ENTREVISTA

“Calfucurá lideró 40 años en el Carhué y en Salinas Grandes, siendo protagonista de la historia y la política argentina”

Así lo expresó Omar Lobos, historiador, investigador y escritor. La relevancia del toki Calfucurá en la historia nacional, desde su llegada hasta la profanación de su tumba y su legado. La importancia de Carhué en su cosmovisión.

Cultura 26/07/2023 Hora: 15:41
Licenciado en Letras, investigador de la historia indígena pampeana, Omar Lobos
Licenciado en Letras, investigador de la historia indígena pampeana, Omar Lobos

Es ineludible, al hablar de la historia de Carhué y del distrito, referirnos a la figura del toki Calfucurá y al pueblo Mapuche, para quienes nuestras tierras tenían una relevancia estratégica fundamental. Sin embargo, no son tantas las referencias que encontramos al respecto.

Omar Lobos es oriundo de Winifreda, La Pampa, licenciado en Letras, investigador de la historia indígena pampeana y autor de libros como “Juan Calfucurá, correspondencia 1854-1873” y “La veranada del chachai Calfucurá”. Es, asimismo, uno de los mayores conocedores de la historia del líder político indígena.

En comunicación con el programa REBELIÓN EN LA GRANJA (Radio 2000 Carhué, lunes a viernes a las 11), Lobos habló extendidamente sobre la llegada del toki a nuestro territorio, la relevancia del mismo para su estrategia, su muerte y la importancia de interpretar su legado.

“Es una cuestión que hay que enmarcar en toda una serie de desplazamientos y reacomodamientos en el panorama de los pueblos originarios de la región pampeana, patagónica y cordillerana. En principio, con lo que ocurre con la Guerra a muerte en Chile. Muchos pueblos originarios del Arauco y pueblos tehuelches, que uno podría decir que eran los patagónicos, fueron generando una cultura sincrética. Estaban mezclados y de esa mezcla surgieron otros pueblos como los Pampa, de la zona de Azul, de la Sierra de la Ventana, el pueblo Ranquel de La Pampa”, comenzó explicando el historiador.

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“Con la guerra de la independencia en Chile, muchas parcialidades mapuches van a luchar a favor de la causa del Rey, en principio, porque con los españoles habían hecho tratados y las cosas estaban tranquilas en esos términos. En estos lados, el problema va a empezar con los gobiernos criollos, cuando comienzan sus avanzadas sobre territorios que históricamente habían ocupado los indios”, prosiguió.

Y especificó: “La llegada de Calfucurá se da en el marco de esos reacomodamientos, de los avances que significaron la fundación del fuerte Tandil, de Bahía Blanca, la campaña de Rosas contra los indios del Río Negro en el año 33, que significaban amenazas al avance sobre el territorio”.

“Calfucurá ha cruzado la cordillera como comerciante, en principio más o menos por 1828 o 1829. La primera mención a Calfucurá por estos lados, junto a su hermano Namuncurá, no su hijo sino su hermano, e incluso con su padre, fue por 1830. Luego de estos cruces y que su nombre empieza a sonar por estos lados como un líder, ya cuando Rosas emprende contra el cacique Chocorí en el Río Negro, su nombre suena con el de Calfucurá”, describió el escritor.

“Finalmente se produce su ruidosa llegada al Carhué, con lo que se conoció como la Masacre de Masallé, en la cual Calfucurá ataca la tribu de los boroanos, que eran una parcialidad realista venida de Chile, que cruzan cuando los realistas pierden la guerra a muerte. Está la leyenda de que es Rosas quien lo manda a llamar a Calfucurá, para que quite del medio a los boroanos, poniéndolos en enemigos tanto del gobierno argentino, como de las propias parcialidades mapuches de la Región Pampeana”, sumó.

