"Nada es lo que parece", cómo manipular vecinos a través de sus datos personales
Con la apropiación de los datos privados de las personas, tratan de influenciar votos de los ciudadanos en diversas elecciones electorales. Te contamos el lado oscuro de las redes sociales y apps dónde podrás ser un blanco fácil.
Por Lucas Calomino *
La información propia de cada una de las personas ya no es privada. En el siglo XXI con el auge de las redes sociales, se puede decir que todos nuestros datos están en manos de grandes empresarios que se encuentran distribuidos por toda la faz de la tierra. Hoy en día, si alguien quiere saber sobre tu vida y cuenta con el poder suficiente para lograrlo, lo puede hacer. En minutos puede averiguar: cúal es tu lugar de origen, dónde residís, tu fecha de nacimiento, cuántos años tenés, qué estudias, de qué trabajas, cómo está compuesta tu familia, cuáles son tus gustos, tus pensamientos, tus ideologías, ¿Suena muy loco no?
No nos sonaría tan loco si somos conscientes de que cuando navegamos por las diversas plataformas online estamos dejando rastros de nosotros mismos. Vaya uno a saber qué harán con nuestra información después. Porque claro, no es casualidad de que en la actualidad el mercado de los datos sea más rentable que el del petróleo. Siendo parte de una industria que mueve billones de dólares año tras año, facilitando el trabajo todos aquellos que ingresen en el sistema. ¿A cambio? Muchísimos beneficios que pueden variar dependiendo de quién se encuentre del otro lado de la pantalla.
“Tienen tus datos, tienen el control. Nada es privado expone el mundo de la explotación de la información personal a través de las historias de personas involucradas en el escándalo de Cambridge Analytica y Facebook”, sentencia el inicio del documental. Nunca se había pensado que podían llegar tan lejos, al punto de influenciar el voto de la gente para que se guíe por algún u otro candidato. Los peligros del mundo digital están a la vista, las redes sociales se crearon para unir a las personas, pero ellos se encontraron con un provecho de alto grado: mover masas como quieran, sumándole el rendimiento económico que hay detrás.
Nada es privado, ¿Qué relata?
Carole Cadwalladr, una periodista de investigación del Reino Unido, hizo estallar todo cuando acusó a Cambridge Analytica de haber utilizado 87 millones de datos privados de las personas, para tratar de influenciar en campañas electorales que fueron de mera importancia en los últimos años. La recopilación de dicha información provenía de Facebook, y a través de los datos, empezó el trabajo tratando de guiar a la sociedad por el que camino al que a ellos les convenía.
Los casos en los que se sostiene el documental son prácticamente dos: la campaña de Donald Trump en Estados Unidos en el año 2016, y la del Brexit que llevó a la separación del Reino Unido de la Unión Europea. Sin embargo, se estipula que la consultora trabajó en muchos más servicios por los cuáles fueron contratados. Entre los objetivos cumplidos de Cambridge se encuentran las elecciones presidenciales desarrolladas en nuestro país en el año 2015, cuando Mauricio Macri se impuso en el ballotage y culminó siendo el presidente de la República Argentina. Demostrando de esta manera, que los ciudadanos argentinos no están exentos de la problemática.
La historia transcurre teniendo como, en todos los casos, protagonistas del hecho. David Carroll es un profesor norteamericano que cuida constantemente la información de sus hijos y se encarga de leer absolutamente todos los términos y condiciones de uso de diversas aplicaciones. Siente que de esa manera los protege. Además, como docente trata de alertar sobre los peligros de la era digitalizada. “¿Quién ha visto un anuncio que los convenció de que el micrófono de su celular escucha las conversaciones?”, es la primera pregunta que se escucha en el contenido audiovisual, realizada desde David hacia sus alumnos. Carroll, inicia una demanda a la empresa para que le revelen qué tipo de información almacenan sobre él, agotando todos los recursos para tratar de conseguirla.
Por el otro lado, se encuentra Alexander Nix quién es el ex director ejecutivo de Cambridge Analytica y ex director del grupo de Laboratorios de Comunicación Estratégica. Siendo uno de los principales responsables de que los datos de casi 100 millones de personas hayan sido vulnerados. Con el paso de los minutos, se va a ir encontrando con diversas acciones que lo debilitan, además de mostrar su relación con los medios de comunicación en el momento que intentan consultarlo. Es que, la situación de Nix se complica cuando empleados que trabajaban dentro de la consultora empiezan a manifestar lo sucedido ya que dicen estar arrepentidos y de no saber lo que estaban realizando.
Nada es privado, ¿Cómo lo lograron?
