Argentina es el tercer país con mayor superficie sembrada de productos orgánicos
Sólo es superada por Australia y China. Sin embargo, las economías regionales argentinas tienen tanto potencial como barreras a superar. ¿Qué rol clave tiene el Mercosur para potenciar este logro?
Argentina continúa expandiendo la producción de alimentos orgánicos y, de acuerdo a la información de la Universidad Austral, ya se ubica en el tercer puesto del ránking de países del mundo con mayor superficie sembrada.
Serían más de 3,1 millones de hectáreas las que se destinan a estos productos en el país, que solo son superadas por China con 3,6 millones de hectáreas y la sorprendente Australia que ya cuenta con más de 35,6 millones de hectáreas.
Alejandro Arroyo Welbers, profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral, analizó en este sentido que "estamos muy lejos de Australia y muy cerca de China, dos países con un grado de integración comercial con el mundo lejanamente superior al de Argentina. Las llamadas eco-certificaciones pueden ser parte de una estrategia de diferenciación clave para las economías regionales a la hora de intentar ganar mercados en el mundo desarrollado, aunque también en los mercados emergentes".
"Las economías regionales de la Argentina tienen tanto potencial como barreras a superar, así como también mantienen una relación directa entre largas distancias logísticas, infraestructura ineficiente, falta de insumos, créditos inexistentes, aislamiento del Mercosur de los grandes bloques económicos, presión impositiva desmedida y derechos de exportación, entre otros males", agregó el profesor y aclaró: "Sin embargo, hay una variable muy buena que, si es bien utilizada, puede brindar oportunidades de diferenciación y sustentabilidad".
El futuro de los orgánicos
Arroyo Welbers señala sobre el futuro de estos productos que "el mundo desarrollado exige el sello de eco-certificación de una economía regional del NOA, NEA, Patagonia o la región centro de la Argentina, para que dicha certificación no sólo garantice aspectos de trazabilidad sustentable en los procesos, sino también que contemplen aspectos sociales".
Cabe destacar que no sólo existen certificadoras internacionales de renombre, sino que también las hay en nuestro país y con buen reconocimiento global.
"Entre los primeros procesos a certificar podemos mencionar la prohibición de agroquímicos, pesticidas, fertilizantes de ciertas categorías, aspectos relativos a la rotación de suelos etc., y entre los segundos, variables relacionadas con el comercio justo o precio justo (fair trade), la prohibición del trabajo esclavo y trabajo infantil y demás", explica el profesor de la Universidad Austral.
Sin embargo, los sellos no son los únicos requisitos: "Para poder diferenciarse en la Unión Europea es necesario contar también con el sello de la 'Euro Hoja', el cual estandariza los requisitos de producción orgánica a nivel europeo. Ahora bien, España o Francia, por ejemplo, también tienen certificaciones diseñadas y exigidas por diferentes comunidades o provincias, las cuales se superponen con la Euro Hoja".
Finalmente, Arroyo sostiene que "si el Mercosur abandonara su estrategia proteccionista y huidiza de la competencia global y ratificara de una buena vez el Tratado de Libre Comercio con la UE, todo esto potenciaría a nuestras economías regionales de una forma nunca vista antes".
Con información de Mercado y Diario con Vos