“Si bien podemos admitir que Rosas estuvo detrás de la llegada de Calfucurá, lo cierto es que después va a sobrevivir a Rosas, porque después va a estar y liderar 40 años en el Carhué, en la Salina y hacia La Pampa, en los cuales va a ser protagonista de la política y de la historia argentina e, incluso, lo va a sobrevivir a Rosas”, resumió el investigador.

La región del Carhué revistió una importancia fundamental para la estrategia del líder. Consultado acerca de por qué ese interés, Omar Lobos explicó: “El Carhué era una zona clave, por los campos, porque estaba en el camino a las salinas que, luego de la independencia, se volvieron vitales por la importancia de la industria saladeril”.

“Los españoles traían la sal de España en muchos casos. Cuando se cortan los lazos con España, el coronel Pedro Andrés García emprende su primero de dos viajes a las Salinas Grandes con una caravana de carretas para proveerse de sal. Hay testimonios de esos viajes, de las negociaciones que tiene que hacer en 1810 y 1822 con los caciques, para que le permitan la extracción de sal. Era un punto estratégico porque estaba ligado a la incipiente industria saladeril”, siguió Lobos.

Y continuó: “Después va a ser un punto estratégico porque están en un centro de irradiación respecto de los avances, en la frontera que quiere hacer Buenos Aires, cuando se cruza la frontera del Salado y empieza a armarse un cordón que se va a ir ciñendo sobre el Carhué y las Salinas. El Carhué está en un punto estratégico del viejo camino de Los Chilenos, que conectaba desde Chile, desde la araucania hasta el Río del Plata. Está en un punto hipersensible de las comunicaciones, de recursos estratégicos para la época”.

“Calfucurá apostaba por la palabra”

 HISTORIADOR. Omar Lobos es uno de los mayores conocedores de la historia del líder político indígena.

En su obra, Omar Lobos pregona por el fundamental rol diplomático que tuvo Calfucurá en la historia argentina. “Es fundamental su esfuerzo diplomático, y diría su esfuerzo de traductor. Nosotros tenemos la imagen de los caciques reputados como guerreros, como bárbaros, asesinos, toda la imagen que se construyó para legitimar el despojo que se hizo a los pueblos originarios. Si te construyen como bárbaro, como criminal, usurpador… entonces estás legitimado para destruirlo. Los grandes genocidios empiezan por el lenguaje, por la construcción que hacemos con el lenguaje”, explicó.

Y se preguntó: “La Conquista al Desierto es una contradicción. ¿Cómo vas a conquistar un desierto? Primero se construyó una idea del desierto, que legitimó que el Estado Nacional Argentino avanzara sobre tierras que no le pertenecían. ¿Qué antecedentes había? Jamás habían puesto un pie allí. Llevar el progreso, llevar la civilización…”

“Calfucurá también apostaba por la palabra”, sentenció y continuó: “Toda su correspondencia y los litros de tinta que ha gastado para conversar con todos los líderes políticos y militares de la historia argentina del siglo XIX, Justo José de Urquiza, Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento, Santiago Derqui, el coronel Rivas, el coronel Baigorria… Calfucurá tiene contactos con amigos y enemigos y las cartas son una muestra de que las grandes invasiones van a venir cuando fracasan las negociaciones, como ocurre con la guerra desde que el hombre es hombre”.

“Esa voz que se refleja allí rompe con la idea del saqueador, destructor, sanguinario, ladrón… Calfucurá dice que no sigan avanzando sobre tierras, porque se va a tener que meter y puede que haya grandes daños. Avisa que la guerra puede venir y cuando dejan el fuerte en lugar de retirarlo, va a venir el gran malón, de manera que la figura es mucho más compleja de aquello que históricamente ha construido la historiografía, tanto la de derecha como la de izquierda, que no hizo grandes movimientos para sacar a Calfucurá de ese lugar tampoco”, afirmó Omar Lobos.

