Las aguas termales de la cuenca del Salado tienen más de un millón de años

Las aguas termales de la cuenca del Salado son las más antiguas datadas de Sudamérica y por esa razón, son ricas en una serie de minerales que tienen grandes beneficios para la salud. Estas aguas tienen un millón de años de antigüedad.

Los datos surgen de un estudio realizado por geólogos de la Universidad de Mar del Plata en colaboración con el Conicet, la Comisión de Energía Atómica y la National Natural Sciencia Foundation de China, que analizaron las aguas termales de la provincia de Buenos Aires. La cuenca del Salado incluyó análisis de las Termas de General Belgrano, Dolores y San Clemente del Tuyú. Esto es, los bañistas que llegan a estas termas se están bañando en aguas que cayeron en forma de lluvia sobre gliptodontes: los estudios también aportan datos sobre cómo era la geografía, la flora y la fauna de la zona un millón de años atrás.

También se presentaron los resultados de un estudio de las propiedades medicinales del agua termal de Dolores. A raíz de su composición, rica en sulfatos, resulta muy apropiada para mejorar afecciones respiratorias, dermatológicas y reumatológicas. También es muy útil en los casos de afecciones infantiles: trastornos respiratorios, dermatitis, psoriasis y rehabilitación neurológica en niños.

Se propone la puesta en marcha de programas de bienestar que potencien la estructura con que cuentan actualmente las termas de Dolores, que podrían incluir bienestar cardiovascular, de personas que han padecido el Covid-19, recuperación de deportistas, antiestrés, salud la piel y programas post embarazo.

El geólogo Daniel Martínez, responsable del proyecto, también indicó que es importante que se trata de un recurso no renovable, que se encuentra en grandes cantidades sumergido en las profundidades de la tierra, pero que sería importante que se considerara esta condición a la hora de habilitar nuevos pozos.

(entrelineas)