COMPORTAMIENTOS

Redes sociales: el riesgo de creer que los demás tienen vidas "perfectas"

El temprano acceso a las redes sociales puede ser perjudicial para niños, niñas y adolescentes. Un caso que demuestra los efectos que puede tener el uso del celular sin control de los adultos.

Salud 02/10/2023 Hora: 18:52
Redes sociales: el riesgo de creer que los demás tienen vidas "perfectas"
Redes sociales: el riesgo de creer que los demás tienen vidas "perfectas"

Por Federico Lande. Psicólogo

Fran tenía 11 años cuando sus padres, finalmente, le permitieron instalarse Instagram en el celular. “Se me abrió el mundo”, cuenta la joven, ahora de 19 años y estudiante de Derecho. De no saber de qué hablaban sus amigas a partir de lo que miraban en sus teléfonos, pasó a tener -pensó- el mundo en sus manos. De repente podía conocer gente nueva, encontraba a chicos y chicas a quienes podía mirar y seguir sus pasos, y aprender cosas nuevas. De Instagram pasó a otras aplicaciones y plataformas, como Tik Tok.

En poco tiempo ya le dedicaba seis o siete horas diarias a “ir pasando, sin pensar, el dedo sobre la pantalla”.

“Me comparaba todo el tiempo con la gente que veía en las redes”, cuenta. “Mis compañeras me valoraban por los likes que recibía y cuántos seguidores sumaba. Entonces, mi ansiedad se fue por las nubes y mi autoestima por el piso”.

Las imágenes de “cuerpos bellos y perfectos” con las que se comparaba Fran la llevaron por el camino de los trastornos de la conducta alimentaria.

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Los algoritmos de las distintas aplicaciones le enviaban contenido que reforzaba sus miedos e inseguridades y reforzaba su comportamiento poco saludable. “Las redes sociales me quitaron calidad de vida y hasta el día de hoy lucho por volver a la normalidad”, afirma.

Lo que vivió Fran, su dependencia de las redes sociales y el impacto que tuvo en su salud mental no es, ni mucho menos, un caso aislado. Cada vez son más los y las adolescentes que sufren algún tipo de problema de salud mental, una tendencia que había comenzado a detectarse ya antes de la pandemia. Y cada vez son más los estudios, y los profesionales, que ponen sobre la mesa la relación directa entre conflictos emocionales y el tiempo que se pasa en las redes sociales.

Ante las críticas, las empresas dueñas de redes sociales responden que han lanzado al mercado mecanismos de control en sus apps que padres y madres pueden utilizar para supervisar el uso que hacen sus hijos de estas herramientas.

Pero organizaciones como Common Sense Media (una de las más importantes del mundo) denuncian que estos controles son pocos efectivos y que los diseñadores mantienen algoritmos que pueden enviar contenido perjudicial a los adolescentes, recopian información sobre ellos y les envían publicidades personalizadas.

Los chicos no deberían ser experimentos de laboratorio, y los mecanismos que usan los algoritmos de las redes seguirán afectando su salud mental si no actuamos a tiempo.

Como adultos deberíamos mantenernos actualizados sobre qué información ofrecen los especialistas para un uso saludable de las redes y ser un ejemplo para los chicos, desarrollar un sentido crítico sobre la información difundida en la red y enfatizarles que no todo lo que se publica es verídico.

Debemos hablar abiertamente sobre los riesgos que pueden aparecer y ante cualquier sospecha, lo primordial es comunicarse con ellos de forma directa, ofreciéndoles total confianza, invitándoles a contar cualquier problema que tengan sin ningún tipo de coacción ni enojo, asegurándoles que si hay alguna dificultad, se les puede ayudar.

A Fran le sirvió. Estamos para eso.

 

(La Capital)

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