que se llamaría media hora porque 30 minutos antes de su cierre diario, la fábrica de Rufino Meana limpiaba las máquinas.

Los residuos de azúcar, melaza, glucosa y colorantes al otro día mezclaban con anetol dando lugar a las míticas bolitas de color Coca-Cola.

El asturiano en Uribelarrea también incursionó en la fabricación de leche condensada, aprovechando la gran cantidad de tambos que florecían en la cuenca de la región.

El dato aparece en el libro Uribelarrea, un pueblo de puertas abiertas (2007) de Silvia Gorostidi e Ignacio Marcos.

La crítica de golosinas Natalia Ghergorovich, creadora del blog Estilo Naná, definió en 2017: "Mi experiencia me ha llevado a la conclusión de que a los que les gusta este caramelo suele gustarles el chocolate amargo y también la menta, esa clase de sabores donde la melancolía florece y se alimenta del gusto por lo viejo.

 

Con información de Cucinare

Aporte Solidario

Tu contribución nos ayuda a seguir construyendo un periodismo distinto de calidad y autogestión.
Contribuir ahora
Comentar esta nota