SIG en agricultura: Limitaciones y futuros usos en el sector

Agro 11/01/2024 Hora: 09:47
SIG en agricultura: Limitaciones y futuros usos en el sector
SIG en agricultura: Limitaciones y futuros usos en el sector

La evolución desde la agricultura más tradicional hasta las nuevas variantes actuales, encabezadas por la agricultura inteligente, han supuesto una serie de retos que antes no estaban presentes, como la enorme cantidad de datos que se gestionan. Esto es especialmente crítico cuando hablamos de datos espaciales, cuyo valor reside en lo que son capaces de mostrar desde el espacio, indicando el punto exacto.

Una de las tecnologías clave que suele integrarse en la agricultura inteligente son los sistemas de información geográfica (SIG), que aportan información clave a las imágenes, como la ubicación o la topografía del terreno. Al conocer estos detalles clave, es posible crear soluciones visuales fáciles de comprender para todos. 

 

Los SIG en la agricultura

El uso de los SIG, en combinación con otras tecnologías como el GPS o las imágenes de satélite forma parte de la agricultura de precisión, especialmente en lo que respecta a monitorizar y gestionar los cultivos y su rendimiento, el suelo y otras características de la zona o la región. A raíz de esta combinación, los mapas SIG para necesidades agrícolas se convirtieron en un estándar dentro del sector. Dichos mapas pueden mostrar información diversa: mapas de productividad basados en uno o varios índices de vegetación (como los índice NDVI o NDRE), mapas de vegetación, mapas de suelo que muestran las variaciones edáficas del campo, mapas sobre enfermedades de las plantas o sobre plagas, mapas de humedad, etc.

Otros usos de los SIG en agricultura están relacionados con la comparación de datos de carácter histórico, que pueden indicar las tendencias de una región y cuáles son los problemas más habituales a los que los agricultores deben enfrentarse en términos de clima o rendimiento. Los SIG también son un excelente aliado para concienciar respecto a otros problemas acuciantes, como la escasez de alimentos ante el crecimiento de la población mundial. Un mapa SIG de una región puede revelar las causas de la inseguridad alimentaria, sea el problema la existencia de una catástrofe natural o un uso excesivo e inadecuado de fertilizantes y pesticidas químicos.

Por último, un SIG y su mapa correspondiente del campo es una excelente base para diversos servicios de consultoría agrícola. Sus múltiples capas de información muestran algunos de los factores que influyen en la salud y el rendimiento de los cultivos, lo cual puede ayudar a establecer un plan para corregir cualquier desviación.

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Limitaciones y retos en el uso de los SIG

Como cualquier tecnología, los SIG no están exentos de ciertos problemas y limitaciones. Posiblemente la mayor limitación radica en la necesidad de tener conocimientos técnicos o formación respecto a esta tecnología. La tecnología SIG puede ser compleja y difícil de utilizar para ciertas personas, de ahí que para sacarle el máximo partido sea necesario un mínimo conocimiento previo sobre su funcionamiento y utilidad. Sin ese conocimiento, su uso para muchos agricultores queda reservado a la información que les proporciona un consultor agrícola.

Otro reto habitual está relacionado con la calidad de los datos y cómo integrarlos en el flujo de trabajo. La recopilación de los datos es costosa y no siempre los datos obtenidos son precisos o son lo suficientemente actuales. Además, integrar esos datos en otros sistemas de trabajo o combinarlos con los datos de la maquinaria no siempre es tarea fácil.

Por último, si bien el coste de esta tecnología está disminuyendo, su precio y accesibilidad no están al alcance de todos, especialmente de aquellos agricultores en países en vías de desarrollo. Invertir en software y/o hardware SIG es bastante caro en algunos casos y si los propios agricultores son incapaces de comprender o valorar el potencial de esta tecnología, es muy probable que nunca se animen a probarla.

 

El futuro de los SIG en la agricultura

El futuro crecimiento de la agricultura debe venir de la mano de nuevas tecnologías. Dichas tecnologías no solo deben ser rentables, también deben ir orientadas a la creciente preocupación por el medioambiente. Dentro de ese abanico de tecnologías, los sistemas de información geográfica están en una posición inmejorable para ser una de las piezas clave. Los análisis de datos geoespaciales ya son capaces de integrar datos de teledetección, de drones y otras tecnologías como aprendizaje profundo o inteligencia artificial, generando información que capacite mejores resultados y una planificación sostenible.

Algunas de las mejoras que se esperan de los SIG en el futuro son:

  • Mayor optimización de los recursos, gracias a la integración de datos en tiempo real.
  • Mejora de la identificación de enfermedades de los cultivos, mediante imágenes de satélite de alta resolución con alta tasa de revisita. También servirá para mejorar los sistemas de alerta temprana.
  • Mejor predicción y gestión de las plagas al integrar algoritmos de aprendizaje automático.
  • Mayor eficiencia en la tecnología robótica incluyendo cartografía SIG que les permita moverse de forma autónoma.

El poder de la tecnología SIG y los datos geoespaciales es ilimitado y la agricultura es uno de los sectores más beneficiados por la existencia de esta tecnología. Adoptarla implica una ventaja competitiva respecto a los agricultores que no la usan al aportar datos útiles con los que tomar mejores decisiones, optimizar los recursos y poder hacer frente a los retos derivados del cambio climático. Puesto que sus capacidades son cada vez mayores, el futuro de la agricultura de la mano de los SIG parece más prometedor, eficiente y sostenible que nunca.

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