Posiblemente te estés preguntando, ¿Cómo lo hacían? ¿Cuál era específicamente su trabajo? o ¿Cómo lograron influenciar a la gente? Sencillo, en relación a todos los perfiles de información que les provenía la compañía de Facebook dirigida por Mark Zuckerberg, la consultora analizaba los datos y separaba las personas en dos grupos: en uno se encontraban aquellos que por la ideología y firmeza que tenían no podían ser influenciados. En el otro grupo, se encontraban aquellos que podían ser manipulables: ya sea por la edad, las opiniones en sus posteos, sus no tan convencidos pensamientos, entre otras cosas.
Por esto, cuando el objetivo ya estaba en la mira, las acciones comenzaban. Cambridge Analytica se encargaba de “bombardear” con informaciones falsas, campañas difamatorias, publicidades políticas, al grupo que podían tratar de convencer para que el proyecto sea factible. Si alguna que otra persona se les estaba pasando por desapercibida, serían los perjudicados por la consultora los que se encargarían de convencerlos. Así de simple, han elegido presidentes en todas partes para colocarlos “a dedo”. Cuando alguien necesitaba de su sistema, acudían a ellos, y los resultados se ponían a prueba cuando las elecciones ya estaban definidas.
Nada es privado, ¿La publicidad es importante?
El material también demuestra como nos toman como productos y nos venden a diario a miles de agencias. La publicidad entra a nosotros constantemente en un abrir y cerrar los ojos. Nos invaden, nos avasallan, nos molestan. Así, en campañas electorales esto también sucede, pero a diferencia que las otras: nos venden ideas, formas de pensar, candidatos políticos. David Carroll sostiene de que las personas no quieren admitir que la propaganda funciona, porque de esa manera están admitiendo que son débiles.
Mientras está en juego la presidencia de una nación, las redes sociales llevan esto a cabo con estilos diferenciados. Pueden ser publicidades, anuncios, mensajes promocionados, y demás. Aún así, todos están utilizando su servidor, el por qué no lo podrían hacer no es el punto. Sino que lo que hay que determinar es el por qué no a todos y sólo a algunos. Quizás posiblemente, lo que se piensa es que invertir dinero para transmitirle una publicidad a alguien que ni siquiera la va a mirar, o si aún así viéndola no le va a provocar nada, deciden poner la mira en otro lugar para que la bala sea más precisa.
Lo que es altamente cuestionable es cuando esas publicidades, anuncios o mensajes promocionados, tienen contenido falso. Ahí el debate es mucho más amplio y hay que empezar a preguntarse cuál es el interés que hay detrás de esa información errónea que está provocando una desinformación en gran parte de los usuarios. Pudiendo tener consecuencias de alto grado de manera repentina o a largo plazo.
Nada es privado, ¿Podemos controlarlos?
En la era de la comunicación estas problemáticas están vinculadas directamente a cada uno de nosotros. Realmente ¿A la mayoría les importa que esto suceda? Los efectos no los vemos, no los sentimos, es más, parece como que si no nos afectarán. Más de uno dirá: que hagan lo que quieran con mi información, no van a poder hacer mucho con ella. Es por esto que, mientras la sociedad no abra el foco de atención en este aspecto, los perjudicados vamos a ser todos. Sí el manipulable no sos vos, posiblemente sí sea el que tengas al lado, que con sus pensamientos desinformadores podrá ir atrayendo a más ciudadanos para colocarlos en ese agujero negro imaginario.
Ahora como decía el subtítulo que leíste hace segundos atrás, ¿Podemos controlarlos? La respuesta es sí. Informándonos sobre el tema es un arma para contrarrestar la situación, ya que, negarse a entrar al sistema es casi imposible. Y es más, posiblemente todos ya estamos dentro de él. Aún así, la advertencia a las fake news constantes y los datos difamatorios erróneos, se solucionan de manera sencilla: chequeando. En tiempos en los que la era digital nos abundó a todos repentinamente, y en los que la tecnología ha avanzado a pasos agigantados, las personas deben saber cómo funciona el método oscuro que nos involucra. Siendo esa, la primera intención del documental: abrirle los ojos a todos.
Es cierto que es un tema mucho más profundo, pero para adentrarse en él es necesario empezar de a poco. Nada es privado es lo esencial para hacerlo, demostrando cuál es el mundo digital que nos rodea y quién controla nuestras maneras de pensar y de accionar. El efecto de impacto es instantáneo, la sensación de que no estamos apartados de todo lo sucedido es preocupante. Saber que hay detrás de cada acción maliciosa siempre es de mera importancia. Después, quedará en cada uno de nosotros cuáles son las medidas que tomamos.
(Lucas Calomino/ Clapper)