“La tumba de Calfucurá fue profanada y su cráneo está en el Museo de La Plata”

 OMAR LOBOS. En diálogo con RADIO 2000 habló sobre la llegada del toki a nuestro territorio, la relevancia del mismo para su estrategia, su muerte y la importancia de interpretar su legado.


La frase “no abandonar Carhué al huinca”, en la voz de Calfucurá antes de morir, está en el imaginario social poniendo de manifiesto lo neurálgico de nuestro actual territorio para el toki. Al respecto, Lobos afirmó: “Es una frase legendaria, no documentada, pero por supuesto que él comprendía que era la estrategia última. ‘Que se olviden del Carhué’ escribe en una de sus últimas cartas. Si no dijo esa frase, bien podría haberla dicho con otras palabras”.

La muerte de Calfucurá significó un punto de quiebre en la historia indígena de nuestra tierra. Simbólicamente relevante resulta que su tumba fue profanada y su cráneo, exhibido en el Museo de La Plata, donde espera por ser restituido a las comunidades que aún hoy existen.

“A partir de 1878 Namuncurá y los suyos van a tener que empezar a retroceder. En el año antes de la Conquista del Desierto toda la región pampeana es barrida. En ese marco, en noviembre, se profana la tumba de Calfucurá en los médanos, más allá de Salinas Grandes, en Chilihué, donde él ha muerto, a unas ocho leguas de Salinas Grandes, cerca la Ruta 35 que cruza La Pampa de norte a sur. Ahí está la laguna Chilihué y ahí en algún lugar está su tumba”, contó Omar Lobos.

“Se llevan el cráneo, que está en el Museo de La Plata, pendiente de ser restituido a las comunidades que lo reclaman, como parte de una restauración de una deuda histórica fundamental”, añadió.

“Es un enigma qué hubiese pasado con Calfucurá vivo. Lo cierto es que su muerte aceleró la crisis y, de alguna manera, propició ese avance. En principio los jefes de frontera y líderes quedan abrumados y preocupados por la noticia, porque reconocían en él un líder. Negociaban con él y la palabra de él les garantizaba la paz en la frontera”, se preguntó Lobos.

Y enfatizó: “Calfucurá era una persona dispuesta al diálogo y a los pactos, siempre que le fueran convenientes a él, porque no podía quedar mal ante su gente. Su liderazgo se construía si era justo con ellos también. Tiene un digno heredero que es Namuncurá, a quien él sostiene. Pide que lo miren como si fuese él. Pero no va a tener la entidad que había tenido su padre”.

“La historia es grandiosa e intensa”

Finalmente, Omar Lobos fue consultado acerca de qué estrategias emplear para que la historia de Calfucurá, muy olvidada a pesar de que sucedió en nuestras tierras, llegue a más personas.

“Yo en algún momento dije que los ministerios de Educación tendrían que trabajar en formular material didáctico, porque por ahí hay docentes interesados, pero hay instalado un contradiscurso tan fuerte que un docente, si no tiene material y no tiene bien clara la cosa, se siente un poco inerme para afrontar la cosa ante alumnos, ante chicos, un tema que le puede ser cuestionado, por ese contradiscurso”, reflexionó.

“Los frentes podrían ser numerosísimos. Fijémonos qué desatendida que está esa épica tan maravillosa en las artes, por ejemplo. Antes el tema tenía una presencia atractiva, por ejemplo, en los cómics. Pensar cómo mostrar la historia, cómo hacer un conocimiento por la vía estética”, agregó Lobos.

“La historia fue tan grandiosa y tan intensa como todo lo que tenemos en la cabeza de la historia europea, sin embargo, la desperdiciamos aún como recurso, no solamente de enseñanza, sino también como patrimonio cultural. Los frentes son diversos. No sólo las grandes reflexiones, que son necesarias, pero también a través de lo artístico, que es una vía de comunicación muy potente”, finalizó el historiador.

 

Nota publicada en Cambio 2000, entrevista realizada en el programa REBELIÓN EN LA GRANJA (Radio 2000 Carhué)

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