Aceite de Girasol: Europa mira la guerra y piensa en Argentina

Economía 27/03/2022 Hora: 13:01
Aceite de Girasol: Europa mira la guerra y piensa en Argentina
Aceite de Girasol: Europa mira la guerra y piensa en Argentina

De la misma forma que ha sucedido con productos agrícolas como el trigo o el maíz, la inflación y los problemas de suministro provocados por la invasión rusa de Ucrania también están afectando a la producción de aceite de girasol, una de las grasas vegetal más consumidas y base no solo de productos alimenticios, sino también de combustibles, conservantes o cosméticos.

No es para menos: Ucrania (46%) y Rusia (23%) son responsables de dos terceras partes de las exportaciones de aceite de girasol que se registran en el mundo, donde ya durante los últimos meses se había producido un crecimiento exponencial de los precios de los aceites vegetales y otros alimentos debido a múltiples factores relacionados con la pandemia de coronavirus.

 

El comercio de aceite de girasol en el mundo

Hoy, con la guerra en Ucrania, los problemas no se limitan a los precios, sino a un frenazo indefinido en las zonas productivas y de exportación. Países como Turquía o Alemania ya están registrando problemas de suministro —potenciados por el miedo de los consumidores al desabastecimiento— en supermercados y otros establecimientos.

Mientras, en España, uno de los principales importadores de aceite de girasol del mundo, la industria de conservas de pescado y marisco —la segunda más potente a nivel global y cuya producción depende en gran medida del aceite de girasol— también vive momentos complicados por el colapso de las rutas agrícolas en la región del mar Negro.

La última vez que los precios de aceite de girasol escalaron hasta niveles como los actuales fue en 2008, cuando la crisis alimentaria global provocada por la recesión económica llevó a un aumento acelerado de los precios de productos básicos que se mantuvo durante varios meses. En 2010, el aceite de girasol vivió un nuevo pico de precios, entre otros motivos por un aumento de la demanda de biocombustibles, de los que los aceites vegetales son un materia prima esencial.

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Durante los dos últimos años, por su parte, el precio del aceite de girasol se ha prácticamente duplicado a lomos de las sucesivas crisis provocadas por la pandemia de coronavirus, con tensiones cada más fuertes en el mercado energético o el transporte internacional de mercancías.

A nivel global, el aceite de girasol se sitúo en 2021 como el cuarto aceite vegetal más consumido del mundo, a bastante distancia de otros como el de palma y el de soja y muy cerca del de colza. Para la Unión Europea, sin embargo, la enorme dependencia de las exportaciones de Rusia y Ucrania hace más complicado el desarrollo rápido de alternativas ante la nueva situación. Hoy Argentina como uno de los actores principales en la exportación mundial debería empezar a peinarse para la foto. 

 

(EOM)

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