TORNQUIST

Ventania: Un templo serrano y el último refugio de muchas especies

El Parque Provincial Ernesto Tornquist protege el pastizal pampeano serrano, un ambiente de distribución acotada. Allí habitan especies de animales y plantas que no están en ningún otro lado.

Ambiente 05/11/2023 Hora: 10:51
Ventania: Un templo serrano y el último refugio de muchas especies
Ventania: Un templo serrano y el último refugio de muchas especies

Por Manuel Tejo, de agencia DIB.

“Uno va por los cerros, solo, rodeado de silencio o del sonido del viento, y lo que empieza a percibir después de mucho tiempo es algo comparable a lo que se puede percibir en algún tipo de templo”, dice Maximiliano D´Onofrio, guardaparques del Parque Provincial Ernesto Tornquist o Ventania.

El parque Tornquist (de más de 6.000 hectáreas) se encuentra en la zona central del sistema de sierras Ventania que, con varios picos que superan los 1.000 metros de altura, es el “techo” de la provincia de Buenos Aires. En esta región montañosa, se busca conservar el pastizal pampeano serrano (también presente en la zona de Tandil).

“Estos ambientes son muy particulares porque tienen características e influencias de pastizal pampeano (en su versión más generalizada), pero al mismo tiempo, al elevarse y tener diferencia de altitud y tener diferencias en el relieve, se generan hábitats para distintitos tipos de comunidades haciendo que haya muchísimos microambientes que son particulares en la provincia de Buenos Aires”, cuenta D´Onofrio .

 

El último refugio

En el Parque Provincial Tornquist y en otros sectores de la zona de Ventania, en donde también se encuentra la reserva natural privada Sierras Grandes, se pueden encontrar especies de animales y plantas que no existen en ninguna otra parte del mundo.

D´Onofrio señala que el parque protege distintas especies endémicas. “Algunas son endémicas de manera más amplia y solamente se encuentran en las serranías de la provincia, Tandil y Ventania. Y otras son endémicas de manera estricta: solamente se encuentran en Ventania”, explica. 

Entre los endemismos estrictos de Ventania está la iguana de cobre (Pristidactylus casuhatiensis), un pequeño reptil de cola larga y cabeza triangular, de color verde oxidado en su versión macho y amarronada en hembra, que fue catalogada como Monumento Natural bonaerense a través de la ley 14.959 sancionada en el año 2017.

También es única de este sector bonaerense la culebra pampeana (Lygophis elegantissimus), una serpiente de color rojo, negro y amarillo, que habita en los pastizales. Asimismo, muchas plantas de la zona llevan en su nombre alguna referencia al sistema Ventania. Entre ellas están: la Baccharis ventanensis, el Senecio arechavaletae, el Senecio ventanensis, la Grindelia ventanensis, la Stipa ventanensis, la Koeleria ventanicola y la Polygala ventanensis.

 

Entre los endemismos estrictos de las plantas se encuentra el Plantago bismarkii (llantén plateado), una herbácea en peligro que se cubre de flores amarillas en la primavera y que se puede ver exclusivamente en las alturas de las sierras.

“Son unas 36 especies de plantas y seis de vertebrados que han evolucionado de manera diferencial en estas sierras. Los ecólogos han llamado a este lugar una ‘isla de biodiversidad en un mar de pastos’ porque emerge por entremedio del mar de pastos una isla geológica que son las sierras. Eso pasa tanto en Tandil como en Ventania, aunque en Ventania por ser de mayor altura y con condiciones distintas hay una mayor cantidad de especies endémicas estrictas”, explica D´Onofrio.  

 

Protección delicada

A las más de 6.000 hectáreas resguardadas por el Parque Provincial Ernesto Tornquist se suman cerca de 3.000 de la Reserva Natural Sierras Grandes. Si bien parece ser un territorio extenso, D´Onofrio señala que “seguimos teniendo un pastizal pampeano serrano subprotegido”.

PUBLICIDAD

“Si las recomendaciones internacionales hablan de proteger un 17% de la superficie total de un ecosistema como este, nosotros en este momento estamos en el 0,5%”, detalla. Y advierte: “Tenemos una situación de conservación algo delicada”. 

Asimismo, indica que la amenaza “más grande” para este ambiente “es el avance de especies exóticas invasoras”. “Hay especies que hemos ido trayendo de un lado a otro del planeta y que, en desleal competencia con un ecosistema que se venía adaptado por miles de años, lo que hicieron fue reproducirse en demasía. Es el mismo comportamiento que puede tener una enfermedad como la gripe aviar o el coronavirus”, grafica.

 

La ventana y las pinturas

Además del pastizal pampeano serrano y de las múltiples especies endémicas en este ambiente, el parque Tornquist cuenta con otros dos atractivos que lo hacen un lugar único: el cerro Ventana y la existencia de pinturas rupestres en cuevas.

El cerro Ventana tiene una altitud de 1.136 metros sobre el nivel del mar y es la segunda cumbre más alta de la provincia, por detrás del cerro Tres Picos (de 1.239 y también perteneciente al sistema Ventania). Esta formación cuenta con un llamativo hueco de nueve metros de alto y cinco de ancho. En 1996 fue declarado Monumento Natural Provincial.

En tanto, las pinturas rupestres datan de más de 1.500 años de antigüedad y fueron hechas por poblaciones que habitaban en la región. Hoy se entiende que estas comunidades tenían un circuito geográfico para aprovechar recursos naturales que incluía la zona de lo que hoy son Pehuén Co y Monte Hermoso. “La comarca serrana era una parada de abastamiento en la vida nómade”, señala D´Onofrio. 

 

Entender y transmitir 

D´Onofrio es guardaparque de hace 27 años y la mayor parte de su carrera la hizo en el Parque Tornquist. “Yo creo que tengo una raíz y un corazoncito muy especialmente de acá, centrado en Ventania”, dice. Además, sostiene que él y sus colegas tienen la suerte de trabajar “en lugares en donde hay un aspecto de contemplación, reflexión y hasta meditativo que es casi intrínseco”. 

En este sentido, habla de una “comunión muy profunda” entre los guardaparques y los ambientes que protegen. “La naturaleza se transforma para algunos de nosotros en un templo y de esta manera, tal vez, nos podemos empezar a convertir en personas que se animan a veces a traducir algunos significados de la naturaleza o hablar en representación de algunos procesos naturales”, explica.

El guardaparque de Tornquist advierte que “somos un suspiro en la historia de vida del planeta”. “Las formas de vida nos han llevado por múltiples caminos. Algunos son muy cómodos y agradables, pero no sé si son caminos que nos dotan de la plenitud”, reflexiona. Y sentencia: “De repente con muy poco somos felices. De repente nos parecen maravillosos aspectos tan básicos como el canto de un ave. Es lindo compartir esto. Es un camino para recorrer y ojalá tuviésemos más gente recorriendo este camino”.

 

(DIB) MT

Aporte Solidario

Tu contribución nos ayuda a seguir construyendo un periodismo distinto de calidad y autogestión.
Contribuir ahora
Comentar esta nota