Anécdotas

Miles Davis: Vientos de revolución

Cultura 04/12/2021 Hora: 15:39
Miles Davis: Vientos de revolución
Miles Davis: Vientos de revolución

En la autobiografía de Miles Davis, escrita junto a Quincy Troupe en 1989 y publicada en castellano por Alba Editorial, hay una anécdota – entre otras muchas – muy conocida que demuestra a la perfección el carácter orgulloso y altivo del genial músico.

Un par de años antes, en 1987, él y su entonces esposa, la famosa actriz Cicely Tyson, acudieron a una fiesta a la que habían sido invitados nada menos que por el presidente Ronald Reagan y su mujer Nancy. En aquel evento se le iba a entregar a Ray Charles, junto a otros destacados artistas, el premio a toda una vida dedicada a la música. Su amistad con Ray era el único motivo por el que el arisco Miles, al que no le gustaban nada este tipo de reuniones sociales, y menos todavía si tenían algo que ver con políticos, consintió en asistir. De camino a la cena en la Casa Blanca, en una lujosa limusina, ya tuvo sus más y sus menos con un par de mujeres blancas que, como siempre, le trataron con una condescendencia que él odiaba profundamente.

Una vez sentados a la mesa, Miles intentaba huir de las conversaciones intrascendentes y superficiales que, como tantas otras cosas, le repugnaban. Sin embargo, no pudo evitar responder a una observación sobre el jazz que hizo la mujer de un político. Tras un tenso intercambio de opiniones sobre la valoración que la sociedad norteamericana hacía de los músicos de jazz, la distinguida dama no pudo reprimirse y le lanzó a Miles Davis una pregunta ciertamente ofensiva: “¿Qué ha hecho usted en su vida que sea tan importante como para estar aquí?”. El genial trompetista, que detectó en aquel requerimiento una mezcla de ignorancia y racismo, soltó con tranquilidad, frialdad y desprecio una respuesta cuyos ecos todavía deben estar retronando en algún salón de la Casa Blanca. “Veamos, yo he cambiado la historia de la música como unas cinco o seis veces. ¿Y usted? ¿Qué cosas ha hecho que tengan alguna importancia, aparte de ser blanca, como para estar aquí?”.

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Esta es solo una muestra de que Miles Davis no era un tipo al que pudieras menospreciar con facilidad. Aquella respuesta puede sonar engreída, pero no exagerada: es posible que estemos ante uno de los tres o cuatro músicos más influyentes del siglo XX, y sin duda alguna el que más si hablamos de jazz.

 

(Fidel Oltra)

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