La polémica detrás de los medicamentos para bajar de peso

Por Nicolás Retamar

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó la inscripción de Wegovy, un medicamento que habitualmente se usa para diabetes tipo 2, pero que diferentes famosos como Elon Musk y Lady Gaga dicen utilizarlo para bajar de peso. El fármaco es inyectable y su principio activo es la Semaglutida, componente que genera sensación de saciedad, regula la insulina y reduce los niveles de azúcar en la sangre. Aunque desde la entidad informan que “la condición de expendio es venta bajo receta”, estas opciones ganan cada vez más lugar en casos que no son necesarios. La Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes realizó un informe que aborda cuestiones sanitarias, sociales y culturales sobre la obesidad, la diabetes y los medicamentos.

En diálogo con la Agencia, la nutricionista Carina Di Meo afirma: “Hay que tener mucho cuidado con esas recomendaciones ya que no siempre se cuenta con la suficiente evidencia científica de que esos productos funcionen y a veces tampoco se conocen sus efectos secundarios a largo plazo”.

Sin embargo, la ANMAT aclara que el producto “está indicado en combinación con una dieta reducida en calorías y un aumento de la actividad física para el control del peso, incluyendo pérdida de peso y mantenimiento del peso” con al menos una comorbilidad relacionada como diabetes tipo 2, hipertensión, dislipidemia, apnea obstructiva del sueño o enfermedad cardiovascular. Ahora la empresa deberá solicitar la autorización efectiva y esperar el visto bueno para que comience su importación.

Por lo pronto, en el país ya está autorizado el Ozempic, medicamento que contiene el mismo principio activo que el Wegovy, pero con una dosis más pequeña. El fármaco, fabricado por la misma empresa de origen danés, solo está sugerido para personas con diabetes tipo 2.

Efectos secundarios

La semaglutida, componente activo de Wegovy y Ozempic, simula una hormona llamada GLP-1 que se produce en el intestino después de ingerir alimentos y genera sensación de saciedad ya que ralentiza el vaciado gástrico. Sin embargo, también puede generar nauseas, vómitos, diarrea y estreñimiento, entre otros. Además, una investigación internacional sobre Saxenda, fármaco de la misma empresa cuyo componente activo es la liraglutida –similar al que utiliza Wegovy–, advierte que entre los efectos secundarios también se registraron enfermedades de la vesícula biliar, insuficiencia renal y pensamientos suicidas.

Incluso, el prospecto del medicamento subraya que “los pacientes tratados con SAXENDA deben ser monitoreados para detectar la aparición o el empeoramiento de depresión, pensamientos o conductas suicidas y/o cualquier cambio inusual en el estado de ánimo o la conducta”.

A su vez, el de Wegovy también describe: “Aconseje a los pacientes que informen sobre la aparición o el empeoramiento de la depresión, los pensamientos o el comportamiento suicida y/o cualquier cambio inusual en el estado de ánimo o el comportamiento. Informe a los pacientes que si experimentan pensamientos o comportamientos suicidas, deben dejar de tomar WEGOVY”.

Epidemia de medicamentos

Cuando la accionista de Tesla Eva McMillan le preguntó a través de Twitter a Elon Musk cuál era el secreto para estar saludable, el magnate dueño de la red social y de la empresa de tecnología respondió que ayunaba y usaba Wegovy. El tuit, que tuvo más de 1600 “me gusta”, disparó las ventas del producto en las farmacias estadounidenses hasta provocar su escasez, al punto tal que puso en riesgo a los usuarios que lo empleaban contra la diabetes.

No es la primera vez que un famoso dice o recomienda utilizar determinado producto para la salud ya sea de forma inconsciente, publicidad encubierta o publicidad lisa y llana. De hecho, la Asociación de Agentes de Propaganda Médica (AAPM)  denunció en 2013 ante la ANMAT que habían aumentado las publicidades de medicamentos de venta libre para enfermedades de la temporada invernal en las que aparecen distintas personalidades “promocionando supuestos efectos ‘milagrosos’”.

En aquel entonces, el actor Daniel Hendler y el conductor de televisión Marley protagonizaron dos publicidades de fármacos antigripales de venta libre que prometían resolver estados congestivos rápidamente. Desde la AAPM pidieron proteger los derechos e intereses de los consumidores y los visitadores médicos afirmaron que existía una “epidemia de paracetamol”.

De hecho, un informe de 2011 elaborado por la División Toxicología del Hospital Fernández afirmó que más del 70 por ciento de las personas intoxicadas con medicamentos eran de venta libre y que constituían la segunda causa detrás de las bebidas alcohólicas.

En este sentido, la nutricionista resalta a la Agencia: “Es poco serio y muy peligroso que aparezcan en los medios de comunicación personajes que no son profesionales recomendando productos que prometen soluciones mágicas para los problemas de salud”.

Las industrias al compás

Las cifras a nivel mundial en relación al sobrepeso y la obesidad son alarmantes. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2016 casi el 40 por ciento de las personas adultas tenían sobrepeso (alrededor de 1900 millones) y el 13 por ciento eran obesas (más de 650 millones).

Para los niños los números tampoco son alentadores: el organismo afirmó que en 2016 más de 38 millones de personas de 0 a 19 años tenían sobrepeso o eran obesas. Incluso, la OMS advertía que para 2022 estos casos superarían en cantidad de millones a quienes presentan bajo peso para su edad.

Aunque parecen datos aislados que no tienen conexión, todo tiene que ver con todo. La obesidad se multiplicó por tres entre adultos y por diez entre niños y adolescentes a partir de la década de 1970; mientras que la diabetes se triplicó en América a partir de 1980.

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Casualmente, en ese tiempo comenzó la expansión global de los alimentos ultraprocesados de cocción rápida o ingesta directa que son bajos en nutrientes y altos en calorías y grasas. En una época donde las personas que entraron al mercado laboral perdieron el tiempo para realizar comidas artesanales, estos productos llegaron a la mesa para reemplazar a los alimentos caseros.

Aunque la ingesta de ultraprocesados no es el único motivo, el consumo de estos productos fue uno de los grandes cambios culturales de la época que generaron nuevas industrias y nuevas necesidades para problemas que antes no existían, o lo eran en menor medida.

Nota original de Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.